«En la intimidad, las mujeres no tenemos pudores» – GENTE Online
 

"En la intimidad, las mujeres no tenemos pudores"

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Son cuatro mujeres bien distintas. Cuatro actrices con peso propio que comparten un éxito: Cuatro amigas, el unitario de 12 capítulos de Telefé producido por Ideas del Sur, que descubre con una mirada atípica en la tele el univer
so femenino. Ellas son Inés Estévez, Paola Krum, Mirta Busnelli y Valeria Bertucelli. En el programa interpretan a mujeres sentimentalmente solas y empeñadas, con distintas armas, en torcer ese destino. Su tema excluyente: los hombres. Hablan de ellos sin medias tintas ni eufemismos. Y de sexo -vivido, soñado, evitado, añorado o experimentado por cada una-, de la edad, los miedos, las cirugías, la celulitis y todos los temas que rondan el convulsionado mundo de las mujeres de hoy. En cada reunión de amigas, ellas comparten secretos e intimidades. 

En la vida real, estas cuatro actrices no son amigas, aunque entre ellas reine la buena onda. Y, decíamos, son bien distintas. Durante la entrevista y posterior producción fotográfica con
GENTE cada una se encargó de mostrar su personalidad. Mirta y Valeria esperan su turno para hablar y responden a las preguntas en voz muy baja. Mirta se nota que lo hace por una cuestión de respeto. Valeria, porque quizá no está muy acostumbrada a estos temas. Inés y Paola, en cambio, hablan sin parar. En el momento de las fotos, cada una vuelve a mostrarse tal cual es. Busnelli pide una copa de champagne para poder enfrentar la cámara con más soltura. Paola juega a seducir todo el tiempo. Inés sabe lo que quiere y cómo lo quiere. Valeria espera paciente su momento, pero cuando se para frente a cámara, lo hace con mucha personalidad. Son muy distintas. Pero tiene un rasgo en común: mujeres al fin, están pendientes de igual manera por el maquillaje, el pelo y la ropa. Y un detalle más: a la hora de conversar, resulta imposible interrumpirlas, como en cualquier charla de mujeres. 


-¿Cuatro amigas muestra una imagen más transgresora de la mujer o la realidad que vivimos hoy? De más libertad con respecto a los hombres, al sexo, a las relaciones…

Inés Estévez:
-Me parece que pinta una mujer más actual, más real, sin tantos prejuicios. Pero concretamente muestra a una mujer que en la intimidad tiene una soltura y una libertad que no se habían mostrado antes en la tele. 

Mirta Busnelli:
-Estas minas funcionan juntas como un organismo vivo que da permisos a cosas que son vistas con mucho prejuicio, como hablar en crudo de la relación con los tipos y el sexo. 

Paola Krum:
-Las mujeres juntas funcionamos como espejos y nos decimos y contamos cosas sin ningún prejuicio. Además, el encuentro entre nosotras se da a partir de la identificación: nos suceden cosas parecidas, vistas desde lugares diferentes, pero con una misma naturaleza que nos une. 

-¿Y cómo son ustedes? ¿Se identifican con la mujer liberada, independiente y desprejuiciada o son más parecidas al modelo antiguo? 
Valeria Bertucelli
: -Yo tengo varios aspectos de mujer moderna, donde me permito ciertas libertades. Y aspectos superanticuados donde me comporto de manera más tradicional. Soy muy cambiante.

Inés:
-Siento que soy una mujer normal, que nació y se crió en un círculo provinciano, no pacato, pero bastante cuidadoso. Y que a medida que fui saliendo al mundo, accedí a ciertas libertades que fui manejando como pude. 

Paola:
-Yo, como todos los personaje del programa, tengo ciertos pudores y recatos, pero me encanta inspeccionar. Por lo general trato de pedirle al hombre lo que necesito, en el momento en que lo necesito, aunque siempre con límites. A muchas nos pasa que algunas veces llegamos a lugares donde no deseábamos llegar, y cuando estamos ahí, en vez de bancárnosla, decimos: "No". Y eso no es ser histéricas, es muy femenino. Ese poder decir no es parte de esta mujer más liberada de hoy en día.

Mirta:
-Las mujeres somos de fluir de una cosa a la otra constantemente. Y muchas veces, cuando decidís darte un permiso, no quiere decir que después lo vivas como suponías que lo ibas a hacer. Un ejemplo: con la sexualidad uno dice "¿qué es lo que está mal?". Y en principio nada. Mal es algo que te hace daño a vos o a tu compañero. Pero aunque pienses así, seguro que no te atrevés a vivirlo tan libremente como lo deseabas. Y si finalmente lo hacés, sentís culpa. Típicamente femenino. 

