Desde hace más de un año y medio se encuentra inmerso en el Proyecto Virreyes, que busca difundir el juego del rugby entre los sectores más populares: "Estamos con cerca de 40
0 chicos de ocho a quince años, los sábados, en un terreno que nos facilitó Fate. Les enseñamos los rudimentos del rugby, el reglamento y hoy insólitamente disputan de igual a igual partidos con chicos de su categoría de los clubes importantes de Buenos Aires".
- ¿Cómo nace y quiénes forman parte de este proyecto?
Fue una idea de Marcos Julianes y Carlos Ramallo. Y me sumé al nivel de compromiso de mucha gente como los Barceló, hijos míos, Terrado, Capalbo, López Naguil, Durini. En fin, muchos apellidos juntos y mucha gente que da una mano en distintas funciones, como conseguir zapatillas y pelotas para los chicos o mangar para que coman. Esperemos que este proyecto piloto sirva para un futuro.
- ¿Qué explicación le encuentra al hecho de que el CASI no gana el torneo de la URBA desde el año '85?
Es un problema de desencuentros. La profunda pelea que hubo al comienzo de los '90 hizo que el grupo continuador de la línea histórica se corriera y eso trajo en consecuencia un debilitamiento en el espíritu histórico del club. Hoy veo señales de un reencuentro y más allá de los resultados, si se actúa con inteligencia puede volver al camino histórico.
Logró la gloria con su club, el CASI. Y Con el mote de gran motivador lo llevó de su mano al tri campeonato '74, '75 y '76. Sus equipos se distinguieron por el tacle y el buen juego: "Es un recuerdo muy lindo. Conduje a excelentes jugadores que no se repitieron en la historia".
- ¿En qué nivel está hoy el rugby argentino?
En lo cuantitativo, el rugby no crece como debería crecer. Hay que descubrir por que a los 18 años mucha gente deja de jugar. En cuanto a la calidad, entiendo que cada vez se juega mejor.
Michingo también es parte de la historia del Hindú club. Curiosamente fue el que llevó al club a entrenar a Don Torcuato. Lo hacían bajo las luces de los autos y así, a todo pulmón los padres de los Senillosa, los Quesada, los Fernández Miranda, los Ostiglia y muchos más comenzaron a gestar ese vínculo de rugby que se traslada hasta estos días.
No a la los mundiales
Rodolfo O'Reylli estuvo en tres períodos al frente del equipo Nacional. Entre el '82 y el '90, con interrupciones decididas por él mismo, en las que incluyó una candidatura como primer Secretario de Deportes de la Democracia representando a la UCR. No dirigió a Los Pumas en el mundial del '87 y se declara un anti-mundial.
- ¿Por qué está en contra de las Rugby World Cup?
El mundial es el pozo con el que tropezó el rugby del mundo. Este deporte se distinguía del resto. Pero no tengo dudas que dentro de unos años en el rugby van a estar José Barrita, Macaya y Araujo... No creo que esto se pueda evitar.
Un poco de historia
Cuando comandaba a Los Pumas junto a José Argento, entró en la historia grande. En 1982 venció a los Springbocks en su tierra. Así logró una de las hazañas más marcadas de nuestro rugby. "Fue muy lindo porque veníamos de una derrota una semana antes que dejó espacio para el análisis. Luego de una charla que tuve con Nellie Smith, un hombre que habían echado los sudafricanos hacía poco, descubrimos algunas cosas que yo no tenía claras como en no saber discriminar pelotas buenas y malas. Después de revisar esta cuestión fuimos con la idea de jugar sólo las pelotas que servían. Y ese día, en Bloemfontein, jugando con la cabeza sorprendimos a los Springbocks".
Los elegidos del maestro
- ¿Cuáles son los jugadores que estarían en su equipo?
La primera es para Alejandro Travaglini. Era Superman: se empezaba a entrenar a mitad de año sólo para jugar las finales. Era un dotado físicamente. Después, Rafael Madero, valiente hasta las armas. Todo el mundo sabe mi predilección por Loffreda: nunca perdió con el de enfrente, lo peor que le pasó al Tano fue empatar. Porta, un dotado que quizás no entendía la universalidad del juego, pero que además de todo lo que hacía con las manos y los pies era un gran tackleador.
"También tengo un enorme recuerdo de Eliseo Branca, el Chapa se la banca hasta el infinito. Tati Milano, un experto en agarrar salidas de ataque y de defensa y un tipo que no arrugaba. Srafín siempre fue como un cachorro: nunca entendió toda la potencialidad que tenía. Diego Cash, que con poco peso tenía una técnica espectacular. Después le daría otra camiseta a un tipo que conocía muchísimas cosas del juego, del CASI: Guillermo Casas. Y sin olvidarme de Martín Alonso".
Michingo nunca se probó la casaca de Los Pumas, pero tras largos años involucrado de pies a cabeza con la raza Puma, es palabra autorizada para responder.
- ¿Qué es ser Puma?
Me imagino que es llegar a la punta de una pirámide, ser el portador de un espíritu que distingue al rugby argentino sobre el resto del mundo. Es una manera de encarar la vida a partir de la solidaridad, del fervor, de una actitud definida. Ganando o perdiendo al salir de la cancha debe sentirse feliz porque ha entregado lo mejor de sí.
Ficha personal:
Edad: 65 años
Estado civil: casado con Silvia Bonzini
Hijos: tres (y nueve nietos)
Profesión: abogado
Club: CASI
Es el pozo con el que tropezó el rugby del mundo. Este deporte se distinguía del resto. Pero no tengo dudas que dentro de unos años en el rugby van a estar José Barrita, Macaya y Araujo... No creo que esto se pueda evitar", asegura.
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"Es el pozo con el que tropezó el rugby del mundo. Este deporte se distinguía del resto. Pero no tengo dudas que dentro de unos años en el rugby van a estar José Barrita, Macaya y Araujo... No creo que esto se pueda evitar", asegura.
Desde hace más de un año y medio se encuentra inmerso en el Proyecto Virreyes, que busca difundir el juego del rugby entre los sectores más populares.
Michingo pasó, e hizo historia, por los dos clubes, en su doble faceta de jugador y técnico.
