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Ellos también tienen secretos

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Te digo la verdad si no me mandás al frente. Porque yo no tengo drama, pero los argentinos todavía somos muy machistas y no estamos preparados para admitirlo sin correr el riesgo de quedar como maricones”. Palabra más, palabra menos, así se confesaba off the record un actor de alto rating en la tevé. Fuera del grabador, todo. Con nombre y apellido, mejor nada. Las cifras oficiales son innegables y lo confirman: la cantidad de hombres que se someten a cirugías y tratamientos estéticos creció un cien por ciento en los últimos años. El fenómeno, según los especialistas, tiene que ver con varios factores: el boom del mercado de la cosmética antiage masculina, la importancia de tener una imagen joven como sinónimo de éxito en el campo laboral, el fitness como estilo de vida, la cantidad de celebrities mundiales con su propia línea de perfumes, cremas o ropa. Algo que podríamos simplificar en tres palabras: el estilo Beckham.

Si bien existen muchísimos anónimos que se animan, la cantidad de famosos (entre políticos, empresarios, conductores, actores y deportistas) que hoy eligen la cirugía plástica y las cremas antiedad es aún mayor. Ahora, la coquetería es –también– cosa de hombres.

SIN TEMOR AL BISTURI. Las estadísticas de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica revelan que en América, del total de cirugías estéticas que se practican, el 11 por ciento se hace en varones. Hace 15 años este porcentaje no superaba el 5 por ciento del total y, por lo general, sólo se trataba de casos excepcionales de hombres que querían corregir su nariz. En esos tiempos, algunas celebrities dieron el primer paso. Entre ellos: Adrián Suar, Nicolás Repetto, Carlín Calvo, Gabriel Corrado y Raúl Taibo. Pero en los últimos 10 años, los hombres argentinos se están animando más. Hoy, la cirugía estética que tuvo mayor crecimiento es la lipoaspiración de la zona abdominal. “Mientras la mayoría de las mujeres piden hacerse lolas, ellos quieren lipo para quitarse los rollitos de la cintura”, asegura el cirujano Sergio Korzín. Charly Alberti, el empresario y político Francisco De Narváez, Guillermo Cóppola y Franco Macri fueron de los primeros en atreverse.

En segundo lugar le sigue la operación de párpados y bolsas de los ojos, que también figura entre las más pedidas. Y hacia ese objetivo fueron Ramón Ortega, Fernando Bravo, Luis Ventura, Raúl Alfonsín y Carlos Menem, entre tantos. El lifting facial, ocupa el tercer puesto. Alejandro Dolina es uno de los primeros casos que trascendieron el top secret profesional. Pero no el único: Ramón Ortega (una vez más) y el refreshment (pequeño lifting facial) de Gustavo Bermúdez, también se hicieron públicos. “El aumento de consultas está relacionado con la competitividad en lo laboral”, dice Korzín. No sólo las stars de la tele pasan por el quirófano. Muchísimos políticos lo hacen en tiempos de campaña, ante la necesidad de mejorar su imagen. “En el fondo, el hombre que pide una cirugía plástica busca lo mismo que la mujer: eliminar complejos y borrar el paso de los años”, remata.

TRATAMIENTOS ANTIAGE. El botox, que refresca el rostro sin cirugía, no es cosa sólo de mujeres. La aplicación de toxina botulínica que aplaca las arrugas, suaviza las patas de gallo y borra las marcas del entrecejo, aumentó un 88 por ciento su aplicación entre los hombres. Son varios los jugadores de fútbol que eligen este touch de coquetería, como también muchos conductores de televisión sometidos a diario a las luces del estudio. Pero no es lo único que existe para quitar la clásica “cara de cansado” que traen los años: las sesiones de Thermage (un tratamiento que logra el efecto de lifting facial sin pasar por el quirófano, ya que renueva el colágeno de la piel), el laser aplicado (para manchas y arrugas finas), el peeling facial y las ya tan comunes limpiezas de cutis, son tratamientos no invasivos que eligen muchos famosos para mantener la piel joven. Entre los pioneros: Tomás Costantini, Diego Cholo Simeone, la Brujita Verón (que se hace exfoliaciones mensuales), Osvaldo Laport, Adrián Suar y Marcelo Tinelli (quien tiene su propia cosmetóloga, que cuida de su rostro con cremas especialmente preparadas para soportar la sequedad que provoca las luces de la televisión).

Aunque siguen siendo minoría, los varones ya se sumaron al mercado de los productos de belleza. El 20 por ciento de los consumidores es masculino. Se sabe que a partir de los 30 años consultan por arrugas, poros dilatados y puntos negros. Al pasar los 40, los preocupa la sequedad y tirantez de la piel y las famosas patas de gallo. Y a los 50, les molestan las manchas de la cara y el cuero cabelludo. “Los argentinos no sólo se ponen máscaras y se hacen todo tipo de tratamientos en la cara, sino que están muy preocupados por su cuerpo. Quieren abdominales bien marcados, la cola parada y el pecho tonificado. Yo hasta les doy una espuma reductora para que usen en su casa después del baño”, confía la esteticista Sandra Dillon.

MARCA EUROPEA. Después de seducir y encantar con sus personajes de película, como en Closer y El plan perfecto, el inglés Clive Owen se animó a ser la imagen de un perfume y una línea antiage de Lancôme que ya se lanzó a la conquista de Buenos Aires. A sus amigos les confió que todo comenzó cuando su mujer, la actriz Sarah-Jane Fenton, sospechó que alguien de la casa andaba robándole sus cremas. Entonces, el misterioso Clive decidió comprarse las suyas y notó que el mercado masculino era bastante limitado. “Cuando llegó la propuesta de la marca, ni lo dudé”, confía hoy, en su nuevo rol de promotor.

