Ella sabe perderse, no mostrar, no contar y simultáneamente ser divina, agradable y charlatana… de cualquier cosa, menos de ella. Sólo se empecina en decir su edad tal y cual la muestra su documento: “Son 35 y los digo porque la edad es parte de la identidad”, asegura marcando una postura de vida bien profunda. Acaba de filmar ¿Quién dijo que es fácil?, dirigida por Juan Taratuto y coprotagonizada por Diego Peretti. En el cine, Carolina es una fotógrafa que vive la vida como más le gusta hasta quedar embarazada de alguien de quien prefiere olvidar el nombre. Se enamora con panza incluida de Aldo, un maniático y solterón empedernido (Peretti). Ahora, en la vida, Peleritti deja ver algo de ese monumental ícono argentino que deslumbró en los 90 a hombres y mujeres desde las pasarelas. Sigue siendo un monumento. Silencioso. Aunque, entre líneas, hablando de Andrea, su personaje, algo aparecerá de la morocha argentina tan mentada.
–Es rarísimo verte en una foto con una panza de embarazada…
–Fue lindo y raro a la vez. Técnicamente fue muy complejo porque el director, Juan Taratuto, quería que lleve la panza al aire, la muestre y para que esto esté bien y creíble, trabajaron mucho tomando moldes de yeso y medidas. Debía ser perfecta porque con esa panza iba a caminar, hacer el amor, estar desnuda…
–Robert De Niro, para hacer de Jack La Motta en Toro Salvaje, engordó 30 kilos… ¿A vos no te pidieron que te embaraces de verdad?
–Hubiera sido muy intenso actuar y embarazarme al mismo tiempo... Sí hablé con parteras y me conecté con la energía femenina de las que van a ser madres. Andrea vive como quiere vivir. Es fotógrafa. Viaja, la pasa bomba y en alguna de esas oportunidades se embarazó sin buscarlo, y para una mujer, no saber quién es el padre de su bebé es complejo. Y, como no tiene contacto con sus padres, su familia son sus amigos del mundo.
–Es una chica muy de hoy.
–Totalmente. Ella no se lleva todo por delante: acompaña lo que ocurre, camina y decide todo el tiempo cómo quiere vivir. Es espontánea y libre. Tiene una cabeza muy grande. Elige parir en su casa con un parto natural y sin que la corten ni le hagan nada.
–¿Sos parecida a Andrea?
–Confío en el director y si me eligió para interpretarla, algo de ella debo tener. Pero no creo que sea como ella, salvo en las cosas que siempre acercan a dos mujeres. Es la primera vez que hago un personaje que está todo el tiempo en pantalla, antes sólo había filmado participaciones pequeñas. Ahora entendí cómo es un rodaje.
–Era mucho: aprender de embarazo, de cine y de enamorarte de un tipo como Aldo…
–Trabajar con Diego (Peretti) fue extraordinario: no lo conocía y le tocó ese personaje, que es un aparato. Pero hubo química. Ella, acostumbrada a arreglárselas sola, encuentra a un hombre que la protege. La película deja claro que no es difícil enamorarse….
–¿Vos creés en eso?
–No me dejaste terminar… La película habla de lo difícil que es llevar adelante una relación aunque haya amor. Sobre todo cuando dos personas son tan opuestas y tienen valores diferentes. Tienen que trabajar mucho para estar juntos…
–Vuelvo a la pregunta. ¿Creés que es fácil enamorarse?
–Sí, lo que me parece es que después es complejo llevar adelante ese amor.
–O sea que con el amor no alcanza.
–Para llegar a un verdadero amor uno debe encontrarse con lo más feo de la relación misma y del otro, y a la vez mostrar lo peor de sí. Superada esta instancia ese amor puede volverse eterno. Igualmente, hay montones de parejas que hace años están juntos y felices, y no hablo de los que están solos pero durmiendo todas las noches con alguien que es pretendidamente su pareja. Los felices son los que se pelearon mucho y mataron la relación para hacerla vivir nuevamente y para volver a mirarse a los ojos con sorpresa, reeligiéndose…
–Hay poca gente de ésa.
–Es verdad, cada relación es un mundo y son pocos los que hacen de ese mundo algo maravilloso. Yo tengo el ejemplo de mis padres, que gracias a Dios están juntos a los 84 y 77 años, después de pasar muchas cosas. Ahora acaban de encarar un nuevo proyecto de vida común. Yo los vi atravesar situaciones muy difíciles y superarlas; ahora están de novios otra vez. Y también conozco gente que tiene a sus padres felizmente separados.
–¿Cómo ves tu futuro, con alguien… separada?
–No sé. A mí todavía me falta lo mejor.
–¿Ya tuviste una pareja tan intensa como la que describías?
–No. Todavía no... Por eso me gustó tanto este guión, porque me demostró que es posible.
–¿También aprendiste que es posible amar a ese hombre que una dice: “A ese tipo no me acercaría jamás”?
–Es que el amor te sorprende, como la suerte. No es casualidad, pero sucede.
–Creí que había que ir a buscarlo.
–No tengo muchas respuestas para eso. Veo a mucha gente enamorada de otra impensada y terminan haciendo grandes parejas de la nada.
–¿Y vos cómo estás ahora? ¿Sola o enamorada?
–Te agradezco por preguntar e interesarte por mi vida. Te digo solamente que estoy muy bien…
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Y Carolina dice todo esto en medio de una carcajada muy tranquilizadora. Parece que la chica está enamorada.
Tiene ojos que hieren y es mina brava de gran corazón, como las del tango. Aunque Carolina prefiere el rock nacional y su corazón latió por algún músico (léase Luis Alberto Spinetta). Hoy es ex modelo y actriz de ascendente carrera.
“Los felices son los que se pelearon mucho y mataron la relación para hacerla vivir nuevamente y para volver a mirarse a los ojos con sorpresa, reeligiéndose”.
