El día que Mariana Antoniale (24) –más conocida como La Niña Loly– subió a su Blackberry una foto donde se la veía sentada en el sillón de Jorge Rial (50) en Intrusos rodeada de corazoncitos, el misterio del rumor que los involucraba sentimentalmente se derrumbó. Digamos que en el mundo mediático, esa imagen en el teléfono de ella fue suficiente prueba para sospechar que entre ambos pasaba algo.
Y algún día se tenía que dar: que el chimento top de 2012 involucrara a un especialista en la materia. Nada más y nada menos que Rial, que se había separado de su mujer, Silvia D’Auro (46), casi a fines de 2011, después de 22 años de casados y dos hijas en común: Morena (13) y Rocío (12).
Algunos ya aseguran que ahora la primera dama del espectáculo es Mariana, cordobesa, apodada en su momento La Niña Loly por el personaje que encarnaba en la obra El champagne las pone mimosas, dirigida por Gerardo Sofovich. Desde muy chica se desempeñó como modelo en La Docta, hasta que conoció al productor y se inició como secretaria en La noche del domingo. Sus últimos pasos como artista los dio en Fantástica junto a Carmen Barbieri, en ¿Y dónde está el mafioso?, con Florencia de la V, y en Bailando y Cantando por un sueño. En el verano de 2012 no hizo teatro, pero sí desfiles por el interior.
El rumor comenzó a circular hace poco más de dos meses, pero ambos intentaron acallarlo, negando cualquier vínculo entre ambos. Al principio decían que sólo tenían en común a su representante, Leandro Rud, pero el tiempo, implacable, sacó la historia de amor a la luz. O, mejor dicho, lo hicieron los paparazzi, que los retrataron el último fin de semana en Italia: primero al llegar al aeropuerto romano de Fiumicino, y luego trasladándose al Marco Polo de Venecia, la Ciudad de los Suspiros. Detalle a tener en cuenta: a la partida desde Ezeiza llegaron solos, con sonrisa pícara, cada uno por su lado; él, silbando bajito...
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Eligieron la ciudad más romántica del mundo para gritar su pasión. Tomados de la mano, se comprometieron a no ocultar más lo que sienten.
Jorge ya conocía Venecia y ofició como guía personal de Mariana. Organizó un tour romántico por las calles de la ciudad. El sitio preferido por los novios fue la Piazza San Marcos, repleta de turistas.
Después de visitar el Puente de los Suspiros, el sábado por la tardecita fueron a tomar un ristretto al histórico Café Florian, inaugurado en 1720. Jorge se sintió muy contenido, porque Mariana lo mimó todo el tiempo.
