El mago se recibió de príncipe – GENTE Online
 

El mago se recibió de príncipe

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Ya no hay pilcha que le quede incómoda. No hay rival que se le resista ni
personalidad distinguida que lo ponga nervioso. Sin duda, Guillermo Coria, el
mejor argentino ubicado en el ranking mundial, demostró que en polvo de ladrillo
es un jugador imbatible. Y esto no sólo lo demuestra con sus 26 victorias
consecutivas sobre esta superficie, sino por la forma en que apabulla a sus
rivales. En la final del Masters Series de Montecarlo, a orillas del mar
Mediterráneo, y ante la presencia de Alberto de Mónaco y Guillermo Vilas -su
ídolo y por quien lleva su nombre- bailó al alemán Rainer Schuettler, y en una
hora y 57 minutos lo venció por 6-2, 6-1 y 6-3: "La verdad es que tuve un semana
increíble. Después del cólico renal que había sufrido y que me tuvo bastante
mal, volvía a jugar y lo hice de la mejor manera. Me sentí muy bien en Montecarlo… La cancha, la gente, el lugar; siempre que vengo acá es como que se
me cargan las pilas",
dice Guillermo un día después del triunfo, luego de
haberse sometido a un examen médico en Barcelona y oficializar su abandono en el
torneo Conde de Godó por una rotura fibrilar en el recto abdominal izquierdo.


-¿Ahora hay que decirte "Sir Coria", por eso de que te codeás con los príncipes?
-No, al príncipe lo ves en la entrega de premios y nada más. De todos modos, es
un orgullo para mí que alguien tan importante me salude después de una victoria.
Esa es una de las cosas lindas que te da el tenis, por eso destaco mucho este
triunfo. Pero cuando fui a la conferencia de prensa, un periodista italiano me
preguntó si este título era el mejor de mi carrera y le dije que no. Para mí, lo
mejor fue ganar el Abierto de Buenos Aires, un sueño que tenía desde chico.

-En esa conferencia se te escuchó mucho hablar de Argentina. Pese a que pasás
más de la mitad del año afuera, ¿llegás a estar al tanto de lo que nos pasa acá?

-Sí, porque es el país que amo y porque allí vive toda mi familia y mis amigos.
Hablo con ellos todos los días por teléfono y me pone muy contento cuando me
dicen que la gente se alegra con mis triunfos. Me siento un privilegiado porque
durante algunas horas se pueden olvidar de sus problemas y alegrarse de que a un
argentino le está yendo bien en algún lugar del mundo. Aunque espero que esta
nueva lesión que sufrí no los bajonee.

-¿Y qué es exactamente lo que tenés?
-Hoy el doctor del torneo, Jordi Vilaró, me realizó una ecografía y determinó
que tengo una rotura de unos siete milímetros. Hace unos días, en Montecarlo, ya
me habían hecho otra y la lesión era de tres; o sea, se agravó. A partir del
segundo set de la final, empecé a sentir un fuerte dolor, pero traté de
disimularlo para que Schuettler no se diera cuenta. Creo que si no lo terminaba
en tres sets, no iba a poder continuar jugando.

-¿Cómo sigue la recuperación?
-El médico me aconsejó que haga reposo absoluto durante cuatro o cinco días, y a
partir de ahí me someteré a distintas sesiones de rehabilitación. Por eso no sé
si llegaré a jugar el Masters Series de Roma que comienza la próxima semana. Una
pena, porque venía de una racha muy buena, pero soy consciente de que si no paro
ahora, la lesión podría agravarse y esto me dejaría afuera de otros torneos.

