Silvina Moschini, la argentina que es dueña del primer unicornio rosa de Latinoamérica y creadora de un reality show de negocios en Estados Unidos – GENTE Online
 

Es dueña del primer unicornio rosa de Latinoamérica y lanzó un reality de negocios en EE.UU: “Hay que naturalizar el liderazgo femenino”

La argentina Silvina Moschini lanzó un show junto al fundador de Apple, la ex tesorera de los Estados Unidos y el ex cantante de NSYNC, con el fin de democratizar el acceso a capital. En diálogo con GENTE, cuenta que siente que tiene la responsabilidad de "elevar a otras mujeres".
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"Como puede ser que todavía hoy las mujeres tengamos que elegir entre tener una vida personal y una profesional." Cuando Silvina Moschini creó la empresa SheWorks!, pensó en generar un marketplace de talento femenino para conectar a mujeres de todas partes en búsqueda de oportunidades de trabajo y formación, que les permitiera poder conciliar su carrera con su vida familiar.

Esta argentina de 49 años, que se define como "una mujer normal", es también co-fundadora de Transparent Business, – una plataforma basada en la nube que permite gestionar de forma transparente equipos remotos – , valuada en 1000 millones de dólares. Además, acaba de lanzar el primer reality show que combina “enrichment & entertainment”, (enriquecimiento y entretenimiento).

De Tandil al mundo

En una extensa charla con GENTE, Silvina cuenta cómo fue el recorrido que la llevó al mundo del emprendimiento desde que dejó su Tandil natal, donde aun mantiene sus amigas de toda la vida, y comparte sus experiencias para que cualquier mujer que la lea pueda sentirse identificada con ella.

Para la empresaria, el haberse convertido en la primera unicornio rosa de Latinoamérica le permitió ”abrir la mesa” para otras mujeres. Desde su casa en Miami, detalla que se fue de la Argentina para estudiar un máster en comunicación y que “de casualidad” terminó trabajando en una empresa de tecnología. A partir de ahí, la tandilense que se ganó el apodo de “Miss internet” trabajó en varias compañías corporativas con los puestos “soñados” hasta que encontró el camino deseado: fundar una empresa a su medida con el propósito de inspirar a otros.

Además, explica cómo superó el "síndrome del impostor" y logró redefinir las métricas del éxito más allá del poder y el dinero hacia la búsqueda de la felicidad y el propósito en el objetivo.

¿Cómo fue el camino que te llevó a Estados Unidos y que inició el recorrido hasta
convertirte en todo lo que sos hoy?

Una mujer normal, básicamente (ríe). Me fui a Houston en 1997 a estudiar una maestría con la idea de trabajar en comunicaciones ambientales y terminé trabajando para una empresa de tecnología. Fue una experiencia súper interesante porque venía de una empresa química y con el típico síndrome del impostor que tenemos las mujeres que pensamos que llegamos por accidente y que en algún momento alguien se iba a dar cuenta que no yo era la persona para esto. Pero en cambio, la vida me demostró que cuando a las mujeres nos dan la oportunidad, buscamos en los recursos que tenemos la forma de aprovecharla. A veces, el mayor problema que tenemos es el de limitarnos en lo que soñamos, porque pensamos que no está disponible para nosotras. Ahí comenzó mi camino, como el de muchas mujeres extraordinarias que lograron vencer ese diablito que dice “esto no es para las niñas”.

¿Cuales son estas mujeres extraordinarias que fueron de algún modo referentes para para vencer este síndrome del impostor del que hablas?

Tengo muchas referentes. Gina Díaz Barroso en México, es CEO de Dalia y una de mis inversionistas tempranas. Otra es Arianna Huffington, fundadora del Huffington Post, que tuvo un camino con el cual todas nos podemos identificar, independientemente de lo que hagamos. Ella ha hecho un esfuerzo sistemático de probarse para que le crean y ha trabajado más duro que cualquiera para lograr las cosas cuando fundó el diario. Publicó un libro que se llama Thrive que habla de cómo redefinimos las métricas del éxito, no solo desde el dinero y el poder -que no hay nada malo en eso, pero no estamos acostumbradas a manejar estos conceptos, sino que lo hacemos de un lugar de culpa-; pero sobre todo el éxito desde la felicidad y el impacto del propósito para hacer cosas. Ahí pensé, si yo tengo un regalo de dios que es la capacidad de ver oportunidades para mejorar la vida de la gente, ¿que me detiene?

¿En qué sentís que te marcó esta forma de redifinir las métricas del éxito en tu carrera?

