Tenemos 22 minutos y medio de entrevista. Los otros 22 y medio son para el fotógrafo, de un total de 45 asignados, Chayanne.
–Una pena tan escaso tiempo. Lástima. Ocurre que no es común hacer promoción de un disco y gira a la vez. Ayer, recital en Chaco, hoy, reportaje y Susana Giménez, y luego Córdoba, San Juan, firma de autógrafos en la Capital Federal, gala en el teatro Opera. ¿Sabías que Mi tiempo sale aquí antes que en los Estados Unidos?
–Interesante dato, pero ya pasaron 43 segundos. ¿Nos ayudará a terminar las dieciséis preguntas que preparamos?
–Espera que cargo agua mineral y listo. Venga.
–¿Recuerda su primera visita aquí?
–No con exactitud. Puede haber sido en 1987, 88. Me acuerdo que vine con el disco Este ritmo se baila así. A partir de ahí y de la canción Provócame, cuyo pasito crearon ustedes en las discos y yo copié, mi carrera comenzó a crecer y llegaron varios premios, el primer comercial en castellano de Pepsi trasmitido en los Estados Unidos… Un buen debut.
–Buen debut al que acompañaron varias visitas posteriores. Una, que pocos recuerdan, Chayanne. La de marzo de 2002, cuando, en la etapa post cacerolazo, en el peor momento económico de nuestro país, aun resignando ganancias no dejó de venir.
–Lógico. Vine en las malas y vengo en las buenas. ¿Qué hacé, bolú? (carcajada). Mi nuevo compacto trae un tema llamado Loco por vos, y no resulta casual. ¡Tanto me han brindado! Publicidades, videos, vivienda, la telenovela Provócame, un tema para Disney. Sí, Argentina es mi segunda patria, aunque no suelo repetirlo demasiado, para no ofender ni que parezca un discurso. Eso al margen de su vino, su asado al quebracho, las amistades que cultivé, sus sitios maravillosos como Rosario, Mar del Plata, las Cataratas del Iguazú. La gente me ha hecho sentir su primo, su hermano. Como que hubiese ido a la escuela con ustedes. Aquí no te estudian de reojo, onda extranjero. En este país me siento un argentino más.
–¿Y qué tiempos de artista y persona transita este argentino adoptivo hoy, lanzando justamente el álbum Mi tiempo?
–Seguro, el de búsqueda de la felicidad. El tiempo es lo único que no tiene precio ni se puede negociar. Y yo trato de distribuirlo lo mejor posible. ¡Ojalá mi día durara 48 horas! Quiero disfrutar a mi familia en Miami y a mis parientes en Puerto Rico, no perderme las actividades de Acción de Gracias, San Valentín, Navidad. ¡Qué carrera contra el reloj! Ahora, por ejemplo, permaneceré ocho días en tu país y retornaré a mi hogar por tres, y así. Soy de los que regresan. Antes, a los 15, 16, 17, residí dieciocho meses en México, seis en España, me iba por largas temporadas. Con el tiempo lo balanceé. Ahora trato de dividirlo mejor y volver seguido a casa.
–Tal cuota de devoción por los suyos aparece inclusive en la dedicatoria: “A mi familia, por ser la fuerza y el motivo de todas mis alegrías y ganas de seguir adelante”. ¿Inspiró lágrimas de emoción, Chayanne?
–Marilisa (38, ítalo-venezolana, abogada), Lorenzo (9) e Isadora (6) lo merecen. Y volvemos al tema, mira. Claro, porque mis hijos aprendieron a caminar en Buenos Aires. Así que imagínate. Nos unen muchas cosas con la Argentina, en serio. Y nos falta bastante por recorrer. El Sur hasta la Antártida, calzarnos esquís.
–Disculpe que nos alejemos de la cuestión pero, ¿cómo se explica que, con tanta tentación alrededor, uno de los sex symbols latinos del momento mantenga la misma mujer durante diecisiete años, y cómo se explica que, con tanta presión alrededor, la misma mujer se mantenga junto a uno de los sex symbols latinos del momento?
–Ella me conoció en la carrera, sabe de mis ausencias. Obvio que existen las coqueterías de las fans y el artista… Pasa que en nuestra relación abundan la tolerancia, la comunicación y la confianza.
