El bebé llega con miles de dólares bajo el brazo – GENTE Online
 

El bebé llega con miles de dólares bajo el brazo

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El sábado 21 de enero a las 13:22 horas, Juanita Viale (29) y Gonzalo Valenzuela (33) aterrizaron en el aeropuerto de Punta del Este. No viajaron para tomarse unas vacaciones, ni siquiera como escapada de fin de semana. La brevedad de la estadía se podía intuir por la falta de equipaje: llegaron con lo puesto y así se fueron. El motivo fue puramente comercial: ambos son embajadores de VitaminWater, y como tales debían estar presentes en el exclusivo evento que la marca neoyorquina de las botellitas de agua con vitaminas organizó en el parador La Caracola, de Laguna Garzón.

Llegaron a contra reloj, tan sólo media hora antes de que empezara el evento y con un viaje estimado –del aeropuerto al parador– de más de una hora. Para acelerar la travesía tomaron un camino alternativo a la ruta del mar y pararon únicamente en una oportunidad, en una estación de servicio. Nada de pasar por la casa familiar de José Ignacio: derechito al evento.

Los flashes anticiparon el arribo de la pareja al parador, aunque ya de lejos se divisaba la pancita de seis meses y medio de Juana, que lucía a la perfección con un ceñido vestido a lunares. Acompañó el look con un pañuelo y sombrero panamá, que no se sacó para nada y que, según trascendió, escondía un reciente corte de su tan clásico pelo largo. Las cámaras los acompañaron durante toda la tarde, hasta que los fotógrafos se percataron de que la DJ invitada era Alexandra Richards, la hija del legendario Rolling Stone, Keith Richards, y figurita repetida en el Este.

SACALE UN BOCADO. No bien llegaron, y después de saludar a los organizadores, la pareja de actores de Life Chekka buscó una mesa donde instalarse. Lo hicieron junto a sus colegas Eugenia Suárez y el modelo Iván de Pineda –ex novio de Juana–. Mientras charlaban, disfrutaron de un amplio menú de finger food y por supuesto, de las aguas vitaminadas, que no soltaron en ningún momento. La prensa esperó a que se acomodaran y almorzaran tranquilos antes de preguntarles por el feliz suceso del embarazo y la llegada de un varón a la familia –previsto para el 10 de abril–, para sumarse al clan que ya integran junto a Ambar (8) y Silvestre (4).

Como manda el oficio, dos cronistas de GENTE probamos suerte con la pareja, que una vez más hizo honor a su fama de pocas palabras con los medios.

Intento de nota Nº1. El primer acercamiento a Valenzuela fue todo un fracaso: cuando el cronista le consultó por el embarazo, se apuró a comer e hizo ademán de no poder contestar porque estaba masticando. Esperamos. Pero después de tragar el bocado, en vez de dar la ansiada respuesta, siguió comiendo y se dirigió a otro sector del parador.

Intento de nota Nº2. Juana fue un poco más directa que su marido y se negó rotundamente. “No doy notas”, se excusó con la cronista. Tampoco quiso hablar de la película que está filmando con el director Adrián Caetano, Mala, no una autobiografía sino un thriller de amor y suspenso en el que compartirá elenco con Flor Raggi, Brenda Gandini, María Duplaá y Luisana Lopilato. El film –que comenzó a rodarse en enero y cuyas tomas continuarán hasta fines de febrero– es sobre violencia de género, y Juana personificará a una embarazada (que habla).

Intento de nota Nº3. La segunda vuelta con Valenzuela fue más provechosa, y aunque no dio muchas declaraciones personales, sí quiso hablar de su película. El lunes 23 –día del cumpleaños número cuatro de su primogénito Silvestre– el actor chileno comenzó con el rodaje de Todos contentos, un film de Eduardo Milewicz en el que también actúan Leticia Brédice, Malena Villa, Esmeralda Mitre y Micaela Breque. “Voy a interpretar a un jugador de voleibol profesional. Hace dos meses ya que estoy entrenando para el papel, con una gran ayuda de la Federación de Voley. También voy a ver los partidos, así aprendo. En el film me enamoro de una nena de 15 años, interpretada por Malena”, le relató a la cronista, y contó sobre su mujer: “Los dos estamos pasando un lindo verano de cine. Nos sentimos felices en Buenos Aires, que se pone entretenido en enero porque hay menos gente. Aunque la playa siempre tira”. ¿Vacaciones en mente? “Ojalá, tenemos que ver; por ahora no hay nada programado”, contestó dubitativo. Las preguntas estaban por continuar cuando Juana irrumpió en la escena y, sin siquiera excusarse, se llevó a su marido del brazo.

Intento de nota Nº4. “Si hay miseria, que no se note”, diría Borges ante el gran cambio de humor de la entrevistada con el que se encontró el cronista cuando simuló ser un periodista chileno (con tonada y todo), y sí recibió respuesta.

–¿Tenía pensado algún proyecto laboral en Santiago, quizá en el Centro Mori (el complejo teatral que comparten Gonzalo Valenzuela y Benjamín Vicuña en Chile)?
–Por el momento no, ya que estoy haciendo cine en la Argentina. Pero tal vez más adelante.

–¿Y cómo llevas este embarazo?
–Así, como me ves.

–Ya, po’. Los chilenos te notamos súper bonita...
–Gracias. ¡Estoy muy contenta!
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Luego posaron, juntos, muy abrazados ante las cámaras y también abrazadísimos a las botellitas de la bebida que los llevó por tres horas a un evento en suelo charrúa, y por las que habrían cobrado entre 35 y 50 mil dólares. “Bajá un poco la botella”, le pedían los fotógrafos. “¡Ni en pedo!”, respondía ella, mostrándola con más esmero ante los flashes. El evento se llevó a cabo en el parador La Caracola (Ruta 10, Km 189), al que se accede en barco, cruzando la Laguna Garzón.

El evento se llevó a cabo en el parador La Caracola (Ruta 10, Km 189), al que se accede en barco, cruzando la Laguna Garzón.

Ante su reticencia a responderle a la prensa argentina, el cronista  de GENTE se hizo pasar por un periodista chileno. Simpática aunque breve– para los vecinos, habló de su presente laboral y de su alegría por el embarazo.

Ante su reticencia a responderle a la prensa argentina, el cronista de GENTE se hizo pasar por un periodista chileno. Simpática aunque breve– para los vecinos, habló de su presente laboral y de su alegría por el embarazo.

A la hora de posar, no se despegaron de las botellitas de agua con vitaminas que fueron a promocionar. Dicen que habrían cobrado entre 35 y 50 mil dólares.

A la hora de posar, no se despegaron de las botellitas de agua con vitaminas que fueron a promocionar. Dicen que habrían cobrado entre 35 y 50 mil dólares.

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