Me marcó de muchas maneras. En primer lugar, en el abordaje que hace a la gestión del negocio. Uno puede fundar un montón de compañías, el tema está en cómo hacer para que sea masivo, cómo generar un cambio de mentalidad. Es importante que las mujeres que están iniciando empresas, o trabajan con una actitud emprendedora en distintos proyectos, o que gerencian su vida familiar, entiendan la importancia del cuidado del cuidador: que nosotras somos nuestro cliente más importante y que es clave que nos cuidemos e invirtamos en nosotras sin culpa. Tenemos una enorme tendencia a vaciarnos. Nos sentimos culpables, vemos con culpa el invertir en nosotras. Tenemos que pensar en eso que nos hace mejor team leader, mejor emprendedora. Desde hacer gimnasia, comer sano, tener algún espacio para poder desconectar. Una frase que digo mucho que la saque de Gaby, una amiga que tengo desde los 12 años, es “pause to play”: la capacidad de poner pausa para poder tocar de nuevo.

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La emprendedora defiende la idea de "utilizar la capacidad de llegada para generar cambios positivos". Estos conceptos serán parte de un libro que esta escribiendo, y que tiene previsto publicar en agosto, que se llama “Skirt the rules” (en castellano “ponele pollera las reglas"). La idea del título es un juego de palabras: "doblar" las reglas para dominar el mundo con la fuerza de la mujer. En este sentido, invita a las mujeres a "pararnos en las fortalezas que tenemos para llegar más alto: crear compañías de 1000 millones de dólares, hacer cambios a gran escala, dominar el mundo con una fuerza de propósito y de bien".

¿Cuál es la diferencia en las empresas lideradas por mujeres?

Laura Chinchilla, que es presidenta de mi directorio y ex presidenta de Costa Rica me enseñó muchas cosas respecto a esto. Entre ellas sobre la vulnerabilidad como un arma muy importante para el logro de los objetivos. Estamos muy acostumbrados al modelo de liderazgo masculino que se muestra duro, insensible. Pero la pandemia nos enseño que los mejores modelos de liderazgo son aquellos con inteligencia emocional, con un tinte femenino muy fuerte. El liderazgo femenino está muy de moda.

¿Qué significó para vos que ver a tu empresa Transparent business convertida en unicornio?

A mi como persona no me cambia en nada, soy la misma de siempre. Pero sí desde el punto de vista de poder crear camino, hacer algo que pueda impactar la vida de mucha gente. Cuando logras algo, ya no tenemos que estar constantemente probando que vales. En este sentido, que mi empresa se haya convertido en el primer unicornio rosa es un punto importante porque puede significar una puerta para que haya más unicornias. Porque cuando una mujer gana, ganamos todas, porque se extiende la mesa. La idea de que “si ella lo puede hacer y es igual que yo, qué me detiene”.

Se habla mucho del empoderamiento de la mujer pero es difícil llevarlo adelante en situaciones hasta cotidianas que consideras que hace tan difícil para las mujeres hoy en 2021 estar en una situación igualitaria con los hombres

La verdadera independencia cuando nos hablan de empoderamiento femenino empieza en la billetera. Si no tenés la capacidad de disponer de tu dinero no podes salir de una relación mala, de un trabajo malo, de un lugar malo. La capacidad de poder generar y gestionar tu dinero hace la diferencia. Cuando sos emprendedora y podes crear una compañía que el mercado dice que vale tanto, ya no necesitas estar probando ciertos puntos porque tenés un caso de éxito. Ya te probaste, entonces ya todo es más cuesta abajo.

Silvina detalla que aún hoy existe una enorme brecha en la participación de las mujeres en el mundo de los negocios. Por ejemplo, en Estados Unidos representan sólo el 2 % del capital de riesgo de inversores de los venture capitals (los capitales riesgo). "Por ejemplo, una compañía de cigarrillos electrónicos liderada por un hombre levantó 10 mil millones de dólares en un año. Todas las empresas lideradas por mujeres juntas levantaron 2,9 mil millones: o sea, todas las mujeres juntas obtuvieron un tercio de lo que levantó una sola de hombres", apunta.

Para la CEO de SheWorks!, el hecho de que no haya muchas mujeres se debe a "un condicionamiento cultural". "Esto pasa porque sentimos que hay cosas que no están a nuestro alcance; como hacer compañías unicornio, o negocios que cambien el mundo, o ser dueñas de medios, manejar equipos grandes: culturalmente es para los hombres", añade.

