Ella quería un novio más presente… ¡y lo consiguió! – GENTE Online
 

Ella quería un novio más presente... ¡y lo consiguió!

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Ya no se ocultan ni niegan sus sentimientos. Zaira Nara (23), después de un par de meses con Juan Pico Mónaco (27), se jugó a fondo: confesó en ShowMatch, el programa récord absoluto, y ante millones, que Pico y ella... Mejor, vamos a sus textuales palabras: “Sinceramente, creo que vos, Marcelo, como las dos mujeres del jurado, me pueden entender, porque tienen mucha experiencia de vida. Yo pasé por una experiencia horrible este año (alusión al quiebre de su romance con el futbolista uruguayo Diego Forlán –32– a cuarenta días de su boda), y sufrí muchísimo. Fue un golpe muy fuerte. Por eso, agradezco mucho el lugar en el que estoy. A mí, cuando me dicen que soy la protegida, no me importa, porque volver a trabajar en Ideas del Sur es muy importante. Había decidido dejar mi carrera. Pero ahora que volví, me da miedo exponer mi vida. Declaré tanto mi felicidad, me mostré con el vestido de novia en todas las revistas... y todo me jugó en contra. Estuve muy mal, y hablé... Y ahora no sé qué hacer, porque estoy muy bien y me da miedo contarlo. Por eso prefiero que las imágenes hablen por sí solas”. Y mostró fotos de ella y Pico juntos: ¡amor confirmado!

PRIMER SET. Se conocieron hace años, pero los dos estaban en pareja: ella empezaba su historia con Forlán, y él había terminado la suya con Luisana Lopilato y salía con la modelo y actriz María del Cerro, y después, con la actriz Mercedes Oviedo. Nunca pensaron que... Hasta hace tres meses cuando, solos los dos, volvieron a cruzarse en una reunión que organizó Florencia Salvioni (top model de Pancho Dotto) en la casa de su novio, el también modelo Francisco Grimaldi, hijo de Arturo Grimaldi (presidente de la Asociación Argentina de Tenis). “Esa noche fue como mágica. Ellos pegaron muy buena onda: no paraban de reírse. Hacía mucho que no veíamos a Zaira tan contenta”, recuerda una amiga de ella, testigo del intercambio de miradas y secretos entre ambos. Esa madrugada, y antes de despedirse, Pico no perdió el tiempo: le pidió los datos de pin de su Blackberry y no tardó en mandarle sugestivos mensajes. Pero Zaira, todavía herida por el affaire Forlán, andaba con pies de plomo. “Me costaba relajarme y confesar que empezaba a sentir algo por Pico”, les dijo a sus amigas.

Corrían los últimos días de agosto. Salvioni y Grimaldi seguían actuando como celestinos, alentándola para que saliera con Pico e intentara una nueva etapa. “Es un chico tranquilo y puro, que todavía no perdió los códigos de su crianza en Tandil”, le decían. Pero Zaira estaba en pleno borrón y cuenta nueva, tratando de olvidar su trauma de novia desairada.

Por entonces se mudó a un departamento en Las Cañitas y compró de todo: ¡hasta una heladera color rosa! ¿Sola? No del todo, porque en el mismo edificio (¡ah, el destino y sus simetrías!) vive, justamente, su amiga Florencia... Que, con ayuda de Paula Chaves, la consoló en los momentos de gran bajón: “Zai, aflojá, relajate. Andá al cine, no seas tan medida, y... ¡andá a comer con ese chico!”. Pero ella seguía bloqueada. Para colmo se le murió Morena, su caniche negro, que se le escapó a Florencia cuando la paseaba mientras Zaira estaba en un desfile de modas, y terminó arrollada por un auto. Pico se enteró y redobló sus mensajes. Recién entonces sintió el clic de una nueva oportunidad. Reemplazó a Morena con Chinita, otra caniche, pero toy y blanca, y con su metro setenta y dos, sus 90-58-90, su pelo lacio y castaño y sus irresistibles ojos verdes, se concedió otra chance. ¿El elegido? Pico, el tandilense, un metro ochenta y cinco, pelo castaño y enrulado, 26 del ranking mundial de tenis, y ya entrenado en mensajearla vía Blackberry.

SEGUNDO SET. Los primeros encuentros fueron en el departamento de él. Después, en el de Zaira. Más tarde, en el de Florencia, la celestina. Tanto fue el cántaro a la fuente... que aprendió el camino. Hasta ese momento, todo en secreto. Y con una nueva Zaira decidida a no sufrir (¡nunca más!) por amor, no descuidar su carrera, no renunciar a la libertad de decidir por sí misma, sin presiones ni influencias. Según les dijo a sus amigas, “quiero un novio más presente y más cercano, alguien que no viva en otro país (el síndrome Forlán) y que entienda que soy una mujer independiente”.

