El escandaloso juicio de divorcio de Valeria Liberman – GENTE Online
 

El escandaloso juicio de divorcio de Valeria Liberman

Me enteré de que Valeria (Liberman) estaba embarazada. Ella y mi hijo (Cristian) se mostraban felices. Hasta que aparecieron un día en la casa de mi madre (se le entrecorta la voz). De ahí no te puedo seguir contando. Perdón… Aparecieron en la casa de mi madre, yo salía de trabajar en Big Brother y ya no te puedo seguir contando… Ese último día tienen que contarlo ellos, fue algo bastante desagradable. Y tendrán que ser ellos porque lo hicieron de común acuerdo...”. (De Verónica Castro en la edición número 2198 de GENTE, correspondiente al 4 de septiembre de 2007).

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Todo culebrón (mexicano, argentino o de donde sea) debe llenar ciertos requisitos imposibles de eludir si pretende convertirse en exitoso: un comienzo (o presentación general), cierto primer conflicto central (nudo), historias paralelas (que acompañan la trama sustancial), un segundo conflicto (más crudo) y el esperadísimo final (jubiloso y esperanzador). Bueno, en principio parece que el divorcio entre Cristian Castro (33) y Valeria Liberman (32) cumple varios de los mencionados ítem. Expliquemos:

COMIENZO (O PRESENTACION GENERAL). Todo arrancó el 31 de julio de 2004 en el Ritz-Carlton de Key Biscayne, Florida, cuando, por el rito judío y ante 85 periodistas y 42 invitados, Castro y Liberman dieron el “sí”. “Esta vez sí me caso for ever. Vale es la mujer de mi vida”, afirmaba quien había conocido a nuestra compatriota a mediados del ’99, antes de comprometerse, viajar por el mundo y asistir a su graduación como abogada. Sin embargo, la cosa se interrumpió de manera sorpresiva: Cristian se enamoró de la paraguaya Gabriela Bo caminando por las playas de Punta del Este y terminaron en el altar. Claro que el matrimonio duraría sólo un año, naufragando en las tempestivas aguas de la intimidad. “Convengamos que Cristian no ha sido demasiado caballero conmigo. Me maltrataba”, argumentó la muchachita que hoy baila por un sueñoen ShowMatch. Entonces, Liberman rompió con su último novio, Gil Nezer, heredero de un multimillonario empresario, volvió a toparse con Castro, renació la pasión y llegaron los confites y una segunda oportunidad.

PRIMER CONFLICTO CENTRAL (NUDO). O inicial reclamo de divorcio, en la Corte de Familia del condado de Dade, Miami, firmada el 14 de agosto de 2007 por Christian Sainz Castro (tres lustros de carrera, ocho millones de discos vendidos, 61 discos de oro y 29 de platino): “Mi matrimonio con la señora Liberman se encuentra roto. Pido la custodia compartida de Simone y del bebé por venir”. Confirmación instantánea desde la tapa de la revista People en español: “Hay que estar bien. Si no se puede estar bien, hay que moverse”. Arrepentida rectificación posterior: “People no dice la verdad. Nos hemos reconciliado. Venimos trabajando fuerte. Le anticipé a la abogada que lo iba a pensar. Apuesto a que funcione la cosa. Si funciona, pienso que será para siempre”. Respuesta de Valeria Liberman: ninguna, ni siquiera una frase. A las pocas semanas, la realidad indicaba que el escrito de Castro, por voluntad propia, había quedado abandonado.

