Codificó la espera del reencuentro (vía Twitter, la arena pública de “i loro sentimenti”) con el hashtag #Una- QuindicinaBasta, pie de frases como “no te puedo perder, no me quieres perder” o “robándome la vida, para fundirla con la tuya”. Cumplido el plazo, a Mauro Icardi (20) –tan hábil como Jack Bauer, pero con algo más de ventaja–, veintinueve horas le fueron más que suficientes para su Plan Conquista: con operativo distracción y ejecución sorpresa. El souvenir de su paso furtivo: un tattoo que dice “Wanda” y acompaña al de su espalda: “Nadie dijo que la vida sería fácil; sólo prometieron que el viaje valdría la pena”.
YO TE AVISE. Cuando el atacante del Inter de Milán –nominado a los Premios Golden Boy como mejor futbolista europeo menor de 21 y considerado el equivalente al Balón de Oro de los futbolistas más jóvenes– avisó “viajo sólo para verte”, Wanda Nara (26) lo bloqueó en su lista de contactos de WhatsApp. “Se aterró”, cuenta una amiga de la ex de Maxi López (29). “Y no fue la primera vez. Ya lo había hecho cuando él arremetió con todo al enterarse de que su matrimonio había entrado en una crisis irreversible”, detalla. Hasta la propia empleada de Vodafone en Milán (compañía telefónica) lo atendía diciendo: “La chica te ha bloqueado otra vez”. La ya popular leyenda –“te amo; nunca me será sencillo decir lo que siento, porque descubrí que esas dos palabras llevan consigo un sentimiento sin límites”– con la que Icardi irrumpió en Twitter el pasado 14 de noviembre, fue recurso extremo durante una de las “cyber vedas” de la rubia. Y esta vez, también utilizando una línea alternativa de contacto, Mauro no sólo pudo decirle “Wan, no me hagas esto... ya es un hecho”, sino, además, coordinar el reencuentro.
RECALCULANDO. Icardi llegó el domingo 17 a las 9:28 vía Madrid (IB 6841). Ofuscado –y sorprendido por la velocidad del rumor– al ver apostada una cámara de TN, pidió dejar el aeropuerto por una salida alternativa. Claro, sin saber que el cronista del canal de noticias esperaba la supuesta llegada de Charly García. “Le avisó que se alojaría en el hotel Intercontinental Nordelta para estar cerca suyo (del barrio privado Santa Bárbara, en Tigre). Pero le advertimos: ahí va a estar concentrado el plantel de River. ¡Los amigos de Maxi lo matan!”, revela una allegada. Fue entonces que horas antes de embarcar, el rosarino decidió alquilar una casa en el barrio Los Castores, en Nordelta, con vista al lago. “¡Dale, Wan, atendeme... no sé cómo llegar!”, fue el mensaje que envió Mauro ya en camino.
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Lunes 18, 14 horas. Ella emprendía camino a la reunión de padres del Jardín de sus hijos. El completaba el check in del vuelo IB 6856 con destino Madrid, primera escala en su vuelta a Milán, Italia.
Desde que Mauro fue elegido para lucir los diseños de Dolce & Gabbana, entabló un gran vínculo con el designer Doménico Dolce. Así se lo vio en el último Fashion Week de Milán.
Una escena típica y cotidiana en la vida de los López hasta hace tres meses.
