Con el argumento de "no decepcionar" a los fans, los productores le pedían que mostrara más partes de su cuerpo, denunció la actriz.
Durante sus ocho temporadas en la superproducción fantástica de HBO, Game of Thrones, Emilia Clarke parecía no tener reparos en quitarse la ropa para interpretar las sensuales escenas de su personaje Daenerys Targayen.
Ahora que la serie terminó, Emilia -que ya tiene 33 años y no 22, cuando empezó a rodar la serie- tiene un punto de vista más crítico sobre cómo ocurrieron esos desnudos en el set de filmacion. Durante una aparición en el podcast Armchair Expert de Dax Shepard , Clarke dijo que se sintió presionada para aparecer desnuda en Game of Thrones desde el principio.
La actriz aseguró que los jefes de producción la presionaron en varias ocasiones para que grabara estas escenas, muy frecuentes en la trama, aún cuando ella se negaba o ponía algún impedimento. "Tuve varias discusiones como: 'No, la sábana no me cubre del todo'. Y ellos contestaban: 'No vas a querer decepcionar a tus seguidores de Game of Thrones", contó la intérprete.
Para Clarke, el número de este tipo de escenas en la primera temporada fue "abrumador" y el estrés que le generaban la llevó a depender del alcohol. De hecho, en 2016, le dijo a The Sun sobre estas escenas: "Todo lo que necesito es vodka, una iluminación favorecedora y estoy lista".
La actriz cumplió el pasado mes de octubre 33 años, pero cuando se empezó a rodar la serie, en julio de 2010, tenía 22 años. Era más joven, más ingenua y estaba comenzando su carrera en la industria de la televisión y el cine. "Soy más sabia ahora sobre las cosas con las que me siento cómoda y con las que me encuentro bien haciéndolas", afirmó.
Actualmente está promocionando la película Last Christmas, que produjo la actriz Emma Thompson, y participa en otros largometrajes como Voces ocultas o Han Solo: Una historia de Star Wars.