-Todos sus personajes están en busca de un hombre, quieren perder la soledad. Son mujeres bien reales, no heroínas sufrientes. ¿Cuál es la realidad de cada una?
Inés:
-Yo estoy en pareja desde hace tres años con Fabián (N. de la R: Fabián Vena, actor), un bomboncito que además de ser mi amor es mi amigo. Y eso está buenísimo. Porque enamorarse, una puede enamorarse fácil. Amar, una incluso puede amar fácilmente. Pero cuando además tenés un vínculo de amistad con tu pareja es increíble. Vivo una realidad opuesta a la de mi personaje. En mi pareja tengo apoyo, compañerismo, no hay temores de traiciones porque no hay temas de los que no podamos hablar.

Valeria:
-Yo estoy contenta porque tengo la vida que siempre quise tener y una familia copada. Estoy enamorada de mi marido, Gabriel, y tengo un hijo maravilloso que se llama Florián y tiene seis años (N.de la R: su marido es Vicentico, líder de los Fabulosos Cadillacs). 

Paola:
-Chicas, basta que me da un poco de envidia…. (se ríe)

Inés:
-Ya va a llegar, Paola, ya va a llegar. Cuando menos lo esperes es cuando aparece. 

Mirta:
-Yo no estoy en pareja, pero dado lo que he escuchado voy a ver si puedo tener como amantes a los maridos de ellas (risas). Hablando en serio, en este momento estoy sola. 

-¿Y cómo viven la soledad? ¿Tranquilas, con bronca, desesperación o resignación?
Mirta:
-A mí me encantaría tener un buen encuentro con un hombre, pero tampoco me siento minusválida por estar sola, porque tengo una vida que me llena mucho. Diría que hay momentos en que me gusta volver a las dos de la mañana y tirarme sola a ver una película. Pero hay días en que todo eso se patetiza y quiero un hombre ya.

Inés:
-Cuando me ha tocado estar sola, traté de capitalizarlo. Disfruto tanto de la soledad como de tener un hombre al lado, porque los hombres son hermosos. Además, no estar con un hombre no es lo mismo que estar sola. La pareja es sólo una parte de la vida. 

Paola:
-Pienso que la soledad es enriquecedora tanto como lo es el encuentro con el otro. Pero la verdad es que cuando no estoy en pareja durante mucho tiempo me empieza como a dar un poco de urticaria (se ríe). Además deseo, en algún momento, formar una familia y tener un hijo. Y sola no quiero concretar ese sueño. Igual me parece que la imposibilidad de encontrarme con alguien tiene que ver con que disfruto mucho estar sola. 

Valeria:
-Yo, a pesar de estar casada, tengo bastantes momentos de soledad, porque mi marido viaja mucho. Y hay épocas en las que me llevo muy bien y la disfruto, pero hay ocasiones en las que estar sola se transforma en una verdadera pesadilla, y tengo terror hasta de la sombra del árbol en la pared. 

Paola:
-Me gustaría agregar algo más: por momentos, una idealiza lo que es la pareja, como que el otro fuera a salvar todos tus huecos y vacíos. Y en realidad sabemos que no es así. 

-Algunas teorías sostienen que la mujer enamorada tiene mucho de sometida, de dejar su vida y sus cosas de lado por estar con el hombre que ama... 
Verónica:
-En mi vida, mi hombre tiene mucha importancia. Y me encanta estar siempre que puedo con él. Pero cuando dejo de hacer cosas por él, es porque lo elijo. 

Mirta:
-Cuando estoy enamorada no lo siento como un sometimiento sino como una elección. Y creo que eso te enciende más. Lo malo es cuando ese interés se empieza a ir de mambo y comenzás a sentir que es un abuso de poder del otro. 

Paola:
-Ahora que las mujeres tienen sus espacios de trabajo, sus carreras, es difícil encontrar un equilibrio sin sentirnos culpables. Porque en el inconsciente todas tenemos esa cosa de la mujer sometida esperando al hombre. 

Inés:
-Naturalmente, las mujeres tenemos un instinto maternal. Y el hombre, por lo general, es un poco demandante y absorbente. Pero está en una aprender a regular la atención que le otorga al hombre para luego no pasarle una factura. Mientras en una pareja se conserven las individualidades y haya respeto y confianza, no importa cuánto des, en tanto eso te haga feliz. El asunto es no anularte por atender a un hombre. 

