El romance secreto de un gobernador made in USA y una dama argentina. – GENTE Online
 

El romance secreto de un gobernador made in USA y una dama argentina.

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Amo la curva de tus caderas, la belleza erótica de tu cuerpo (o de dos magníficas partes tuyas) en la luz tenue de la noche” (Fragmento de un mail de Mark Sanford a María Chapur) Si Mark y María fueran dos comunes navegantes del ciberespacio, este mail no haría historia. Pero según Murphy y sus leyes, cuando algo puede salir mal… ¡saldrá mal! Sí. Porque Mark Sanford (59) es el gobernador de Carolina del Sur, republicano respetabilísimo, buen marido de la millonaria Jennifer (Jenny) Sullivan (47), padre de cuatro adorables hijos, y por si poco fuera, aspirante al Salón Oval en el no tan lejano 2012 enfrentando a Obama.

Gobierna desde hace siete años –va por el segundo mandato– la sureña Carolina, el estado más religioso de USA (sólo Greenville, para sus 70 mil almas, tiene 360 iglesias cristianas), bastión del llamado Cinturón de la Biblia. Mark cumple al pie de la letra los mandatos divinos: se levanta al alba, trabaja, reza antes de cada comida y se acuesta temprano y en paz con el Señor. Sin embargo…

En cuanto a María Belén Chapur (43), argentina, casada y separada, dos hijos adolescentes, es –además de muy bella– dama muy capaz: estudió en el muy top Saint Catherine’s, se recibió en la UCA –licenciada en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales– y los idiomas no tienen secretos para ella: habla inglés, francés, portugués y algo de chino mandarín.

Vecina de Palermo (vive en el séptimo piso de un edificio frente al Zoo), hace ocho años –en los tormentosos días de la gran crisis nativa– conoció a Mark en una fiesta en Punta del Este. Al principio, el encuentro rodó por inocentes carriles. Algunos juran que se aconsejaban acerca del mejor modo de criar a sus hijos, y Mark le habría sugerido reconciliarse con su marido, un productor agropecuario, siguiendo otra pauta de Carolina del Sur: el sagrado carácter de la familia. Pero como reza el refrán, “el hombre es fuego, la mujer estopa; llega el Diablo, y sopla”. Según ambos, “lo nuestro, durante siete años, fue una amistad inocente, y por mail”, pero esta vez la comezón del séptimo año los envolvió en su implacable manto y se volvieron amantes… Con tanta fuerza que Mark, rígido moralista que había condenado a Bill Clinton por su affaire con la pasante Monica Lewinsky, no trepidó en proclamar que el presidente, ante tamaño desliz, debía renunciar. En este punto, otra sentencia popular le cabe como guante: “Haz lo que yo digo, pero no hagas lo que yo hago”.

En llamas, los amantes empezaron a cruzarse no menos fogosos mails. De él a ella, en julio del año pasado: “Tenés una gracia y una calma que adoro, un nivel de sofisticación que va tan bien con tu belleza. Podría decir que tenés la habilidad de dar besos suaves y magníficos… Pero –¡hey!– eso sería entrar en detalles sexuales”.

De ella a él, mismo mes, mismo año: “Vos sos mi amor… Algo difícil de creer, porque es una suerte de amor imposible, no sólo por la distancia sino por la situación. A veces uno no elige las cosas: ocurren…”. Todo pudo quedar así: cero futuro, o acaso esporádicos escapes vía Buenos Aires o vía USA. Pero alguien (se dice que un ex amante de ella, se dice que su ex marido: nada está probado), entró en el correo de ella y lo mandó como bala al exacto blanco: al diario The State… de Carolina del Sur.

