“En el año 2012, la Argentina va a tener 350 millones de habitantes” – GENTE Online
 

“En el año 2012, la Argentina va a tener 350 millones de habitantes”

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Es el Año de la Rata, el 4706 según el calendario lunar chino. Comenzó hace poco, el 7 de febrero, y hubo celebraciones alrededor del mundo. Incluso entre la comunidad oriental del Bajo Belgrano porteño. Ludovica Squirru ya editó su libro (por Atlántida), un clásico de horóscopo y predicciones, con inequívoco destino de best seller. Es el número veinticinco, el comienzo de su tercera vuelta de rueda a los doce animalitos que habitan el calendario asiático. “Mis libros ya son parte del inconsciente colectivo de cada fin de año”, arriesga. Y no se equivoca. Ahora está de gira por la Costa Atlántica, en Mar del Plata. La entrevista será en el balcón de su departamento, que ofrece una vista soberbia de Playa Varese. Ludovica ofrece café, té y agua mineral, todo junto. “Hace mucho que no doy entrevistas”, advierte.

–Cuando concede una, ¿qué es lo que más le preguntan?
–Estoy educando a los periodistas para zafar del micromambo. Ya basta de “¿cómo empezaste con el horóscopo chino?” o “¿por qué te dedicás a esto?”… Me gustaría que mirasen también mi parte de escritora, de poetisa. Ya empecé a trabajar en mi biografía. Comprendo que les cueste correrse de la best seller. Si gracias a mis trabajos hoy en la Argentina todos conocen su signo en el horóscopo chino... En realidad, lo que más me preguntan es: “¿De qué signo soy?”. ¡Quieren que les hable de ellos!

–Una consulta gratuita...
–Por eso no salgo a la calle… ¡para que no me violen! (ríe). Soy víctima de mi propio invento.

–Todos queremos ganarle al tiempo, saber qué nos va a suceder.
–Eso pasa desde el principio de los tiempos, desde el oráculo de Delfos, desde los hombres que miraban el cielo, desde Adán y Eva… Destino, para los griegos, quiere decir “las huellas que uno ha dejado”. No es lo que viene. Eso hace que te hagas las preguntas de siempre: “¿Hacia dónde vamos?”, “¿Cuál es mi misión en la Tierra?”, “¿Qué me va a pasar?”. Pero yo no fomento eso con mis libros: el trabajo de la astrología es más preventivo que de predicción. Es una herramienta de auto-conocimiento. Aunque, es cierto: la gente se tira de cabeza sobre las predicciones.

–Ahora, en esta vorágine que vive el mundo, ¿la necesidad de espiritualidad es mayor?
–El mundo está loco, absurdo, materialista, nihilista, escéptico y globalizado. El planeta Tierra está en un estado de emergencia muy serio, por todos los daños que le hemos causado: contaminación ambiental, deforestación, consumo ilimitado de agua dulce… Dentro de poco, una botella de agua mineral va a costar más que un Rolls Royce. La Tierra y el Universo están en un fin de ciclo, ya anunciado por las grandes profecías. ¿Cuáles? Las mayas, chinas, sumerias, egipcias… Las señales son evidentes. Mirá cómo reaccionan los volcanes, la tierra se mueve, hay tsunamis, incendios, sequías… Tenemos cuatro cambios climáticos en un mismo día. ¡Nadie puede salir inmune de algo así! Por eso es que hoy hay una mayor necesidad de buscar el equilibrio. Se cayeron todas las fórmulas exteriores: hay que buscar adentro. Yo llevo ocho años viviendo en Córdoba, adonde pasé más pruebas que en el Tibet.

–¿Por qué eligió Córdoba?
–Fui a reconstruir mi vida y mi casa perdida en mi infancia durante un incendio. Yo nací y me crié en una quinta en Parque Leloir. A mis 17 años se quemó íntegra y, en una noche, lo perdí todo. No tengo pasado ni recuerdos de mi infancia. Necesitaba reconstruir mi infancia desde la tierra, desde los cimientos. Elegí Córdoba porque allí pasé las mejores vacaciones de mi vida, en la casa de mi abuela materna. Construí mi casa desde cero, abrí el camino, llevé el agua, la luz… Hacer una casa de la nada es lo más sanador y terapéutico que te podés imaginar. Después se me incendió el campo, también. Creo que estoy perseguida por el fuego. Se me voló el techo de una casa en un huracán, he tenido piedras, granizo… Pero todo eso en vez de amedrentarme, me dio más fuerza. Cuando te conectás con la Naturaleza, aceptás tu propia naturaleza. Ella te apacigua, te amansa… ¡te enseña a ser más humilde!

