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El dolor de ya no ser

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"El más grande sigue siendo River Plate/ el campeón más poderoso de la
historia.../"
. Por primera vez ese himno que tantas veces acompañó los títulos
del club más campeón de la historia del fútbol argentino, irritaba al 80 por
ciento del estadio Monumental. "Saquen la música, hijos de p... ¿Qué car...
tenemos que festejar?
", gritaba un hincha descontrolado en la platea San Martín.
"¿No les da vergüenza haber jugado con cuatro defensores y dos números 5 para
marcar a Iarley, el único delantero que tuvo Boca? Entonces, ¿qué habrían hecho
si hubieran jugado Tévez y Barros Schelotto? Eso pasa porque a varios del
plantel les gusta más pasar la noche en boliches como Tequila que la mañana
entrenando. ¿Y los dirigentes? Después del segundo gol de Boca se fueron de la
tribuna para no bancarse las put…"
.

Tras el "humillante" y "vergonzoso partido" -como lo definieron los propios
jugadores de River- que habían jugado ante su eterno rival, la voz del estadio
decidió subir la música de los parlantes para que los insultos de miles de
hinchas hacia técnico, dirigentes y jugadores pasaran inadvertidos. Pero eso fue
algo así como tapar el sol con las manos. Por eso, minutos más tarde, el hall
central del estadio se convirtió en un polvorín: más de 500 hinchas se
convocaron para repudiar a los responsables de esta desastrosa campaña.
Curiosamente, casi al mismo tiempo, el DT Manuel Pellegrini afirmaba en la
conferencia de prensa que "van a venir más derrotas", sin una pizca de
autocrítica.

VESTUARIO CALIENTE. "Manuel, creo que esto no da para más. Afuera, la gente está
enloquecida. Quieren romper todo el estadio, algo que nunca nos pasó. Después
del papelón que hicimos hoy, su continuidad es algo insostenible".
La frase de
un alto dirigente a minutos de terminado el partido no tenía un tono de reproche
sino que representaba la expresión de la mayoría de los hinchas millonarios.
Pero al igual que en los 94 minutos que había durado el encuentro, la cara del DT chileno ni se inmutó. Lo escuchó en silencio, y cuando el dirigente terminó
de hablar, levantó la cabeza -que hasta ese momento había estado clavada en la
cerámica blanca del piso- y respondió: "Mire, yo no pienso renunciar -aunque
después, en público, dijo que no se iba a aferrar a ningún cargo y que iba a
cobrar su sueldo hasta el último día de trabajo-; todavía estamos peleando la
semifinal de la Copa Sudamericana y me quiero quedar. Además, usted lo habrá
visto: hoy hubo jugadores que no pusieron todo...".

Estas declaraciones hechas en privado no tardaron en trascender y tuvieron el
mismo efecto que un reguero de pólvora en el mismo infierno. Muchos jugadores se
sintieron tocados, y sobre todo cuando 15 minutos después del partido, en el
vestuario, cuando afuera la gente en la cancha gritaba por Ramón Díaz, el DT les
dijo: "Muchachos, estamos pasando un momento complicado. Ahora se van a ir tres
jugadores a la Selección y hay que pelear la copa. Va a ser muy difícil revertir
esto, no sé si lo vamos a poder cambiar y quiero que ustedes también lo sepan"
.
A todos -jugadores y dirigentes que estuvieron en la charla- los sorprendió el
pesimismo de Pellegrini y no tardaron en salir a pegarle: "Primero nos prendió
fuego ante los dirigentes diciendo que no habíamos dejado todo y después, en vez
de darnos ánimo, nos transmitió una pálida. Te juro que estaba esperando que
dijera que se iba
-comentó uno de los referentes del plantel-. Así va a ser muy
difícil cambiar la historia".

"A PELLEGRINI, RIVER LE QUEDO GRANDE". Sentenció el día después de la derrota
ante Boca, Atilio Costa Febre, una especie de termómetro del hincha que desde
hace años conduce por radio y televisión River Monumental. Con las pulsaciones
más bajas, pero con un fastidio palpable, intenta encontrarle una explicación a
este presente: "Durante un año y medio Pellegrini trabajó en un ambiente propio
de la NBA y no lo supo aprovechar. Porque le trajeron todos los jugadores que
pidió: Salas, Gallardo, Ameli, Tuzzio, Virviesca, Husaín, Crossa, Tula, Vivas,
Montenegro… Le cumplieron con todos los caprichos y él siempre se encargó de
contradecir el estilo histórico de este club. Me queda la sensación de que River
es el San Lorenzo del técnico chileno. Es muy difícil poder encontrar partidos
buenos de este equipo en un año y medio, y así y todo, cuenta con un respaldo
por parte de los dirigentes que ningún técnico tuvo en toda la historia".