Como detallas, son conocidos los números que grafican la brecha pero aún no se ha logrado avanzar en un montón de cuestiones para acortarla. ¿Qué sentís que hace falta?

Más allá de que es un tema del que se debe hacer cargo tanto el sector público como el privado, es nuestra responsabilidad atrevernos a pensar en grande. Además, es importante que la sociedad entera entienda que no nos tienen que ayudar porque 'pobrecitas se quedaron atrás', o como una especie de población vulnerable, sino sencillamente porque la estamos rompiendo. Intelectualmente hoy las mujeres estamos mejor preparadas que los hombres porque logramos la mayor cantidad de títulos universitarios, maestrías y doctorados en el mundo. Pero mejor educación no implica mejores sueldos o mayores oportunidades; eso hay que cambiarlo.
Cuando las mujeres gestionan las compañías el retorno de inversión en ganancias es 29 por ciento más grande y a pesar de que están todos los números, que las empresas son más eficientes, atraen más talento, ahí seguimos teniendo dificultades y por eso no hay tantas mujeres.

¿Qué consejo le darías a una mujer que está a punto de emprender o de iniciar un negocio?

Que se animen, que no hay diferencia; tenemos las mismas habilidades para buscar los recursos, administrar el dinero. Hay que pensar más en grande. La pandemia abrió un montón de oportunidades porque nos trajo la tormenta perfecta de una transformación digital que hace que hoy podamos empezar empresas con muy poquita plata. Empresas que antes eran impensables porque no existía por ejemplo si quieres hacer una compañía de productos no existían las aplicaciones que hoy te resuelven la logística, no existían redes como Instagram para que te montes una tienda comercial; entonces hoy es el momento para poder emprender, transformar tus empresas y elegir el tipo de flexibilidad que se quiere tener. Esto es fundamental. En SheWorks! facilitamos oportunidades de empleo para mujeres que quieren trabajar de manera remota, sólo con una computadora, desde donde quieras. Hoy por ejemplo la jefa del equipo de comunicaciones ahora está un lugar en la playa porque las hijas iban a hacer un campamento y fue a trabajr ahí. Elegir cuánto queres trabajar. Si tenés hijos por ahí no queres estar trabajando 12 horas por día, y podés usar tus capacidades para trabajar 4, o 6 horas. Hay tantas cosas que te simplifican la vida en la parte de la operación, en lo que por ahí no es tu expertise y ya no tenes que perder tiempo en eso. Hay que dejar de pedir permiso, en todo caso mejor pedir perdón.

¿Qué prejuicios has tenido que sortear por ser mujer y exitosa?

El éxito te vuelve vulnerable. A veces pasa que a las mujeres las critican más que a los hombres; sin fundamentos, muchas veces desde lo físico, algo que con los hombres jamás harían. En el mundo del trabajo me ha pasado que me pregunten por ejemplo qué haría con mi compañía si quedo embarazada. Hay que llegar al punto en el que las mujeres nunca más tengamos que elegir entre vida personal y profesional, que no tengamos que disculparnos por ser exitosas, que sea normal el liderazgo femenino. Que no tenga que dar entrevistas para contar porque soy la excepción. Siento que hoy soy un instrumento de catalización, de un cambio en un momento histórico para que haya más mujeres que se animen. Pero ojo, no me gusta el sentido equivocado en que muchas veces se usa el feminismo, para ponernos contra los hombres. Yo no quiero tener más derechos, quiero los mismos. Los derechos de la mujer y de los hombres son derechos humanos, y tienen que ser los mismos.

Ya creaste dos empresas, una es considerada unicornio, lanzaste un programa de entreteniemiento para ayudar a otros a que tengan las oportunidades que tuviste. ¿Qué sigue?

Mi trabajo ahora es elevar a otras, que haya más unicornias en el mundo. Lograr que el liderazgo femenino esté de moda, no se mire como algo antipático.

Contame algo que te haya marcado en tu vida y que sientas que de alguna manera te orientó en tu camino. Una persona, un hecho, una frase…

Aprendí que el éxito es ser feliz y que está definido por muchas variables y la clave está en saber descubrir cuáles son esas cosas que me llenan el corazón. Para mí fue una gran enseñanza porque vivimos en una cultura que estamos acostumbrados a correr atrás de la zanahoria y cuando la alcanzas nunca es suficiente. Nos hemos acostumbrado a definir el éxito en cuanto al reconocimiento, al dinero y al poder. Esto me lo enseñó mi mentor en la empresa en la que trabajaba cuando tenía 20 años, y que fue quien me motivó a que me fuera a estudiar al exterior. En ese momento, él me dijo que le gustaría encontrarme en cinco años y que le dijera, después de todo lo que habría logrado, si me consideraba una mujer exitosa. '¿Qué querés que te diga Luis?', le dije. Me respondió: “Me gustaría que me contestes que te consideras una mujer exitosa porque sos feliz”.

