“En la calle, mis hijas me piden: ‘¡Mamá, no hagas papelones!’” – GENTE Online
 

“En la calle, mis hijas me piden: ‘¡Mamá, no hagas papelones!’”

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Sabes qué somos las madres en esta etapa? ¡Remiseras, mi amor, re-mi-se-ras!”. El cálido acento caribeño es inconfundible. La que refunfuña con ese tono agudo pero amoroso con que se quejan las madres no es otra que Cathy Fulop (actriz, conductora y madre), pero su protesta es más o menos la misma que se escucha en casi cualquier casa donde habite algún adolescente. “Que hay que llevar a una a hockey, que la otra tiene que buscar un traje para una fiesta de disfraces, que la chiquita después tiene una comunión y un pijama party y la más grande quiere que la lleve a consolar a su amiga que no sé qué le pasó. ¡Ay, mi vida! ¡Estoy a-go-ta-da!”, termina la letanía y estalla en risas.

Mientras, se mide al lado de “la más grande”, Oriana, que ya le saca un par de centímetros, y “la más chiquita”, Tiziana, que ahora amenaza con correrse del protector paraguas materno. Ahora que “las niñas” ya no lo son tanto, los días de la familia Sabatini se organizan con Cathy dividiéndose entre las grabaciones de Talento argentino y su nueva pasión, la fotografía, mientras Oriana (14) y Tiziana (11, Titi) Sabatini arman su apretada agenda. Y papá Ova se agarra la cabeza.

“¡Ay, mi marido se quiere matar! Las lleva en la camioneta con sus amigos. Ellos van hablando entre sí, escuchando música, y ni lo registran. No puede decir ni palabra. Y encima las ve tan bellas y yo le digo: ‘Te hubieras casado con una mujer horrenda, así te salían feas las chicas. Nuestra mezcla dio esto’”, lanza ella con gracia.

–Están muy salidoras las chicas, parece...
–¡Muy! Tienen una vida social muy intensa mis hijas. Quieren hacer de todo y es muy lindo, porque es una etapa en la que se afianzan las relaciones sociales. Siento que es un lindo momento para que yo, como mamá, esté con ellas. Es como cuando tienen dos años, que caminan y estás con miedo de que se choquen con las puntas de todas las mesas. Es igual ahora, porque están descubriendo una independencia increíble. Y si se golpean, estoy yo para contenerlas.

–¿En qué etapa estás con cada una?
–Oriana está en una etapa difícil, porque entró en la adolescencia y, por ser la mayor, siempre se bancó mi aprendizaje. A los 11 años tuvo esa etapa por la que ahora pasa Titi, que es cuando quieren cortar el cordón umbilical, te miran con rechazo y tienen un Edipo terrible con el padre, te dicen “mami, yo soy distinta a ti”. En ese momento yo sufría mucho, porque no quería que la besara. Me miraba con rabia y yo decía: “¡Pero si la amo tantoooo...!... ¿Cómo puede ser?”. La quería apretujar, abrazar, besar. Y ahora me está pasando lo mismo con Titi, y Ori es como que está más suave. Aunque tenemos nuestros encontronazos todavía.

–Se quieren diferenciar también de vos, aunque sos una madre joven, linda, canchera. O sea que no zafa ninguna.
–¡Noooo! Porque las mamás somos las culpables de todo, siempre. Y yo les digo “lo siento mucho, pero para mí van a ser mis bebés siempre; se la van a tener que bancar aunque no quieran”. Van a tener que soportar mi amor loco.

–¿Son confidentes con vos?
–Algunas cosas me cuentan. Yo trato de meterme de indagar un poco. Pero cuando veo que se empiezan a molestar, no insisto. Trato de respetar su privacidad, para que ellas también aprendan a respetar la privacidad de papá y mamá. Siento que ellas están formando su mundo y lamentablemente uno queda fuera. Te necesitan, pero sin que las invadas.

–¿Ova es un padre permisivo con las salidas, o es muy guardabosques?
–Se hace un poco el duro, pero yo le digo a Ori, por ejemplo, cuando quiere salir a alguna fiesta: “Vas a tu papá y le hablas tiernita, le pides permiso. No te pongas contestona”. Las mamás tramitamos algunas cosas, pero después ella va y lo convence.

–¡Ya le estás pasando secretos para conseguir cosas de los hombres!
–(Risas) Y sí, algunas... Le digo que hay que actuar con diplomacia con la gente. Mira, yo no soy muy estricta en cuanto a los permisos y las salidas, a qué hora se acuesta y esas cosas, pero sí lo soy con los valores: la educación, el respeto a los mayores.

–¿Qué te critican?
–Que sea tan alborotada. A veces les divierte ver cómo soy como mamá, porque las trato con mucho humor. Pero les molesta mucho cómo se ve eso hacia afuera. Cuando estamos en la calle o en un centro comercial, por ahí la gente me saluda; yo contesto a los gritos y me dicen “¡mamá, no hagas papelones!”. O cuando vamos a un restaurante me dicen “¡por favor, no hables!”, para que la gente no me reconozca el tono de voz.

Lindas, frescas y con gracia. Oriana ya debutó en la pasarela, estudia música y canto.  Titi ya probó con la escultura y las artes plásticas.

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“Oriana, con sus catorce años, está en una edad difícil. Esa en la que se afianzan las amistades que son para siempre”.

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“Tiziana tiene once años y está en la etapa en que las chicas quieren cortar el cordón umbilical, te miran con rechazo y tienen un Edipo terrible con el padre”.

“Tiziana tiene once años y está en la etapa en que las chicas quieren cortar el cordón umbilical, te miran con rechazo y tienen un Edipo terrible con el padre”.

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