Dónde se esconden los secretos más secretos de una de las argentinas más bellas? Quizá en su cartera, imaginamos. O al menos es lo único que encontramos cerca. Y la desafiamos…
-¿Se atreve a abrir ese bolsito marrón rodeado de flecos, estilo cowboy, y mostrar lo que guarda adentro? -canchereamos.
"Obvio", contesta ociosa Sofía Karina Zámolo (va sin acento, aunque prefiere que lo escribamos con él). "¿Arrancamos?", propone la rubia de ojos verdes azulados y empieza a sacar cosas. Entonces surge un desodorante Dove en barra, protector balsámico de labios, corrector de ojeras y de cuidado solar, perfume Ralph Laurent ("No pongas qué clase es, que después me copian…", pide), hebilla, mini cepillo y crema dental, dos pequeños celulares plateados, cajitas de Buscapina y Reliveran ("Ando con vómitos, y no estoy embarazada, eh", aclara) y una billetera Guess blanca y celeste. "¿Conforme?", consulta la chica Multitalent, cuya carrera conduce, en condición de manager, el propio director de la agencia, Tomás Darcyl.
-Cuando nos abra la billetera, seguro.
"Vale", acepta sin chistar. Acto seguido, corre veloz el broche y comienza a enseñar tarjetas de Blockbuster, de Starbucks Café, de la obra social, de tres compañías de aviones -American Airlines, Lan y Aerolíneas Argentinas-, otras de trabajo; una medalla plateada envuelta en nylon, un rosario de madera, veinte pesos en cambio, unas llaves y su cédula de identidad. "… ¿Así que intentabas llegar a la edad, no?", reacciona.
-No. Sin embargo, parece interesante. Tener a mano la fecha de nacimiento de una modelo resulta al menos milagroso.
-¿Te parece? No tengo drama en comentarte que nací en San Fernando hace 22 años, el 21/3/1983. Tampoco que soy hermana de Diego (30) y Andrea (25) y que mis padres se llaman Diether (61, abogado) y Cristina (54), y el actual marido de mamá, Charly Arzeno. Qué sé yo. No como carnes rojas. Conduzco el programa Winter News por América (los domingos a la medianoche) y por Fox Sports. Sueño en convertirme en una especie de Xuxa argentina o de Marley versión femenina, actuar en cine, quizá ponerme las plumas para alguna comedia musical, cantar ante el público lo que canto solita bajo la ducha. En serio, no soy mujer de esconder… nada (repite delatando un escote que dificulta la concentración periodística).
-¿Nada? Háblenos de sus medidas. Y ojo que hemos cotejado viejos reportajes.
-90-58-90 (crecí un centímetro de cadera). Aparte calzo 38, mido 1,70 y peso 48 (subí un kilo).
-¿De verdad todo lo que enumera y le vemos cubierto, jamás fue exhibido sin ropa alguna, como juran y perjuran decenas de sitios de internet?
-Jamás. Yo puedo animarme a ponerme la bombacha y el corpiño más chiquitos que existan para desfilar. No obstante, me da pudor aparecer desnuda.
-¿Jamás aceptaría una oferta, digamos, de Playboy, por un millón de dólares?
-Jamás… Jamás dejaría de pensarlo (ríe).
-Tocamos el tema plata. Se le conocieron cuatro parejas. Parejas de apellido, de benévolo pasar económico, caso David Nalbandian…
-Estoy solterita hace siete meses. Hablemos del amor que vendrá, no de los que quedaron atrás. Por favor. ¿Dale?
-Dele. Hablemos del amor que vendrá.
-Quiero a alguien humilde, supercariñoso, simple, divertido, inteligente, sorprendente.
-Claro, y a mí me encantaría escribir como J.R.R. Tolkien. Un poco de sensatez, Zámolo.
-Sucede que no me considero una chica fácil. Ni de andar picoteando, te afirmo.
-¿Qué ofrece a cambio de tamaña pretensión?
-Fidelidad. Compromiso. Respeto.
-Tal vez el candidato ideal (o irreal) no desee que lo respete demasiado.
-Bueno, en la intimidad soy creativa y mimosa… hasta me gusta hacerme la bebé. No me va vestirme de Gatúbela, pero con ligas, medias y transparencias, posiblemente. Y dejalo ahí. Mis secretos más secretos no están adentro de mi cartera. Están adentro mío.
¿Dónde puedo pasarla mejor?", pregunta, angelical e inquietante, la rubia Zámolo.">
Bella de punta a punta, Sofía sigue viviendo en la casa de su familia. "¿Dónde puedo pasarla mejor?", pregunta, angelical e inquietante, la rubia Zámolo.
Me da pudor aparecer desnuda. ¿Si jamás tendría en cuenta una oferta, digamos, de Playboy, por un millón de dólares? Jamás… jamás dejaría de pensarlo"
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"Me da pudor aparecer desnuda. ¿Si jamás tendría en cuenta una oferta, digamos, de Playboy, por un millón de dólares? Jamás… jamás dejaría de pensarlo"
