¿El Mercosur los encontrará unidos o enfrentados? – GENTE Online
 

¿El Mercosur los encontrará unidos o enfrentados?

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Después de la tormenta, el cielo celeste de El Calafate mostró unidos, la
semana pasada y frente al majestuoso glaciar Perito Moreno, a Néstor Kirchner y
Lula Da Silva. No había sido un problema meteorológico el de la región, sino
algunos nubarrones que turbaron la relación, durante la febril negociación por
la deuda externa entre la Argentina y el FMI, por un llamado de apoyo del
Presidente brasileño que nunca llegó. En la Casa Rosada, ambos mandatarios
firmaron el Consenso de Buenos Aires, y quieren que sea la piedra fundamental
para la integración de las dos naciones.

La directora de la consultora Eco Axis, María Beatriz Nofal, como subsecretaria
de Industria y Comercio Exterior entre 1986 y 1988, fue nuestra principal
negociadora de los acuerdos entre la Argentina y Brasil que desembocaron en el
Mercosur. Ella habló con GENTE sobre el futuro de la relación entre los países
más grandes de Sudamérica.

-¿Qué cambió en el Mercosur con la llegada al poder de Lula y de Kirchner?
-Hay mayor énfasis en fortalecer al Mercosur para mejorar la inserción de la
región en el mundo, y promover un crecimiento sustentable con mayor equidad
social. A nivel de las economías, han desaparecido, ya desde 2002, los problemas
de las disparidades de regímenes cambiarios, y hay una mayor convergencia en la
cotización del peso argentino y del real brasileño. Pero subsisten los problemas
comerciales causados por la divergencia del ciclo económico entre los países y
por falta de armonización en el uso de incentivos en las ventas intra-Mercosur.
A nivel internacional, hay un ambiente más favorable por la recuperación de la
economía de los Estados Unidos y la mejora en los precios de ciertos bienes que
exportamos, como la soja. La pregunta relevante es si la Argentina y Brasil van
a aprovechar esta oportunidad para acelerar el paso, y actuar con hechos y no
palabras.

-¿Cómo acelerar ese paso?
-El Mercosur, como Unión Aduanera Imperfecta, se encuentra en una meseta
desde 1997, cuando los países miembro experimentaron grandes problemas
macroeconómicos que achicaron el comercio entre ellos y la inversión extranjera
directa en la región. Frente al estancamiento, la mejor opción es consolidar una
integración profunda y abierta al mundo, para, desde allí, negociar la
ampliación del acceso a terceros mercados. Pero si no se acuerda pronto un
programa de refundación del Mercosur, probablemente se enfrenten crecientes
demandas -internas y externas- para reformularlo en una zona de libre comercio.

-¿Cómo refundarlo?
-Hay cuatro pilares prioritarios. Uno: un programa de mercado único con
lealtad competitiva. El Mercosur debe funcionar como un mercado interno
ampliado, pero con la cancha de juego nivelada, y requiere la no utilización de
incentivos financieros, fiscales y aduaneros en las exportaciones intrazona y
armonía en las políticas de promoción regional de la inversión y de exportación
hacia terceros mercados. Dos: un programa de coordinación y convergencia
macroeconómica al estilo del Acuerdo de Maastricht de la Unión Europea,
ratificado por los Congresos de cada país, que debería contemplar mecanismos de
coordinación cambiaria para apuntar hacia la moneda común. Tres: un programa de
fortalecimiento institucional, con pronta puesta en vigencia del Tribunal
Arbitral Estable, para reforzar el mecanismo de solución de controversias.
Cuatro: fortalecimiento de la política externa del bloque en sus negociaciones
de libre comercio preferencial con el ALADI (Pacto Andino y México), ALCA y la
Unión Europea, pero otorgando igual prioridad a las negociaciones multilaterales
en el ámbito de la Organización Mundial del Comercio (OMC), para avanzar en la
liberalización del comercio internacional del sector agrícola y agroindustrial
con eliminación de barreras y subsidios.