–Entiéndase: durante las giras, Chayanne exhibe un comportamiento monacal…
–Siempre tranquilo, siempre tranquilo (cruza los dedos).
–¿Ojos que no ven, corazón partío que no siente?
–Total. ¡Qué hermosa frase!
–A propósito, ¿ya se cruzó a Alejandro Sanz? ¿Le contaron que se aloja en el Sheraton de Retiro, como usted?
–Lo sé. Antes de la partida nos veremos o nos telefonearemos.
–Supongamos que le obsequian el último compacto del propio Sanz, el de Luis Miguel, el de Ricky Martin, el de Christian Castro, el de Enrique Iglesias y el flamante suyo? ¿Cuál introduciría de entrada en el equipo, cuál segundo, tercero, cuarto, quinto y sexto, Chayanne?
–Depende. Son grandes artistas. Todos poseen su público. Aparte, hay públicos cruzados.
–Tarjeta amarilla por falta de coraje. ¿Cuál primero? ¿Cuál último?
–Entonces anota: en los dos casos, el mío. Primero, porque llevo el último cargado en mi iPod, ya que necesito memorizar bien los temas recién nacidos. Y último, porque si no fuera debido a lo que acabo de explicarte, no suelo escuchar nada mío, ni siquiera cantar en la ducha o bailar en las reuniones domésticas.
–Imaginemos que debiera autocontratarse por una de sus especialidades. ¿Se elegiría como bailarín, cantante o actor?
–Mira, Chayanne es un paquete. Bailarín, hay grandes bailarines: Chayanne baila con el corazón, tiene pasión y se divierte. Cantante, hay grandes cantantes: Chayanne tiene grandes letras, ritmos pop y una voz melodiosa. Y actores, lo mismo.
–El tango Volver, de Gardel y Le Pera, sostiene que “veinte años no es nada”. ¿Y veinte discos? Porque Mi tiempo acaba de convertirse en su doble decena.
–Para mí es nada. No siento que hayan pasado veinte. Aunque en lo íntimo reconozco que se trata de una trayectoria, un numerazo. Defiendo y respeto a los iniciales, aquellos que grabé a partir de los 10 años con el grupo Los Chicos, tanto como defiendo y respeto al último. Tampoco sé hasta qué número llegaré. Apenas estoy arrancando. Deseo seguir regresando a la Argentina cargado de sorpresas. Voy a cantar y actuar con canas. Me voy a morir cantando y actuando.
–¿Qué hubiese sido Elmer Figueroa Arce si no fuera Chayanne?
–Disfrutaría también. La vida me llevó a la música. De entrada no lo decidí yo. A los 5 ya cantaba. Quizá hubiese practicado algún deporte de manera profesional. Ando bastante bien en golf y tenis.
–¿De trabajar, nada?
–(Risas) Ensayo, gira, pasaje, treinta y pico de personas. Tú, que perteneces al medio, eres consciente de lo que sudamos.
–Cierto, y ante semejante trajín, ¿le pesa la cercanía, el peldaño a los 40?
–¿Peldaño? Falta. Los cumpliré el 29 de junio de 2008. Falta. Igual, físicamente no lo sufro. Me cuido. Caminatas, gimnasio. Siempre ando activo. Levanto mis pesas, me alimento sano. Mido 6,1 pies (1,86 m), peso 195 libras (88,5 kilos). Yo le aconsejo a la gente que si pretende ponerse a dieta, se sume a mi gira.
–Pisamos el límite de los 22 minutos y medio y no hablamos de las argentinas, Chayanne. ¿Las mujeres más bellas del planeta Tierra y alrededores?
–Interesante cuestión. Okay. ¿Te la contesto en octubre, antes de mi presentación en River Plate? ¿Te parece?
–Me parece…
“Volveré en octubre para presentarme en la cancha de River”, adelanta Elmer Figueroa Arce (38), quien el miércoles 28 a las 17 firmará autógrafos en El Ateneo Grand Splendid.
“¡Ojalá mi día durara 48 horas! ¡Qué carrera contra el reloj! Antes me iba por largas temporadas afuera. Ahora trato de dividirlo mejor y volver seguido a casa.”
“Sí, Argentina es mi segunda patria, aunque no suelo repetirlo demasiado, para que no parezca un discurso. La gente me ha hecho sentir su primo, su hermano. Como si hubiese ido a la escuela con ustedes.”
