De lejos, la postal parece casi la misma de otros años. Antonio (38) camina por el imponente jardín de La Colorada de la mano de una joven rubia. La imagen es idílica. El sol se pone sobre la laguna y ellos se abrazan, se miran, hablan, ríen y disfrutan. Pero quien pasea por la chacra que el mayor de los De la Rúa supo compartir con Shakira (34) no es otra que la ex Miss Colombia Daniela Ramos (23).
A la distancia se los ve atentos a los preparativos para la noche: un ejército de asistentes se mueve contrarreloj armando livings, colgando bolas de espejos en la galería, controlando el catering y probando el sonido. Es que tan instalada está la caleña en el refugio de su novio en el Este, que el jueves 5 fue anfitriona de la exclusiva fiesta de los De la Rúa que reunió a lo más chic de Punta: de Marcelo Tinelli –fue sin Sol Calabró, acompañado por su amigo Hernán de Laurente– hasta Valeria Mazza y Alejandro Gravier, pasando por modelos como la top internacional Milagros Schmoll, empresarios como Gustavo Grobocopatel y Sebastián Eskenazi, y socialités como Esmeralda Mitre, que fue con su pareja, Darío Lopérfido, íntimo de Antonio.
Si años atrás la estrella indiscutida de la fiesta era Shakira, esta vez el plato fuerte fue DJ Luciano, el músico que Antonio trajo de Ibiza y que dio un show privado antes del sunset del sábado 7 en Laguna Escondida. La sobrenatural belleza caribeña de Daniela –de medidas perfectas: 89-62-90–, que también es una reconocida DJ internacional, no pasó desapercibida mientras bailaba con Antonio detrás de las bandejas. La misma escena se repetiría dos días después en la playa, ante más de mil almas danzantes –entre ellas Alan Faena, Mike Amigorena, la actriz norteamericana Tara Reid y la top israelí y ex de Leonardo DiCaprio, Bar Refaeli– que saltaron al ritmo de Luciano.
Antonio y Daniela se conocieron en marzo en un concierto de Shakira en Bogotá, cuando él ya estaba separado –la ruptura fue en agosto de 2010– y la megaestrella pop ya había hecho público su romance con Gerard Piqué (24), el futbolista del Barça. La nueva relación de Antonio va tan en serio que Daniela ya conoció a Inés Pertiné y a Fernando de la Rúa. Y dicen que la pareja también estuvo por Cali, donde habrían compartido con los padres de ella el tradicional Paseo de Olla, ritual gastronómico que propicia el encuentro familiar. La lectura es tan sencilla como contundente: los Ramos le dieron el visto bueno a Antonio.
Aún no conviven, pero Daniela visita con frecuencia el piso neoyorquino de Antonio, desde donde él controla los negocios del banco de inversión G2, que tiene en sociedad con el empresario Todd Morley. Los viajes por el mundo –incluidos destinos argentinos como Salta– y el tiempo compartido en Ibiza –tierra en la que él se afianza como productor de músicos electrónicos como Luciano, y ella toca en las fiestas más cool de la isla– son parte de la rutina nunca convencional de la pareja.
Ahora, en Punta, Antonio y Daniela se muestran enamorados en las noches de Tequila y reciben amigos en La Colorada –que hoy pertenece completamente a Antonio–, donde hacen mucha pileta y poca playa. Lo cierto es que en la paz esteña y lejos de Shakira, que hasta hace pocos días descansaba en Miami junto a Piqué, el mayor de los De la Rúa cambió el pop latino por la música electrónica.
En La Colorada, la escultural Daniela Ramos ya se mueve como la nueva señora de la casa, de la mano de Antonio. En marzo cumplirán un año juntos.
De medidas perfectas (89-62-90), Daniela fue Miss Colombia en 2009. Versátil, estudia Diseño Gráfico en Bogotá y es una reconocida DJ.
Con Daniela Ramos, primer verano de amor en la chacra esteña que solía compartir con Shakira.
