«El Congreso ignora que estamos en una terrible crisis fiscal» – GENTE Online
 

"El Congreso ignora que estamos en una terrible crisis fiscal"

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-El Gobierno dijo que recortaría el gasto público. ¿Lo hizo?
-Hay una rebaja importante. Pero ahora la cuenta habrá que hacerla en términos reales, y ajustarla por la inflación. Si el recorte del gasto que hizo el Gobierno se respeta, va a bajar fuerte: casi el 15 por ciento. Pero no es suficiente, porque la hipótesis de recaudación es un poco optimista. Y por eso, o hará falta más inflación para cerrar el presupuesto o hará falta más reducción de gasto.


-¡¿Cómo?! ¿Más inflación?

-Y bueno, porque los números no le van a dar. Entonces, la inflación permite cerrar el paquete porque se cobrarán los impuestos más altos. ¿Se entiende? Esta es una economía que volverá a tener inflación. Se recaudará más en términos nominales, y si el gasto no crece, las cuentas cerrarán. Habrá que ver si lo consiguen, porque cuando hay presiones inflacionarias, también hay presiones para subir el gasto.


-¿Ve firme al Gobierno para frenar esas presiones?

-No lo sabemos. Por ahora, en la discusión por el Presupuesto, el Congreso incorporó medidas que generan pérdidas de recursos, y las que pensaron para subir impuestos -que no me parecen razonables- son para aumentar el gasto. Me da la sensación de que el Congreso ignora que estamos en una terrible crisis fiscal. Ahora discuten impuestos para asumir el incentivo docente. Pero nunca discuten para cerrar el déficit, que luce más alto que el presupuestado.

-¿Cuánto cayó la recaudación fiscal?

-En enero se recaudaron 3.500 millones a nivel nacional, y 800 millones a nivel provincial. Esto quiere decir que cayó un 19 por ciento. Y para febrero auguran un 18 por ciento. Lo que pasa es que no se computó el impuestazo. Porque Cavallo dejó armado un pésimo impuestazo que este gobierno terminó de cerrar. La lógica de Cavallo era: "Pongo el impuesto al cheque y después descuentan una parte de IVA y Ganancias. O sea, pagan menos". Ahora no se puede descontar más. Sacaron todos los planes de competitividad, algo que veo bien, pero no bajaron ningún impuesto a cambio. Es un impuestazo fenomenal, que tiene un efecto fiscal de 250 millones por mes. Así, es muy difícil reactivar.


-¿Cuánto déficit se puede consensuar con los organismos internacionales que pueden ayudarnos?

-El déficit proyectado está más o menos en línea con lo que piden desde el exterior. La duda es si habrá 3.000 millones de déficit, como dijeron, o bastante más. Pero la ayuda depende de muchas cosas, no sólo del presupuesto. Está la crisis financiera, qué hará con la deuda, qué con la coparticipación federal y las provincias.

-¿Cuál es la lógica de la relación presupuestaria entre el Gobierno y las provincias?

-La Argentina no tiene un nuevo régimen de coparticipación y no cumplió con el mandato de la Constitución del 94. El régimen nuevo que se vote tiene que evitar que recaude la Nación y gasten las provincias. Eso incentivó el gasto provincial, que ya no es financiable. Y hay que terminar en forma urgente con las monedas locales.


-Esas emisiones, dicen los políticos, calman un poco la tensión social.

-Sí, pero al costo de generar inflación. Si a alguien le pagan en patacones o Lecop la mitad del sueldo, por ejemplo, ¿qué pasó con su demanda de pesos? Cae a la mitad. Eso es inflacionario en pesos si se hace sin control.

-Pero tapa los agujeros de la poca recaudación.

-Entonces da lo mismo que emitir pesos. Si uno financia un déficit con emisión o con sucedáneos de la moneda, genera inflación. No hay escape. Hay cuatro formas de paliar el déficit: con deuda -no se puede porque estamos en default-, con emisión, bajando el gasto, o con impuestos.


-La forma genuina sería bajando el gasto.

-En una economía como la nuestra, sí. Habría que limitarse a tener políticas sociales eficientes y cortar el resto.

-Ahora, además, para paliar déficit se anuncian subas de aportes patronales y personales.

-Bueno, con un 22 por ciento de desempleo, eso no tiene sentido. Si el costo laboral sube, ¿alguien cree que las empresas van a tomar gente? Al final, el déficit primero lo pagan las empresas y luego, por el menor empleo, los trabajadores.


-Otra cuestión que provoca inquietud es el posible aumento de las naftas en un 25 por ciento. ¿Hará que entremos en un serio proceso inflacionario?

-Su aumento es consecuencia de la devaluación. Devaluar sin pretender que suban los precios que están atados al dólar es imposible. El petróleo o el trigo son productos exportables. No se puede pedir que se vendan más caro al exterior y más barato aquí. Al productor le conviene vender afuera y desabastecer el mercado local.

-Artana, ¿hay alguna forma de eliminar el corralito y dejar contentos a todos?

-A esta altura, luce cada vez más difícil. El Gobierno se equivocó. Debería haber dejado que los bancos cobraran los préstamos que habían dado en dólares dándoles más plazo, y haber permitido que los bancos que recuperaban el dinero más rápido lo devolvieran de igual modo. Es decir, una solución banco por banco. Pero socializaron el problema, pusieron a todos los bancos en la misma bolsa e hicieron que todo el mundo cobre en pesos y a los premios. 


-De la otra forma, dejaban librada la devolución del dinero a la fortaleza de cada banco.

-Al que prestó mejor. Y para los depositantes chicos de los bancos que caían hay una garantía de depósitos de hasta 30 mil dólares. El depositante grande, bueno, hubiera elegido bien el banco. Y esto es importante: ¿qué bancos hubieran cobrado mejor los préstamos en dólares? ¿Los privados o los públicos?

-Supongo que los privados, que ponen más condiciones a la hora de prestar dinero.

-Claro, y hubieran devuelto más rápido los depósitos. Entonces, y dejo la respuesta abierta: ¿a quién defiende el corralito? En una solución banco por banco, quien hubiera depositado en un banco del Estado quizá tardaría más en recuperar su dinero. Pero el Estado no nos dejó hacer ese ejercicio.


-Si se abre el corralito, ¿el dólar se dispara?

-Ese es el temor del Gobierno. Yo no lo sé, pero depende de los depositantes, y no soy sociólogo. Eso sí: cuanta más desconfianza tenga la gente en el sistema financiero, será más difícil abrirlo.

Artana asegura que el déficit proyectado es compatible con las demandas del exterior. La duda es si habrá 3.000 millones de déficit, como dijeron, o bastante más".">

Artana asegura que el déficit proyectado es compatible con las demandas del exterior. "La duda es si habrá 3.000 millones de déficit, como dijeron, o bastante más".

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