–¿Qué podemos esperar los argentinos en el Año de la Rata?
–De acuerdo a nuestra fecha de independencia, la Argentina es Rata. El 9 de julio de 1816 fue Luna llena en oposición al Sol, que es lo peor que puede haber para el nacimiento de algo o alguien. No hubo ningún astrónomo asesorando en la fundación del país: ahí está nuestro karma. Hace cinco años yo tuve una inspiración en Traslasierra, mirando el cielo. Y, junto a otros astrólogos, uno maya y otro mapuche, resolvimos refundar astrológicamente a la Argentina. Y la hicimos el 4 de diciembre de 2003, a las cinco de la tarde, en Ojo de Agua. De acuerdo a esta fecha, la Argentina es Cabra de Agua con ascendente Mono, Sagitario ascendente Tauro, para equilibrar esa energía Cáncer-Libra que tenía en su fundación original. Desde entonces, creo que el país está en franca mejoría. ¿Te parece casual que se hable de un cambio en los últimos cuatro años?

–Dudo que los Kirchner le reconozcan mérito.
–No quiero crédito, soy apolítica. Si encaja, no es por casualidad. Yo vaticiné que iba a explotar el turismo internacional en el 2004 y se cumplió. Fijáte en los libros.

–¿Qué nos espera para el futuro inmediato?
–Ahora predigo que en los próximos años los argentinos vamos a recibir a personas de todo el mundo, con hambruna, escapando de la guerra, con enfermedades… Con guerras químicas quieren diezmar a la mitad de la población del planeta.

–Es un mensaje apocalíptico.
–¡El Apocalipsis empezó hace siglos en el planeta! Acá hay mucha riqueza, y va a ser absorbida por personas que van a llegar buscando refugio. En los próximos cinco años, en la Argentina va a haber 350 millones de habitantes. Acordáte, ponélo.

–Se está jugando un Prode difícil, Ludovica.
–¡No es un Prode! En cinco años, 2012 o 2013, este país estará superpoblado. La Argentina y toda América van a ser el centro del mundo. Andá buscándote un lugar, un refugio. Yo vivo en Córdoba porque sé que voy a tener que recibir a mucha gente. Los mares están aumentando, le están ganado a la tierra, los polos se están descongelando… ¡Ya está pasando! Esto es urgencia planetaria. La gente está todavía viendo el mensajito de texto, pero en breve va a haber un colapso de todo lo cibernético. Se va a caer el sistema de verdad, la atmósfera no soporta más interferencias. El Año de la Rata es el comienzo de esta caída. Esto se va a ir acelerando cada vez más. El mensaje no es apocalíptico, es preventivo.

–Pero usted predice el final.
–¡Pero podés modificarlo! Yo tengo que informar y despertar conciencia. Alguno dirá “está loca”, “manda mucha información”… Pero es mi obligación decirlo. ¡No es para vender más libros ni jugar Prodes! Yo sigo la línea de las profecías mayas, las predicciones de Solari Parravicini, que ya lo cantaron hace mucho. Si no despertamos, pronto vamos a estar todos en el Arca de Noé.

–¿Cómo ve al país gobernado por una mujer?
–La presidenta Cristina Kirchner es Serpiente de Agua. Yo vaticiné que iba a ser candidata. Ahora es muy pronto para juzgar su trabajo… Pero estamos viviendo el tiempo de la mujer, de lo femenino, de la energía femenina. Y no estoy haciendo un discurso feminista. ¡Si las mujeres han hecho el mundo que tenemos! Cuando hablamos de un mundo machista… ¿quién crió a esos hombres? La mujer. Yo estoy eximida de culpas porque no tengo hijos. He criado hombres, parejas y sobrinos. Me encanta la energía masculina y, cada tanto, me dejo seducir por un piquetero galáctico (ríe).

–Más allá de cualquier predicción, ¿nunca sintió la necesidad de ser madre?
–Sí, me faltó un hijo en la vida. No se me dio. Con quien hubiese podido tenerlo, no llegó. Y hoy, por mi edad, ya no puedo. Es un agujero de ozono que me pegó fuerte en los últimos años. Ya lo digerí, pasé el cimbronazo, porque acepto mucho la naturaleza de la vida. En su momento fue un dolor enorme.

Ludovica asegura que sus libros más que de predicciones, son preventivos. “El horóscopo es una   herramienta de autoconocimiento”, asegura.

Ludovica asegura que sus libros más que de predicciones, son preventivos. “El horóscopo es una herramienta de autoconocimiento”, asegura.

“La presidenta Cristina Kirchner es Serpiente de Agua. Yo vaticiné que iba a ser candidata. Es muy pronto para juzgar su trabajo, pero estamos viviendo el tiempo de la mujer, de lo femenino, de la energía femenina”

“La presidenta Cristina Kirchner es Serpiente de Agua. Yo vaticiné que iba a ser candidata. Es muy pronto para juzgar su trabajo, pero estamos viviendo el tiempo de la mujer, de lo femenino, de la energía femenina”

“La Tierra está en un fin de ciclo, en estado de emergencia, por el daño que le hemos causado. Esto ya fue anunciado por las grandes profecías mayas, chinas, sumerias, egipcias…”

“La Tierra está en un fin de ciclo, en estado de emergencia, por el daño que le hemos causado. Esto ya fue anunciado por las grandes profecías mayas, chinas, sumerias, egipcias…”

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