El mes pasado los dos viajaron a Tandil, la patria chica de Pico, donde él empezó a jugar a los seis años. Zaira conoció a Cristina y Héctor, los padres de Mónaco, y a sus dos hermanos, Juan y Rigoberto. La relación era un hecho. Pero ella no quería notas, chimentos, ni “un debate nacional sobre si esperé poco o mucho para volver a enamorarme”. Puesta a punto: se ven todos los días; comparten salidas con amigos (cenas y cine: la pantalla grande los apasiona; Pico la hizo ver Gladiador y la trilogía de El Señor de los Anillos, dos de sus fanatismos); una noche, Zaira le cocinó unas riquísimas pastas y puso en su DVD Esperando la carroza, su favorita. “Los chicos están muy bien y nosotros nos sentimos muy felices, porque los dos son buena gente”, reveló una amiga de Zaira antes de que Pico partiera para jugar dos torneos en Europa (con excelente suerte: en Valencia llegó a la final, y en París, recién detuvo su marcha en cuartos de final ante el monstruo sagrado Roger Federer), mientras ella ensayaba los ritmos del Bailando... (también con suerte esquiva: no aprobó su examen en el Aquadance). Tal vez, y a la luz del romance, no les haya importado demasiado.

TERCER SET. Los tiempos se aceleraron. Hoy, a pesar de la tiranía de sus agendas, son inseparables. El domingo, ella viajó a la entrerriana Paraná con Mariano Iúdica para conducir un acto solidario, y el lunes, Pico empezó a entrenarse para la Madre de todas las Batallas: la Copa Davis, que tal vez este año llegue a las vitrinas del tenis nativo. Ella estaba en plena producción de fotos. La separación no será demasiado larga ni arrancará lágrimas: a fin de noviembre, Zaira pondrá proa a Catania, en el sur itálico, para ver a sus sobrinos y celebrar, el 10 de diciembre, el cumpleaños de su hermana Wanda. Todo hace suponer que antes de ese día, más precisamente, entre el 2 y el 4 de diciembre, cuando él juegue contra España en la final de la Copa Davis junto a Del Potro y Nalbandian, ella será su fan número uno en la platea. Volverán a Buenos Aires para pasar las Fiestas, y luego... ¡vacaciones en Punta del Este con Pico! Aunque no estrictamente por placer: él hace allí, desde siempre, su entrenamiento de pretemporada. Y recibirá una sorpresa: para entonces, es posible que Zaira tenga ya su carnet de timonel, y lo lleve a navegar en el WaZa, el yate negro satinado de más de diez metros de eslora que construyó su padre.

A cinco meses de su separación de Forlán, dice: “El próximo hombre que elija será mi marido, porque sigo creyendo en vivir enamorada para siempre. Sabré que llegó el indicado cuando ya no me importe nada más en el mundo que hacerlo feliz”. Match love. A cinco meses de su ruptura con Diego Forlán, Zaira volvió a apostar por el amor. A Mónaco, uno de los solteros más codiciados, se lo ve inmensamente feliz.

Match love. A cinco meses de su ruptura con Diego Forlán, Zaira volvió a apostar por el amor. A Mónaco, uno de los solteros más codiciados, se lo ve inmensamente feliz.

Primeras imágenes de este amor. Miércoles 16, por la noche. Pico, Zaira y una pareja amiga llegan a la casa del tenista en Palermo.

Primeras imágenes de este amor. Miércoles 16, por la noche. Pico, Zaira y una pareja amiga llegan a la casa del tenista en Palermo.

¡Inseparables! Sábado a la tarde. Pico, Zaira y Chinita en una confitería cerca de la casa de Juan. Café y gaseosa de por medio, planearon su encuentro en Europa: ella viajará a Italia para ver a su hermana y a sus sobrinos, y después, cita de honor: España, final de la Copa Davis, donde su novio se batirá para lograr por primera vez para la Argentina el célebre trofeo.

¡Inseparables! Sábado a la tarde. Pico, Zaira y Chinita en una confitería cerca de la casa de Juan. Café y gaseosa de por medio, planearon su encuentro en Europa: ella viajará a Italia para ver a su hermana y a sus sobrinos, y después, cita de honor: España, final de la Copa Davis, donde su novio se batirá para lograr por primera vez para la Argentina el célebre trofeo.

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