Un tifón habría causado menos desastre. En manos de Jenny Sullivan, la señora Sanford, hija de una familia católica upper class, bachiller graduada con honores en Georgetown y asesora política de su marido –organizó sus campañas y hasta las financió con su fortuna familiar (su abuelo Bolton Sullivan fundó Skil Corporation, una fábrica de máquinas y herramientas industriales)–, esos mails explotaron como granadas. Desde luego, a Mark le quedó sólo un camino: pedir perdón. Juró, casi de rodillas, que el miércoles 24 de junio, mientras Jenny creía que él estaba en los montes Apalaches haciendo trekking, viajó en secreto a Buenos Aires para decirle a María Belén… adiós for ever. Un adiós que le costó (y lo juró ante su mujer primero y ante la prensa después), “cinco días de llanto”. Además, como para atenuar el pecado y la condenación sancionados por su fe religiosa, dijo que los encuentros amatorios sólo habían sucedido tres veces…

La reacción de Jenny, la lady engañada, fue ambigua. Ella, en realidad, había descubierto la infidelidad de su marido hacía cinco meses y ambos se habían entregado a tensas sesiones de terapia matrimonial bajo la batuta del gurú católico Warren Cubby Culberston (51), amigo de Mark, que durante una hora y media los hacía leer la Biblia, recapacitar y comprometerse a ser fieles. Juramento que el alicaído gobernador reforzó en una reunión de gabinete con poética metáfora: “El rey David cayó con estrépito, pero se levantó y reconstruyó su reinado”, dijo, confiado en que sus futuros votantes, norteamericanos del siglo XXI, sean tan crédulos como los remotos súbditos de David…

Pero si su admisión de la culpa funcionó (más o menos: la última palabra no está dicha) para los ciudadanos de Carolina del Sur, punto del mapa en que las palabras aborto, matrimonio gay e infidelidad son las llaves que abren la puerta del Infierno, no fue igual para la grey política: todos a una, como en la inmortal Fuenteovejuna, de Lope Félix de Vega Carpio (1562-1635), correligionarios y opositores le exigen, a coro, que renuncie; lo mismo que el indignado Mark quiso imponerle a Clinton por sus escarceos con la Lewinsky en el sacrosanto Salón Oval.

Mientras tanto, María Belén no se muestra y estaría recluida en un campo de su familia. “Divina, muy mona, con un pelo oscuro envidiable”, la describen algunos testigos del barrio (recordando que cubrió el desastre de las Torres Gemelas el 11 septiembre de 2001) para el programa de tevé Después de Hora, entonces conducido por Daniel Hadad, escribió una carta dirigida al Canal C5N. Dice así: “Estimado Eduardo (Feinman): he decidido enviarte este comunicado, que será el único, para aclarar determinadas cosas incorrectas que se están divulgando y así dar por finalizado el tema que, como imaginarás, es de gran dolor para mí, para mis dos hijos, para toda mi familia (…) De mi vida privada no hablo ni voy a hablar. Desmiento categóricamente que quien hackeara mi hotmail fue aquel amigo con quien compartí unos días en Brasil, en la regata Rolex. Ese amigo es un excelentísimo, respetable y honorable hombre incapaz de hacer una cosa semejante (…) Mi casilla fue hackeada alrededor del 24 de noviembre a través de una antigua cuenta de correo electrónico a mi nombre, provista por una empresa argentina (…) Tengo la firme sospecha de que quien hizo este gran daño lo dirigió a mí, pero al mismo tiempo destruyó la vida de tantos otros (…) No contando con pruebas suficientes, me veo obligada a mantener su nombre en el anonimato. No soy quién para juzgar a nadie, y dejo todo esto en manos de Dios. María Belén Chapur”. ¿Fin de la historia? ¿O apenas fin del principio? Dejemos hablar al viento… La única foto de María Belén Chapur (43) que dio la vuelta al mundo.

La única foto de María Belén Chapur (43) que dio la vuelta al mundo.

…del escándalo. El gobernador Mark (59), su mujer, Jenny (47), y un amigo.

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“Primero lo eché de casa, pero después, al meditar sobre su viaje a Buenos Aires para romper esa relación, se ganó una segunda oportunidad” (Jenny, la mujer de Sanford)

“Primero lo eché de casa, pero después, al meditar sobre su viaje a Buenos Aires para romper esa relación, se ganó una segunda oportunidad” (Jenny, la mujer de Sanford)

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