-Se habla de integración, pero en la última reunión de Cancún, la posición
brasileña fue más intransigente que la nuestra. ¿Cuál prevalecerá frente a las
políticas duras de los países líderes en la OMC en materia de subsidios
agrícolas?
-No hubo posiciones distintas en Cancún. Por el contrario, se acordó una
posición negociadora junto a otros países, como India y China, en lo que se dio
en llamar el G-22. Sin embargo, la Argentina y Brasil tienen intereses distintos
en la liberalización del comercio de algunos sectores como, por ejemplo, el de
servicios. El fracaso de la reunión de la OMC en Cancún debe entristecernos,
puesto que el crecimiento sostenido en la Argentina y Brasil, que son países
medianos productores eficientes de alimentos, depende del avance de la
liberalización multilateral del comercio mundial del sector agrícola y
agroindustrial, y este escenario de negociación, por el momento, está
semiparalizado.

-¿Puede haber igualdad en el Mercosur cuando Brasil ha reclamado en varias
oportunidades el liderazgo regional?
-Para que haya una distribución equilibrada de los beneficios, el proceso de
integración tiene que ser orientado más por el respeto a las reglas y menos por
el poder de negociación de las partes. Ahora bien, para sacar al Mercosur de la
actual situación de estancamiento se requiere de decisión política conjunta y de
liderazgo cooperativo y compartido, lo que debe, necesariamente, incluir a
Brasil, que es el socio principal.

-¿El hecho de que Chile haya suscrito un Tratado de Libre Comercio con los
Estados Unidos sin comprometer al Mercosur en la decisión, complica la
integración regional?
-No. Chile es un miembro asociado y no pleno, ya que no adhirió al arancel
externo común ni a la política de negociación comercial externa conjunta del
bloque. Sin embargo, el acuerdo de libre comercio preferencial entre Chile y los
Estados Unidos tendrá efectos sobre los flujos de comercio, ya que puede haber
desvío de exportaciones de la Argentina a Chile o a los Estados Unidos, y de
inversión en la región. Además, confirma la opción que Chile, y su dirigencia
política, empresaria y sindical, ha hecho por la apertura al mundo, algo que en
la Argentina y dentro del Mercosur está aún en discusión.

-Los Estados Unidos pretenden que las negociaciones para ingresar al ALCA
sean de país a país. ¿Qué peso puede tener un bloque regional para torcer las
decisiones comerciales norteamericanas?
-En principio, la negociación en bloque del Mercosur fortalece el poder de
la región. Pero esto no es suficiente para lograr cambios de fondo en las
políticas comerciales de los Estados Unidos, por ejemplo en el terreno de los
subsidios agrícolas, o de la Unión Europea respecto de la política agrícola
común. Por ello el fracaso de la reunión de la OMC en Cancún no es una buena
noticia.

-¿Qué panorama les espera a las empresas argentinas a partir del Consenso de
Buenos Aires?
-El Consenso de Buenos Aires es una declaración de grandes principios, a fin
de promover la creación de la riqueza, la generación de empleos y una mejor
distribución del ingreso en los países de la región, y mejorar la inserción de
la región en un mundo globalizado. Pero es sólo una declaración, y al no
involucrar decisiones de política económica en lo inmediato, hoy no les cambia
mucho la perspectiva a las empresas argentinas.

-¿Cómo hacer para que el Mercosur tenga una entidad propia más allá de quién
ocupe la presidencia en cada país miembro?
-Tendrá entidad propia en la medida en que, con visión compartida y voluntad
política, un programa movilizador, plazos factibles y compromisos creíbles,
reciprocidad, y un mínimo de instituciones y políticas comunes, se pueda
restablecer el sentido de rumbo, así como su cohesión interna y su credibilidad.
En síntesis, al Mercosur hay que profundizarlo y ampliarlo para ganar
competitividad y credibilidad a fin de alentar la inversión y la exportación,
mejorar el empleo, el ingreso real y la calidad de vida de nuestros pueblos.

Lula y Kirchner, el 17 de octubre, junto a las primeras damas Marisa Leticia da Silva y Cristina Fernández de Kirchner, frente al glaciar Perito Moreno.

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A punto de elegir un corte de un exquisito cordero patagónico.

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