El último aumento de los combustibles condiciona el programa Precios Justos – GENTE Online
 

El último aumento de los combustibles condiciona el programa Precios Justos y la meta de inflación

Con el incremento del 3,8 %, en promedio, del precio de las naftas y gasoil, finalizó el acuerdo que las petroleras mantenían con el Gobierno. Una renovación con subas que rondarían el 3,5% mensual impactaría en las negociaciones con otros sectores por mantener a raya la canasta básica
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Mientras el Ministerio de Economía trata de desactivar la crisis, un nuevo aumento de los combustibles pronostica un aumento de la inflación, que el martes marcó una suba interanual del 102,5 %. Con este número, no solo rompió la barrera de los tres dígitos, sino que es la más alta desde septiembre de 1991 (115 %), cuando el país intentaba dejar atrás la hiperinflación de 1989-1990.

La marca Shell aumentó un 3,8% el valor de sus naftas y gasoil a partir del primer minuto de este miércoles, en consonancia con lo acordado con el Gobierno, en el marco del programa Precios Justos que fijó topes para los incrementos del sector.

Las compañías petroleras vienen incrementando desde diciembre pasado un 4% mensual el valor de los combustibles, el último aumento pactado es el que acaba de anunciar la empresa Raízen, licenciataria de la marca Shell. Ahora se espera que las otras empresas se sumen a las subas en las próximas horas.

Este nuevo aumento implica la finalización del acuerdo que incluía a los combustibles dentro del programa Precios Justos y por ahora no hay novedades sobre una posible renovación. En el Gobierno intentarán buscar una extensión por cinco meses, con aumentos pactados que rondarían el 3,5% mensual.

Pese a los acuerdos alcanzados con diferentes sectores de la producción para que el precio de la canasta básica no se dispare por las nubes, en el Gobierno saben que el incremento de las naftas impactará en las negociaciones futuras con el resto de los rubros. 

Las góndolas. La renegociación entre las petroleras y el Gobierno podría impactar en los acuerdos con diferentes sectores para mantener el programa Precios Justos.

Las perspectivas de los especialistas

El aumento de los precios durante el primer bimestre pone en jaque las posibilidades de desacelerar este año la inflación al 60 %, tal como lo ha planteado el Gobierno entre sus objetivos de estabilización macroeconómica. Los precios al consumidor acumularon el año pasado una subida del 94,8 %, con una notable aceleración respecto al 50,9 % verificado en 2021.

Los más recientes pronósticos privados que recaba mensualmente el Banco Central señalan que la inflación será este año del 99,9 % y en 2024 del 81,7 %.

Según informó la consultora Ecolatina, “la meta del Gobierno de una inflación alrededor del 60 % interanual para diciembre luce cada vez más inasequible” y la inercia inflacionaria será “difícil de desarmar en el corto plazo”.

Según el economista Eugenio Marí, los precios al consumidor crecerán este año un 110 %, con “un componente muy importante de inflación reprimida” y explica que “en los últimos tres años se han acumulado atrasos en las tarifas de electricidad, gas y agua, en el transporte, la salud y otros rubros con precios regulados”.

Para el jefe de la Fundación Libertad y Progreso, para bajar la inflación es “imprescindible que se avance como mínimo hacia el equilibrio fiscal consolidado y se de independencia real al Banco Central”.

En diciembre pasado, en la tercera revisión del acuerdo firmado con Argentina en 2022, el FMI mantuvo en 60 % la proyección de inflación en Argentina para 2023, pero aún se espera conocer la proyección incluida en la cuarta revisión, pendiente de aprobación por parte del directorio del organismo.

Claves de las presiones inflacionarias que vienen

  • La crisis mundial, causada por una infección múltiple, afectó con dureza a la ya debilitada economía argentina que venía de mal en peor.
  • Ahora el golpe vendrá por el impacto de la severa sequía sobre el precio de algunos alimentos y los incrementos pendientes en las tarifas de servicios públicos.
  • La dinámica de las recomposiciones salariales en un año de elecciones presidenciales, donde la economía tendrá un peso clave en la decisión de los votantes.
  • Las restricciones a las importaciones, las cotizaciones al alza de los diferentes tipos de cambio y los desequilibrios que arrastran las cuentas públicas y el Banco Central por financiar al Tesoro, también alimentan las presiones inflacionarias.

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