Te amo”, dijo en voz alta y con toda seguridad Juliana. A lo que Mauricio respondió: “Gracias por haberme elegido, negrita mágica, única y hechicera”. Con esas tiernas y sinceras declaraciones, la pareja le dio el broche de oro a una ceremonia plena de emotividad y alegría.
A pesar de haber tenido algunas reuniones por la mañana, el líder del Pro pudo dejar de lado por un rato los conflictos de la gestión porteña, las escuchas ilegales, las peleas de su bloque en la Cámara de Diputados, y se lo vio distendido y sonriente durante la ceremonia civil y el posterior lunch festivo.
Los recién casados no se limitaron a la hora de proferirse caricias y palabras dulces. Ella con un distinguido vestuario aportó, junto a muchos de los invitados, la cuota de lujo y glamour, infaltable en el feliz acontecimiento.
Todo el evento duró poco menos de dos horas. La ceremonia fue conducida por el director del Registro Civil de la ciudad, Alejandro Lanús, y el ágape posterior contó con canapés surtidos, empanadas, champagne y vino.
El festejo se completará el sábado con una fiesta íntima que se realizará en Tandil y más tarde, la ansiada luna de miel. 
Los recién casados no se limitaron a la hora de proferirse besos, caricias y palabras dulces.
El pasado fin de semana, la pareja asistió a la inauguración de la Noche de los Museos y ya se palpitaba la llegada del gran día.