Valeria:
-A mí me gustaría reivindicar un poquito a los hombres. Al menos aquello que dice que ellos son demandantes y nosotras las que damos y damos, tipo víctimas. Yo conozco hombres que saben dar y una se puede poner en el lugar de sólo recibir e incluso, a veces, ser egoísta. 

Paola:
-El equilibrio es difícil. En una pareja las cosas deberían ir rotando. Pero también es genial darle rienda suelta a ese impulso maternal y de cuidado, aunque siempre sabiendo que está bueno que de vez en cuando te cuiden. 

-Otro tema muy recurrente y polémico es la amistad entre el hombre y la mujer. ¿Son de las que piensan que puede existir o que si sucede es porque hay un interés sexual de alguna de las dos partes?
Inés:
-La amistad profunda entre un hombre y una mujer es delicada. Tengo muchos amigos varones, pero que son gays, y otros con los que ya pasamos tantas barreras de años de conocernos y compartir cosas que estamos totalmente deserotizados. Si no, me resulta difícil. 

Paola:
-A mí me parece posible, pero con los años. Yo, al igual que Inés, tengo muchos amigos gays y otros con los que pasamos miles de cosas y que recién hoy en día podemos decir que somos amigos. Pero en algún momento de esa aparente amistad ha existido la fantasía de que podríamos llegar a ser algo más de parte de alguno de los dos.

-¿Qué esperan ustedes de un hombre?
Inés:
-Honestidad. Hablo de la honestidad para consigo mismo. Porque una persona que es honesta consigo misma, está obligada a ser impecable con vos. 

Mirta:
-Yo en cambio preferiría que no fuera tan impecable, porque si no me aburriría muchísimo. Me gustaría que tuviera una buena lucha con eso. Claro que quiero una buena persona. Pero de un hombre, primero y principal, espero un buen encuentro. 

Paola:
-Yo soy un poco complicada porque, por lo general, me gustan cosas que después se me vuelven en contra. A ver si me explico: las que en un primer momento me gustan, seguro que después paso a odiarlas. Por eso prefiero no esperar nada de un hombre. Por eso solo pido un hombre, pero de verdad (se ríe). 

Mirta:
-Además las mujeres somos tan cambiantes que nos aburre tener siempre lo mismo. Me puede gustar una torta de frutilla, pero también está bueno poder probar otra. 

-Los hombres nos acusan de ser complicadas. ¿Es así o los complicados son ellos?
Valeria:
-Hay tipos complicadísimos y otros no tanto, pero sí muy diferentes de nosotras. Y eso es lo maravilloso. 

Paola:
-Las mujeres somos bastante complicadas, enroscadas. Al menos yo me hago cargo. Y adoro que el hombre sea simple, que tenga esa capacidad para relajarse ante todo. Para mí es muy tranquilizador. Es lindo que un hombre te despeje y te haga pensar que la vida es sencilla. 

Inés:
-No somos complicadas, somos complejas. Complicadas suena a hincha; ser complejo, en cambio, es tener vericuetos, lugares que son muy interesantes para conocer. 

Mirta:
-Hay hombres complicados, atormentados, libres, sinceros, tranquilos… Hay de todo, y la mayoría son divinos. 


-Pasemos a otro tema: el paso del tiempo, el cuidado del cuerpo, las cirugías. ¿Cómo lo viven ustedes?
Inés:
-En la argentina está sobrevaluado todo lo que tiene que ver con la belleza y las mujeres somos víctimas de eso. Los hombres tampoco ayudan. Te dicen: "Sos más linda con tus curvas", pero pasa una hiperflaca y se les van los ojos. Este es un momento bastante particular de la imagen femenina. Y en nuestro caso, con el trabajo que tenemos, todo se hace más complicado porque dependemos mucho de la imagen. La realidad es que estamos pendientes y tenemos que vernos siempre bien. Yo igual trato de priorizar otras cosas . Me cuido pero no soy una obsesa. Y con respecto a las cirugías, el tema me da cosa. Yo soy supersana y sólo de pensar en cortarme la cara y pincharme algo, me da terror. 

Mirta:
-Alguien alguna vez escribió que hay que tener coraje para envejecer. Y yo estoy frente a ese desafío. En mi vida hay una eterna lucha con el tema del cuerpo y el paso del tiempo. A veces me levanto bien y pienso que la vida es la vida, incluida alguna nueva arruguita. Y otras, siento que me voy poniendo eterna. Ahí es cuando me pego unos gritos y digo: "Basta". Siento que eso me hace sentir mal y no me deja distinguir que hay otras cosas que valen más. Pero no puedo ser hipócrita y decir que no me importa nada. Claro que me importa estar bien: soy actriz, dependo de la imagen y tengo que estar a la orden del día, aunque eso muchas veces me resulte perturbador. 