HISTORIAS PARALELAS (QUE ACOMPAÑAN). Entretanto, el intérprete, distanciado de su famosa madre, Verónica, le rogaba convertirse en abuela. “Si ya no me soporta, si ya no desea ser suegra, okay. Entonces que sea abuela”. Y especificaba, intentando esquivar rumores sobre violencia doméstica, que “jamás golpearía a la persona que me dio a luz. Aparte, tuvo una relación prohibida con mi padre, de la cual nací yo. ¿De qué puede acusarme?”, repetía alterado. Hasta que su esposa pulverizó el silencio mediante una demanda, la 08-003827-FC-04 SEC 7, con fecha 19 de febrero de 2008, exigiendo la custodia plena de Simone (2) y de Mikhail (cinco meses), “por razones que serán detalladas”, y que en un plazo de cuarenta y cinco días Castro declare sus posesiones, aparte de firmar la manutención de los tres. La petición denunciaba que el 22 de enero él dejó el domicilio de Tulipan Court, de Coral Gables, Miami, lugar en el que residía con su familia. “Estoy preocupado, triste y desolado. Sí, tarde o temprano iba a ocurrir”, admitió Cristian.

SEGUNDO CONFLICTO (MAS CRUDO). El martes 29 de abril los trapitos vieron la luz en la audiencia inicial. A lo solicitado se le agregó la materia prima para apuntalarlos. Según lo que trascendió, Liberman acusó a Castro, ante la Corte Familiar, de agredirla, verbal y físicamente, en reiteradas ocasiones. El reconoció que “en algunas ocasiones pueden darse unos rasguñitos, cuando se quiere mucho”, animándose a reconocer que no sólo le había pegado a su flamante ex en distintas ocasiones (incluso embarazada), sino también a Verónica, la reina de los culebrones, la madre, propinándole bofetadas y tirándole del cabello. Valeria avanzó adelantando que posee fotos y videos del cantante en instancias íntimas junto a damas y caballeros. “Me parece triste. Lo que sucede en una pareja debería quedarse puertas adentro. Aparte, seguro se trata de un fotomontaje”, contestó Cristian mientras la actriz y modelo Gabriela Bo salía a defenderlo en la Capital Federal porteña, sosteniendo que “no es bisexual, sí infiel”.

FINAL (¿JUBILOSO Y ESPERANZADOR?). En tal audiencia, que superó las cinco horas, Liberman llevó de testigo a una trabajadora social que la atendió una vez que entró magullada al hospital. ¿Qué pretende Castro en su contraataque? “La custodia compartida de los chicos y entregarles su pensión mensual, pero no darle dinero a la madre. Apenas le cederé nuestra mansión”, aceptó mientras el juez estatal Jerald Bagley le restringía las visitas. Podrá ver a Simone y Mikhail en presencia de un supervisor. “Además, necesitamos que se sume a un programa para padres y que asista a un psicólogo”, le advirtió.

Al tiempo que Verónica Castro celebraba la reconciliación con su hijo (“¿Quién no se ha portado mal? Ayudémoslo, intenta cambiar”, lo defendió), Valeria pedía respeto. “Que Cristian y Verónica comenten lo que les plazca de mí. Lo-que-les-plaz-ca. Aunque tampoco abusen. Puedo entablarles un litigio del que se arrepentirán”, amenazó, prometiendo revelar en breve el gran motivo de la ruptura. “Apenas me autoricen los abogados, saldré a gritarlo. ¡Para que no quede ninguna duda!”, cerraba.

Abogados y tribunal de la Corte de Familia del condado de Dade mediante, Cristian y Valeria en un impasse del litigio matrimonial.

Abogados y tribunal de la Corte de Familia del condado de Dade mediante, Cristian y Valeria en un impasse del litigio matrimonial.

“Pretendo la custodia compartida de los chicos y entregarles su pensión mensual, pero no darle dinero a la madre. Apenas le cederé nuestra mansión” (Cristian)

“Pretendo la custodia compartida de los chicos y entregarles su pensión mensual, pero no darle dinero a la madre. Apenas le cederé nuestra mansión” (Cristian)

“Que Cristian y Verónica comenten lo que les plazca de mí. Lo-que-les-plaz-ca.  Aunque tampoco abusen. Puedo entablarles un litigio del que se arrepentirán” (Valeria)

“Que Cristian y Verónica comenten lo que les plazca de mí. Lo-que-les-plaz-ca. Aunque tampoco abusen. Puedo entablarles un litigio del que se arrepentirán” (Valeria)

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