Prontooo?”. Del otro lado de la línea atiende una voz musical y de marcado acento italiano, que no demora en aclarar: “Tengo el acento tano, pero mezclado con el rosarino. Ese no lo perdí, eh…”. Y lógico, hace más de siete años que la actriz y cantante argentina Lola Ponce (26) se instaló en Italia y comenzó a forjar una carrera que crece como en una espiral que por ahora no muestra su fin. Al menos es lo que indica su actualidad, ya que luego de aquellos primeros pasos en el musical Nôtre Dame de Paris, que giró por toda Italia, está lanzando un nuevo disco (Ocho historias de amor. El diario de Lola), se prepara para rodar una película sobre la vida de Ernest Hemingway –ella será la amante del gran escritor norteamericano que protagonizará Kurt Russell), es una presencia de lujo en los programas de la RAI, acaba de ser invitada especial de los World Music Awards 2007 en Mónaco, recibe elogios de las estrellas de Hollywood, y en marzo de 2008 será la protagonista de la ópera rock Pia dei Tolomei. Casi nada. Casi, porque antes de partir hacia los Estados Unidos hizo un alto en el trabajo y pasó un fin de semana de relax junto a su novio, el abogado italiano Manuel Malenotti (33), en la isla griega de Mikonos. “Nunca había estado en Grecia, y me encantó. Desde Roma es una hora de vuelo, muy cerca. Los viajes largos los dejo para ir a la Argentina”, dice quien a mitad de diciembre regresará “a mi casa”.
–¿No parás nunca, Lola?
–Ahora tengo que ir a Nueva York, por un par de encuentros relacionados a la música y la actuación. Después volaré a Miami… Este trabajo es así, una reunión atrás de la otra, pero lo disfruto. No me quejo. ¿Y cómo voy a quejarme si trabajo de lo que amo? Calculá, por ejemplo, que en marzo vuelvo a Italia y arranco con la ópera Pia dei Tolomei, de Gianna Nannini, la más grande rockstar italiana.
–¿La de “notti magiche, inseguendo un goal”?
–Exacto, la chica de la canción del Mundial 1990, que yo cantaba tanto de chica en mi casa de Rosario... ¡Y que ella me elija a mí como protagonista...! Me había visto cuando hice Nôtre Dame… en Milán. Imagináte… ¡qué emoción! Y bueno, en su obra me convierto en una heroína del rock.
–Pero lo tuyo siempre fue el pop. ¿Te sentís cómoda con este nuevo género?
–Siempre transité por lo melódico, es cierto. Soy así… muy romanticona, pero pienso que hacía falta ponerle pimienta a este momento de mi vida.
Y decidí ponérsela. Por eso me animé a cantar rock. Son las cosas que la vida te tiene preparadas. A mí me gusta sorprenderme y sorprender.
–¿Rodearte de las celebridades más grandes de la música también son las cosas que tiene preparadas la vida para vos? Porque fuiste una invitada de lujo en los WMA que acaban de entregarse en Montecarlo…
–(Suspira) Una experiencia emocionante. Con Nôtre Dame de Paris habíamos ganado el premio en 2002 y yo no había podido ir. Pero esta vez me senté a la mesa con los número uno del mundo: Céline Dion, Avril Lavigne, Shaggy. También con el príncipe Alberto de Mónaco, todo un caballero. Recuerdo que en ese momento pensé: “Guauuuu, ¿qué hago yo acá?”. Pero, bueno... Ahí estaba.
–¿Hubo un encuentro más inolvidable que todos esos que acabás de mencionar?
–Con los Maná, los mayores exponentes de la música de Latinoamérica. Porque sus temas me acompañaron de pequeña. Me dijeron: “Tenemos que hacer un video juntos”. Les contesté: “Yo diría que tenemos que hacer un tema”. Y en eso quedamos. Ojalá pronto te pueda dar la primicia de qué, cuándo y dónde lo haremos.
–En Italia ya te has consagrado definitivamente. ¿Sentís lo mismo en la Argentina o te pesa aquello de que nadie es profeta en su tierra?
–La gente me conoce mucho más en Italia, porque acá me sucedieron los momentos más importantes de mi profesión. Igualmente, no pierdo las esperanzas de lograr un equilibrio y explotar de la misma forma en la Argentina. Como artista siempre fui muy respetuosa. En mi carrera dije muchos más “no” que “sí” para hacerla despacio y que fuera sólida. Así que estoy esperando que llegue ese momento.
–Hace un tiempo –mientras participabas en varios capítulos de Sin Código, junto a Adrián Suar y Nico Cabré– habías anunciado que en 2007 te instalarías de nuevo en nuestro país. ¿Qué pasó con esa idea?
–La pasaremos para 2008. Esta carrera es una locomotora de la que no podés bajarte tan fácilmente. Surgen cosas. Por suerte, siempre tengo cerca hombros que me apoyan. Si no, desesperaría. Hace unos meses vinieron mis padres. La mamma me esperaba con la comida a la noche, me hacían unos mimos antes de acostarme. En este trabajo es muy importante la contención. Yo tengo muy claro que la familia, los afectos, son lo más valioso del mundo.
–Familia, decís. ¿No estarás pensando en…? ¿Es verdad que Manuel, tu novio, te acaba de proponer matrimonio?
–Ah, sí, pero no te voy a decir qué le contesté… Jajajá. En verdad, me encantaría formar una familia. Pero hay que ver qué pasa. Llegado el momento, si tienen que ser flores, flores serán. A cada uno le toca algo diferente en la vida. Hay que ver qué me toca a mí. 
Paseó sus curvas infartantes por las playas de Mikonos. Se mantiene “con mucho baile” y haciendo “vida sana”, asegura Lola desde Grecia.
“Esta carrera es una locomotora de la que no podés bajarte tan fácilmente. Por suerte, siempre tengo cerca a mi familia, a mis afectos. Si no, desesperaría”.
“Soy así… muy romanticona, pero pienso que hacía falta ponerle pimienta a este momento de mi vida. Y decidí ponérsela