Paola:
-Hoy por hoy, todavía no me he puesto a pensar demasiado en el cuerpo y las cirugías. Me preocupan más otras cosas. Como me cuido mucho, entreno, bailo y demás, lo que más me desvela es perder tonicidad o elasticidad. Pero soy consciente de que este medio es un poco cruel y difícil. Yo, por sobre todo, espero envejecer con dignidad.

Valeria:
-Yo, a medida que pasa el tiempo, pienso: "Me encantaría tener esta firmeza toda la vida", aunque sé que no puede ser así. Con la vejez tengo quizás una mezcla de intriga y miedo, pero que tiene más que ver con mi espíritu melancólico. Me da mucha curiosidad qué será de mí cuando sea una viejita y recuerde ciertas cosas. 

-¿Qué hay con los pudores? En un capítulo muy comentado Vero, el personaje de Mirta, tiene un encuentro íntimo con un hombre después de mucho tiempo, lo que le provoca temor e inseguridad. "No importa cómo soy, importa cómo me veo", dice ella. ¿Se sienten identificadas? 
Paola:
-No hubo una sola mujer que no se identificó con ese capítulo. A todas, en mayor o menor medida, alguna vez nos ha pasado. 

Valeria:
-Yo tengo algunos pudores, como cualquier mujer. Igual una cosa es pudor y otra que haya cosas de tu cuerpo que no te gusten. En general no soy pudorosa con mi cuerpo, pero sí tengo partes mías que no me gustan mucho. El pudor es algo que no va directamente relacionado con los defectos sino con un tema de inseguridad. 

Paola:
-Yo soy demasiado exigente con mi cuerpo en los lugares de exposición. Pero en la intimidad no tengo pudores, tal vez porque estoy en un lugar donde me siento confiada, querida, deseada, con alguien a quien sé que le gusto y que me quiere. Entonces me relajo. 

Inés:
-En mi vida personal y sexual, no tengo rollos. Soy más desprejuiciada con mi cuerpo que cuando se trata de exponerme profesionalmente, ahí tengo más reparos porque creo que hay partes de la estética que está bueno cuidar. 

Mirta:
-Hay algo que me gustaría aclarar. En el capítulo del que vos hablás, Vero, mi personaje, había puesto todo el peso en el cuerpo, pero en realidad tenía un miedo terrible a encontrarse con un hombre, y ese miedo lo había trasladado a si tenía las carnes duras o no. Dejando de lado la ficción, creo que una cosa es el pudor con lo corporal y otra cosa el pudor con la intimidad. Y creo que un encuentro con un hombre es mucho más profundo y placentero cuando lográs relajarte y dejás de lado los pudores. 

-Una última pregunta, muy común entre las mujeres que están solas, ¿quedan hombres?
Inés:
-Obvio que quedan, y están esperando a que los atrapemos. Y ojo con las nuevas generaciones, que vienen con la cabeza mucho más limpia. 

Valeria:
-Coincido con Inés.

Paola:
-Yo no quiero ser pesimista, pero hay muchas más mujeres. Hay una cantidad increíble de mujeres (se ríe). 

Mirta:
-Hombres quedan. Pero los de verdad son un bien muy preciado, diría que difíciles de encontrar.

por María Calatayud
producción: Sofía Delger
fotos: Gabriel Roca
(Agradecimientos: Central, Red Plus, Valeria Leik, Laura Valenzuela, Awada, Jazmín Chebar, Nicanor, Paula Cahen D'Anvers, Ricky Sarkany, Luna Garzón y Celedonio Loidoy. Maquillaron: Sebastián Estrada y Constanza Yabes. Peinaron: Sergio Lamensa y Esteban para Roberto Giordano)
En la vida real, estas cuatro actrices no son amigas, aunque entre ellas reine la buena onda.

En la vida real, estas cuatro actrices no son amigas, aunque entre ellas reine la buena onda.

A pesar de que no son amigas, Inés, Paola, Valeria y Mirta tienen muy buena onda entre ellas y se divierten mucho.

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En <i>Cuatro amigas</i>, las mujeres están sentimentalmente solas y en busca del hombre ideal. Paola, Mirta, Inés y Valeria, actrices, diosas, generadoras de un éxito.

En Cuatro amigas, las mujeres están sentimentalmente solas y en busca del hombre ideal. Paola, Mirta, Inés y Valeria, actrices, diosas, generadoras de un éxito.

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