"Entonces, necesito una bicicleta con motor", pensó Sebas veloz, a puro
reflejo, como es su hábito, luego de que el médico le diagnosticara un principio
de asma y le prohibiera dedicarse al ciclismo, que acababa de convertirlo,
apenas con 5 años, en campeón infantil argentino. "Papá, ¿me comprás una moto?",
miró pillo a un lateral del consultorio. "Sos muy chico, hijo", trataron de
aplacarlo. "Pero...", pretendió retrucar. "¡Sos muy chico, y punto!", le
apaciguaron sus ánimos. Y fue la última vez, cierto. La última vez que a
Sebastián Oscar Porto le pararon la moto.
-Quizá a fines del 2004 podría darme el gusto de quedar Nº 1 -pone primera el
piloto del Repsol Aspar Team-. Lo palpité el 18 de abril, durante el Gran Premio
de Sudáfrica, donde festejé el tercer lugar después de haber sufrido un problema
en mis neumáticos que me hizo salir de pista y atrasarme al puesto veintidós.
Buscaba un podio y lo conseguí. De mantener la regularidad, creo que
transcurridas las dieciséis carreras del calendario… Aguantá -frena de repente-.
En diciembre hablamos.
-Vale. Obviemos el porvenir. Revisemos el pasado y el presente. Informemos que,
aunque le retrasaron sus intenciones iniciales, a los nueve, usted de manera
silenciosa se trepó en una motocicleta prestada. ¿No era menos complicado jugar
a las bolitas?
-Participé en un regional sobre tierra, y acabé tercero. Resultado a la vista,
mis viejos, Oscar (48, empleado) y Vilma (46, ama de casa) comprendieron que
prefería los fierros antes que las bolitas y las figuritas, y empezaron a
ayudarme. Pronto, obtuve los títulos santafesinos de Minimotos (1989) y de 50cc.
(1990), los nacionales de 100 (1992) y 250 (1994) y el europeo en 250 (1996), e
ingresé al Campeonato Mundial (1997), la elite total.
-Similar a una Fórmula Uno en dos ruedas.
-Te quedás corto. El motociclismo ocupa la segunda o tercera posición dentro de
los deportes principales de Europa. Por espectáculo, por sorpresa, por
expectativa generada, por paridad es, seguro, más divertido que la F1.
-¿Por promotoras, también?
-Sobre las promotoras no sabría contestarte (risas). Soy un tipo tranquilo,
enamorado de su novia. Hoy, delante de las mujeres, mis ojos no enfocan la luz
verde de largada.
-¿Hacia dónde enfocan?
-Hacia la ciudad de Rafaela, a 520 kilómetros de la Capital Federal. Hacia
Cinthia (22), que estudia Diseño gráfico y cuando puede me sigue o vuela a San
Pere de Ribes, mi centro de operaciones, distante treinta minutos de Barcelona.
Te repito, soy un tipo tranquilo.
-¿Cómo puede ser un tipo tranquilo alguien que maneja a 290 kilómetros por hora?
Convénzanos.
-Sé que para el común de la gente, los que conducimos a alta velocidad parecemos
locos. Error. Si sos un loquito, terminás mirando la carrera desde el cielo. Un
loco no valora la vida, y yo la valoro. Hay que conservar la prudencia a pesar
de la adrenalina. De lo contrario, te la das.
-Seguro. A ver: ¿Cuántos hospitales visitó gracias a la motito?
-Ninguno.
-¿Cuántas operaciones soportó?
-Ninguna.
-¿Cuántos huesos se ha quebrado al caer de una?
-Ninguno.
-¿Golpes?
-Varios, no vale la comparación. Hasta en un picado te golpeás. Para subirte
tenés que estar bien cuerdo, lúcido.
-¿Qué sensación se experimenta a semejante velocidad?
-Imposible describirla. ¿Libertad? ¿Respeto? ¿Placer? ¿Responsabilidad? Un
cachito de cada una. Te acostumbrás.
-¿Miedo a la muerte?
-Nunca. El día que le tema, me retiro.
-Habla como un señor experimentado que ya colgó su buzo antiflama. ¿En qué fecha
nació?
-El 12 de setiembre de 1978...
-¿No le pesa, con jóvenes 25 años, haberse convertido en una especie de Vilas
del motociclismo local?
-Para nada. Me gusta ser referente, aprovechar una nota para recordarles a los
chicos y grandes que usen casco, y a los automovilistas, que manejen recordando
que nosotros existimos.
-Comprometido, serio. Ultima prueba de tanque lleno, Porto. Se le acercan en el
semáforo y lo torean, acelerador en mano. ¿Qué resuelve?
-Nada. No me prendo.
-Vamos, Sebastián.
-Bueno, en general, no me prendo…
De paso por Buenos Aires, Sebas demostró su excelente humor y algo más: que el podio de Welkom, Sudáfrica, detrás del español Daniel Pedrosa y el francés Randy De Puniet, lo coloca en una lucha importante.
Admira a dos colegas, Valentino Rossi y Mike Doohan, y es el único piloto sudamericano que participa en la categoría mundial de 250cc. Para ello, se sube a la Aprilia RSW. Su próximo -y ruidoso- paso: el 2 de mayo, en Jerez de la Frontera, España.
