El corazón de Rico late cada día más fuerte por la morocha de 35 años que lo
cautivó. Y la última semana decidió darle una prueba irrefutable de su pasión:
una miniluna de miel en Villa La Angostura. Marcó el teléfono de su amigo, el ex
diputado Alberto Pierri, y le pidió que le prestara su mansión en el puerto de
la villa, pegada a Bahía Brava. El caudillo de La Matanza no anduvo con vueltas.
Ni siquiera consultó el motivo para el cual sería usada. Si bien algo
sospechaba, mantuvo la discreción a rajatabla.
Entonces Aldo Rico (60) preparó su Grand Cherokee negra, pasó a buscar a su
enamorada, y puso proa rumbo al sur, con una escala en un hotel de Bahía Blanca
para reponer energías. Cuando él y su novia, Marisa Raquel Guilanea, abrieron la
puerta de la residencia no podían creer que a sus pies estaba el imponente
Nahuel Huapi. Cada despertar disfrutaron de la belleza del lago y luego
desayunaron en el muelle privado de la casa con mate amargo: la infusión
preferida del ex candidato a gobernador bonaerense.
Rico estaba feliz en cuerpo y alma, pero en su cerebro titilaba una luz roja.
Sabe que su esposa, la paciente pero impetuosa Noemí Crocco, está furiosa.
Todavía no se explica por qué su marido la abandonó hace diez días dejando la
casa que compartían en el country Los Fresnos de San Miguel sin decir ni
siquiera buenas noches. Al parecer, Rico no se atrevió a confesarle a su
compañera de cuarenta años de matrimonio que se iba para siempre. Por eso ella
está sorprendida y molesta. Noemí, por ahora, prefiere el silencio: "Estoy
pasando por un momento muy especial, acaba de nacer mi nieta Josefina y eso me
hace muy feliz. De lo demás no quiero hablar. Les pido que sepan comprenderme",
le dijo a GENTE a través del teléfono, sumamente respetuosa, pero poco
sorprendida por la pregunta: "¿Es verdad que Rico la dejó?". "Chicos, les pido
por favor, no voy a hablar", alcanzó a balbucir. Se percibía que tenía la voz
quebrada por el dolor, y ni siquiera aceptó una charla off the record por
respeto a su ya más que deteriorada relación con el líder del FREPOBO (Frente
Popular Bonaerense).
LA CANDIDATA. ¿Quién es la dama que se adueñó del corazón del ex líder
carapintada? Una morocha 25 años menor que él. Marisa Raquel Guilanea es
abogada, nació en Baradero, tiene dos hijos y está separada de un policía desde
hace años. En su ciudad natal aún viven sus padres y su hermano. Ella trabajó en
la sucursal local del Banco de la Provincia de Buenos Aires, luego se trasladó a
la Capital Federal y pasó a ser la secretaria de un encumbrado funcionario de la
entidad. Y después desempeñó la misma función en el despacho de un diputado de
la Nación. ¿Cómo la conoció Rico? La historia marca que llegó a ella a través de
su última vinculación política con Adolfo Rodríguez Saá. Es más, algunos hasta
se animan a arriesgar que durante su breve y convulsionada presidencia fue el
puntano quien los presentó.
En Baradero -a 140 kilómetros de Capital Federal- es un secreto a voces la
relación entre Aldo y Marisa. "Ay, querido, qué sé yo cuánto hacen que están
juntos... No te puedo decir exactamente, pero me parece que hace un año y
piquito. Pero acá se pasean de la mano sin ningún problema. ¿Si son novios? Y…
me parece que quizás él está un poco grande para usar esa palabra, pero se los
ve felices. Yo siempre contesto con un dicho cuando pasan estas cosas: 'Qué
lindo que la gente se quiera…'", explicó una antigua vecina de los Guilanea que
pidió se guardara su identidad. "Es que ese Rico es medio chinchudo. ¿Vio qué
cara de malo que tiene?", se sinceró con una sonrisa.
El prestigioso periódico El Diario trató el tema de la novedad amorosa en su
edición del miércoles 2 de julio: "Soy amiga de Aldo Rico, todo el mundo lo
sabe. Mi relación para nada es secreta, es pública porque no tenemos nada que
ocultar", transcribió el matutino, tomando la entrevista que la doctora Guilanea
le concedió a FM Diferente. "Hay cosas que me duelen, como cuando se afirma que
no soy abogada y mis compañeros que han estudiado conmigo saben que lo soy.
Algunos hasta se atreven a relacionarme con personas que ni en mis más oscuras
pesadillas podrían convertirse en realidad", se explayó Marisa. Y por último,
atribuyó algunas calificaciones sobre su persona y la de Aldo Rico a intereses
espurios. Cabe aclarar que mientras Rico fue candidato a gobernador por el
FREPOBO en las últimas elecciones bonaerenses, Marisa lo acompañó como aspirante
a senadora provincial por la lista 505. "Aldo no les da importancia a los
ataques, está acostumbrado y se ocupa de su carrera ascendente a la
gobernación", arriesgó la candidata antes de los comicios que ubicaron a su
pretendido en un cómodo tercer lugar.
"Me casé a los 21 años. Con mi primera novia, por supuesto. Noemí Crocco", le
dijo Rico a la revista Playboy en 1994. Hoy aquella frase simpática deja de ser
divertida, principalmente para su esposa y muchos de sus íntimos. Dicen que
Noemí está escribiendo un libro que lo tiene como protagonista principal.
Por ahora Rico pasea y se divierte junto a su nuevo amor. Pero como buen
estratega en guerras que dice ser, teme el contraataque feroz que promete su
esposa. Algunos colegas suyos admiten una acuñada frase: "No hay nada más bravo
que la esposa de un militar". Rico lo sabe, y por ahora evita el conflicto.
Algunos que no lo quieren ni un poco, hasta se animan a bromear con él: "Vas a
ver que cuando se cruce a Noemí, se vuelve a pintar la cara para salvar su
pellejo".
por Miguel Braillard
fotos: Fabián Uset, gentileza El Diario de Baradero y archivo Atlántida
Rico junto a Marisa, la mujer de la que se enamoró hace un año, en un acto político. Ella declaró que "no tenemos nada que ocultar".
Los candidatos de Baradero acompañados por Aldo Rico, Marisa Guilanea -en la foto con un círculo- y Mirta Pérez.