Y, como ellos también tienen derecho a sentirse y a verse guapos, el famoso diseñador Jean Paul Gaultier decidió embarcarse en un proyecto diferente: en octubre del año pasado lanzó una gama de productos de belleza para hombres y salió a competir con todo: desde jabones faciales y corporales hasta un lápiz para ojos de doble uso con corrector de ojeras y lápiz khôl, pensado para los más atrevidos. “Borrá tus prejuicios”, es el lema. Y no fueron pocos los que hicieron caso. El enfant terrible de la moda francesa no tardó en crear un iluminador de cutis, bálsamos de labios y fortalecedor de uñas. Dicen que el nuevo negocio de Gaultier recién comienza. Y, como bien se sabe, barco que parte de Europa, llega a América…

ESAS CABECITAS LOCAS. El pelo, sin discusión, es el karma masculino. Tener o no tener, ésa es la cuestión. Si falta, quieren. Y si no, se rapan. Ahora también lo tiñen y hasta se lo planchan. Mariano Martínez se hizo un alisado permanente para interpretar a su personaje de Son de Fierro. Dijo que quería verse con un look distinto y no necesitó consultarlo con nadie. Los cambios de color en el pelo de Roberto Pettinato ya son un clásico, su sello personal. El teñido de las canas en los políticos es imposible de ocultar. Los reflejos para darle luminosidad al pelo los adoptaron desde Alejandro Gravier hasta Martín Palermo. Fabián Gianola, en cambio, admitió que toma Propecia una vez al día para evitar la caída del pelo. Sin temor a las contraindicaciones (la peor de ellas habla de que puede peligrar el rendimiento sexual), prefirió prevenir que curar. Otros buscaron solucionar la calvicie en los centros especializados en el tema. La lista de famosos es bien larga: Aníbal Ibarra, Mariano Closs, Alejandro Awada, Roberto Perfumo, Coco Basile y Nicolás Scarpino se hicieron el microimplante de pelo por pelo.

Mientras tanto, Jorge Telerman (otro que hace un culto de la estética; incluso confió a la revista Para Ti que usa sus propias cremas para el cuerpo y el cutis) ya quedó fuera de juego: maximizó la situación afeitándose la cabeza de una vez por todas. No son pocos los que siguen ese hábito y solucionaron el conflicto de la calvicie pelándose de frente a nuca: la Brujita Verón y Alan Faena integran la misma lista del (todavía) jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Las visitas al peluquero –para coloración, corte, planchado, permanente o rapado total–, ahora vienen acompañadas. “Es muy raro que lleguen para una sola cosa. Generalmente aprovechan y piden hacerse las manos, pies o depilación. El hombre está muy desprejuiciado: ya no le preocupa el qué dirán”, cuenta Oscar Fernández, de la peluquería Roho.

SI A LA DEPILACION. Los primeros en dar el gran paso fueron los deportistas. Nadadores, fisicoculturistas y ciclistas probaron con la depilación para solucionar el exceso de vello y sentirse más cómodos a la hora de competir. Hoy, empresarios y actores rankean en la lista de los que ya no se jactan de ser “hombres de pelo en pecho”. Los métodos elegidos: la cera descartable (“cuando debutan les doy una toalla para morder: ninguno logra contener el grito la primera vez”, confía uno de los depiladores profesionales de Markus Spa) y el sistema láser (“también creció en ellos la demanda de depilación definitiva”, confirma Korzín, presidente de Lasermed). Las razones que los llevan a elegir esta opción son variadas: buscar un bronceado parejo, evitar que los vellos más rebeldes aparezcan por encima de las remeras o recuperar el look de los años adolescentes. Eso sí, la mayoría, por las dudas, jamás reconocerá que se depila: “Yo me depilo, sí, pero no lo pongas, que me van a cargar en todo el barrio”, reconoció un actor de tele con menos agallas que Dady Brieva.

EL PRECIO DE VERSE BIEN. Todos los especialistas coinciden en que, salvo algunas excepciones, los tratamientos y la cosmética masculina tienen un costo mayor para el hombre que para la mujer. ¿El porqué? “No existe. Simplemente se asocia la coquetería al poder adquisitivo”, afirman. Aquí, algunos números para tener en cuenta:
Microtransplante capilar: 5.000 pesos.
Una sesión de meso y electroterapia corporal: desde 120 pesos.
Botox: desde 500 pesos (una aplicación).
Cirugía de párpados: desde 3.000 dólares.
Lipoaspiración: desde 2.000 dólares; varía según zona y cantidad.
Depilación: desde 40 pesos (pierna entera con cavado profundo) pasando por los 60 pesos (pecho), hasta 200 (cuerpo entero).
Peeling con punta de diamante: desde 90 pesos.
Rapada de cabeza: desde 20 pesos.

Tener alta la autoestima no tiene precio –reflexiona el psicólogo Hugo Finkelstein, autor de El libro del no amor–. Verse bien también puede llevar al camino de la felicidad y la felicidad es una palabra que no distingue sexos”.

A ellos ya no les importa el qué dirán. El cuidado estético dejó de ser una exclusividad de las mujeres. Cada vez son más los que se animan a todo. Y también, cada vez más los que lo confiesan.

Marcelo Tinelli tiene su propia cosmetóloga.

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Juan Sebastián Verón se hace exfoliaciones mensuales.

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Adrián Suar cuida su piel con cremas antiedad.

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Roberto Pettinato: tintura para el pelo y manos perfectas.

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