Estas palabras se confirmarían luego, cuando en una conferencia brindada por el
presidente José María Aguilar -tras una extensa reunión que mantuvo durante
cuatro horas junto al entrenador, su ayudante Rubén Cousillas y el vice Mario
Israel- anunció que Pellegrini seguía siendo el DT: "Nos reunimos para
planificar lo que queda hasta fin de año. Pero quiero dejar en claro que su
continuidad nunca estuvo en dudas
", dijo Aguilar, rompiendo con todos los
pronósticos que anunciaban el alejamiento del chileno. Costa Febre también
analiza esta sorprendente decisión: "Detrás de esto hay que hacer otra lectura
porque hoy nadie quiere agarrar este fierro caliente. Pero estoy seguro de que
el grito incesante de la gente no va a pasar por alto, aunque reconozco que es
mucho más conveniente tomar una decisión en frío, con la pelota parada y las
tribunas vacías. No creo que la dirigencia se vuelva a equivocar como cuando le
renovó el contrato a Pellegrini en junio".

"EL TIEMPO DE PELLEGRINI SE TERMINO". Disparó Gastón Recondo -el coequiper
gallina de Alejandro Fantino en Mar de fondo y conductor del programa radial
River Plata-, una de las voces millonarias que hasta este partido había
defendido a capa y espada al DT chileno. Pero la derrota del domingo caló hondo
hasta en aquellos que pensaban que Pellerini todavía tenía crédito: "Los hinchas
de River sentimos vergüenza por cómo se perdió. Y el técnico es el máximo
responsable. Porque pone en la cancha apellidos y no jugadores que estén en
óptimas condiciones, y en River no se gana ni con la camiseta ni con los
nombres. Un claro ejemplo es Coudet, quien no está bien preparado físicamente".

El tema físico es uno de los puntos más discutidos y Recondo también lo critica:
"Ni la mentirosa carga de partidos, ni la cantidad de lesionados que tiene este
plantel son excusas válidas. Porque este equipo casi nunca jugó bien y eso
también se dio desde el inicio del campeonato, cuando estaban todos bien
descansados y sin problemas físicos".

En este punto, Costa Febre carga, como muchos, sus dardos contra el preparador
físico Felipe Prieto: "Casi todos los equipos están dos cambios más arriba.
Lamentablemente River tiene a Flavio Pérez, un gran preparador físico, pero lo
utiliza como camillero para levantar a los lesionados. Es más, por lo bajo los
jugadores te dicen que no están bien preparados físicamente y, también por
izquierda, le piden a Pérez hacer otros ejercicios diferentes de los que cumplen
con el actual entrenador".

El grito de la gente pidiéndoles a sus jugadores "que pongan h..." a los 30
minutos del primer tiempo, cuando el partido todavía estaba 0-0; la justa -y
hasta exigua- derrota 2-0, y fundamentalmente, la inminencia de dos títulos más
para Boca -el campeonato Apertura y la Intercontinental, en el mismo año en que
logró la Copa Libertadores- desataron la tormenta en Nuñez. Pareciera que sólo
un cambio en su cuerpo técnico podría despejar el horizonte. Esa es la sensación
después de hablar con uno de los dirigentes que tiene su oficina muy cerca del
despacho presidencial: "El poco crédito que Pellegrini tenía con la gente lo
perdió el domingo, cuando quiso salvar el año ganándole a Boca. Nosotros
estábamos acostumbrados a ir a la cancha y empacharnos de fútbol, y desde hace
un año que nos morimos de hambre. Ojalá pierda la Sudamericana para que
renuncie. Por lo menos, eso fue lo que prometió esta tarde. Si consigue el
milagro de ganar la Copa, sigue hasta diciembre. Pero como los milagros en el
fútbol raramente existen, esta pesadilla está llegando a su fin".

Al final, la gente reaccionó contra el entrenador y los jugadores que se tuvieron que ir escoltados por escudos policiales.

Al final, la gente reaccionó contra el entrenador y los jugadores que se tuvieron que ir escoltados por escudos policiales.

Harta de los malos resultados y del papelón ante Boca, la gente despidió al técnico con insultos. Algo que pocas veces se dio en la historia del equipo que más títulos ganó en el fútbol argentino.

Harta de los malos resultados y del papelón ante Boca, la gente despidió al técnico con insultos. Algo que pocas veces se dio en la historia del equipo que más títulos ganó en el fútbol argentino.

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