El desembarco en el mundo del entretenimiento

Un mes atrás, se estrenó para todo el mundo el primer programa de la temporada
1 de Unicorn Hunters, la serie de negocios que destaca a las empresas de crecimiento
emergente que buscan alcanzar la codiciada marca de valoración de “unicornio” de mil millones de dólares, al tiempo que reúne a los inversores individuales de todo el mundo para ayudar a financiar estas empresas emergentes.

La serie, financiada por Transparent Business y producida por el ícono del reality show Craig Plestis; Smart Dog Media (The Masked Singer, The Masked Dancer, Celebrity Show Off ), desafía a los programas convencionales de negocios, ya que crea y comprende un nuevo género para el público, ya que combina entretenimiento puro con el potencial de los consumidores de todo el mundo para respaldar oportunidades de inversión seleccionadas antes de la Oferta Pública Inicial (OPI), democratizando así la creación de la riqueza.

El programa presenta un panel, llamado el Círculo de dinero que incluye a seis empresarios
que critican y debaten cada presentación de cada potencial unicornio, y finalmente deciden si invertir o no su dinero en ellos.

Cuándo decidiste dar un paso al mundo del entretenimiento. Como se te ocurrió la idea de llevar a un reality show el mundo de los emprendedores

Bueno la realidad es que depende de donde llegues, uno tiene ciertos privilegios. Y ese privilegio es el que te da acceso. Hay muchos emprendedores y emprendedoras que por ahí no son amigos de los que son los dueños del oro y entonces les cuesta hacerse visibles. Entonces, cuando democratizas el acceso al capital estás dándole a la gente talentosa, que no es parte de 1% de los que manejan la economía del mundo, la oportunidad de que puedan ser millonarios. El objetivo es que otros tengan la misma oportunidad que tuve yo, seguir democratizando a las empresas y a los emprendedores, y que más proyectos, inventos tengan la posibilidad de ser visibles y financiados.

Cómo se te ocurrió mezclar entretenimiento con negocios

Para mi el mundo del entretenimiento es un recurso, una estrategia que me permite masificar y democratizar un concepto que antes era un concepto para pocos. Con Alex, mi socio, pensamos en cómo podemos hackear el sistema de financiamiento de empresas y terminar con esta fiesta del modelo tradicional, que deja a una infinidad de emprendedores en el camino. Lo que buscamos es democratizar el acceso a oportunidades de inversión para la gente normal, que tiene 1000 dólares y los quiere invertir en una compañía que tiene el potencial de convertirse en el próximo próximo Facebook en etapa tempranas. Por ejemplo, para darte una referencia concreta, uno de los primeros inversores en Facebook puso 5000 dólares de capital en etapa temprana y se llevó casi 25 millones de dólares. Este es el tipo de oportunidades que nosotros queremos democrática y visualizar para la gente normal. Por eso tomamos el entretenimiento como una herramienta para masificar, creando un nuevo género. Cuando me metí en entretenimiento cuando me di cuenta que se podía crear el mejor show de la televisión del mundo de negocios.

El jurado compuesto por: Lance Bass (cantante e
inversor), Rosa Gumataotao Ríos (ex tesorera de los Estados Unidos), Moe Vela
(exdirector de administración de Joe Biden), Steve Wozniak
(cofundador de Apple), y Alex Konanykhin (director ejecutivo de TransparentBusiness)

¿Habrá algún argentino en el show?

Ya nos llegaron varios proyectos de Argentina. Hay mucho talento y hay muchos unicornios ya graduados y creemos que con el apoyo adecuado muchas compañías con el ADN argentino pueden convertirse en negocios de 1000 millones de dólares.

Qué hace falta a la Argentina para tener una participación más grande en el juego

La Argentina tiene talento emprendedor de lo mejor del mundo, ni siquiera te digo de América Latina; y la resiliencia, la capacidad de trabajo que tenemos, es enorme. Lo que falta es un marco regulatorio más claro. Que sea un poco más fácil invertir, que uno no tenga que entrar en quiebra; tener incentivos fiscales para tomar riesgo.

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