HACIA LA CIMA. Sin duda, los números de El Mago son apabullantes. A los 22 años
ya ostenta el tercer lugar en la Carrera de Campeones -que clasifica para el Masters de Houston- y el cuarto lugar en el ranking mundial, aunque a partir del
lunes próximo se colocará tercero, ya que el español Juan Carlos Ferrero, quien
hoy ocupa esa posición, no podrá defender los puntos que consiguió en el torneo
de Valencia en el 2003. Este fue el segundo título en lo que va del año y el
octavo de su carrera, para el pibe de Venado Tuerto. Además, se convirtió en el
primer argentino en ganar dos Masters Series (el anterior fue en Hamburgo, el
año pasado), los torneos más jerarquizados del circuito profesional, después de
los cuatro del Grand Slam. Y un dato que no es menor: Guillermo Vilas, el mejor
tenista argentino de todos los tiempos, a la edad de Coria había conseguido un
título menos.

-¿Qué se siente superar a Vilas, por lo menos en eso?
-Es un orgullo que me comparen con Guillermo, pero sé muy bien que es un
absurdo. Fue, es y será el más grande de todos los tiempos y creo que nadie
podrá superar sus récords. Tiene 62 títulos en su carrera, algo imposible de
igualar.

-¿Y ahora en Montecarlo, te volvió a decir que un tenista que se casa no puede
llegar a ser número uno del mundo?
-No, nos saludamos, me felicitó por el triunfo y nada más (risas). En su momento
dije que si Vilas lo había dicho, había que escucharlo. Por ahí sus palabras me
sirvieron para no aflojar en mi carrera después del casamiento. Pero con Carla
lo tenemos muy claro: entre los dos ya decidimos hacer el esfuerzo: pensar en
tener hijos y compartir más tiempo juntos recién cuando me retire. Ojalá logre
demostrarle que puedo ser esposo y número uno al mismo tiempo. Aunque, te
confieso, llegar a lo más alto es una tarea bastante dura. Para ser el número
uno tenés que tener un año magnífico.

-Ahora Carla te está acompañando mucho más en el circuito. ¿Esto también es una
motivación para vos?
-Seguro, es una motivación, un estímulo y una gran alegría. Por eso ni bien
terminó el partido la fui a saludar al palco. Me hace muy bien tenerla cerca
cuando juego. No hay que olvidarse que la vida del tenista es muy solitaria.
Llegar todos los días a la habitación del hotel y no tener a nadie, ni siquiera
para hablar, es algo muy triste.

-Después de esto, ¿el próximo objetivo es Roland Garros?
-Es uno de los sueños más grandes de todos los tenistas, y sin dudas también es
el mío. Cuando llegue ese momento voy a tratar de pensar cien por cien en el
Grand Slam de París. Ojalá me vaya tan bien como hasta ahora.

-La última: son muchos los que te preguntaron por la salud de Diego. ¿Sentís que
hay una gran expectativa mundial por lo que está viviendo Maradona?
-Sin duda. A cada lado que voy me preguntan cómo está de salud. Por eso, y
porque tengo una profunda admiración por el Diez, leo por Internet todo lo que
sale sobre él. Sé que le sacaron el respirador y que estaba un poquito mejor.
Ojalá que pronto se ponga bien y que pueda superar este momento. Tengo muchas
ganas de conocerlo personalmente y poder darle un abrazo, cosa que hasta ahora
no pude hacer. Sería muy lindo poder saludar al deportista más grande del mundo.

Luego de su soberbia actuación, el propio príncipe Alberto le entregó el trofeo del torneo. Además se alzó con 396 mil euros y su segundo Masters Series.

Luego de su soberbia actuación, el propio príncipe Alberto le entregó el trofeo del torneo. Además se alzó con 396 mil euros y su segundo Masters Series.

A partir del segundo set de la final, empecé a sentir un fuerte dolor, pero trate de disimularlo para que Schuettler no se diera cuenta. Creo que si no lo terminaba en tres sets, no iba a poder continuar jugando"">

"A partir del segundo set de la final, empecé a sentir un fuerte dolor, pero trate de disimularlo para que Schuettler no se diera cuenta. Creo que si no lo terminaba en tres sets, no iba a poder continuar jugando"

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