Días de pasión y furia: el romance más explosivo del verano – GENTE Online
 

Días de pasión y furia: el romance más explosivo del verano

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No puedo creer lo que generamos”, comenta un simpático José María Joe Miranda (50), mientras se arregla el pelo que le cae rebelde sobre los ojos. Lo dice en la casa Mercedes Benz de José Ignacio, durante el primer evento público al que él y Mercedes Mecha Sarrabayrouse (49) asisten junto a Susana Giménez, y pronto acceden a posar para los medios. La diva sonreirá y hará declaraciones, bendiciendo a quien es el novio de su hija desde hace más de cuatro meses (“no lo conozco bien todavía, pero me parece un amor. Mecha está feliz, y todos me dicen que él es una buena persona”). Es domingo por la noche y, en los hechos, se trata de la presentación oficial de la pareja más buscada de la temporada.

Joe Miranda insiste: “Te juro que no puedo creer tanto revuelo”.

–Bueno. Estás de novio con la hija de la número uno de la Argentina.
–El número uno soy yo (se ríe)... ¡pero del barrio de Palermo!

UNA MECHA Y UN PETARDO. Miranda llegó a Punta del Este el 4 de enero y se instaló en la chacra de unos amigos, cerca de Manantiales. Para Mercedes fue una tarde de preparativos. Instalada con sus hijos –Lucía (18) y Manuel (16)–, dedicó la tarde a ponerse divina –el comentario por excelencia en estas playas es que está más mona que nunca– para recibir a su amor.

Se vieron recién por la noche, cuando él pasó a buscarla por su departamento de El Esturión de Montoya, para ir juntos a la exclusiva fiesta de Laith Pharaon. La hija de Susana eligió un vestido blanco, corto y suelto, que resaltaba su bronceado. Se saludaron con un apasionado beso, pero no subieron. El estacionó su auto y partieron en la camioneta negra de Mecha, más apropiada para los caminos de tierra de la chacra del empresario saudí. Ella estaba algo nerviosa, porque sabía que eran altas las chances de cruzarse en ese evento con su ex marido, Eduardo Celasco (47) –de quien se separó este año, tras veintisiete juntos– y su ahora novia oficial, Victoria Vito Rodríguez (29), la “Melliza Petardo”, que desde hace tiempo era señalada como la amante de Celasco y llegó incluso a protagonizar un escandaloso incidente con Mercedes, en marzo de 2010, cuando la hija de Susana la encaró en La Imprenta, donde discutieron a los gritos y hasta con manotazos.

Dicen que aunque Celasco dudó, Vito, a la que Mecha se refiere irónicamente como “la maid”, lo arrastró a la fiesta para forzar el encuentro. “No por nada se ganó el mote de Petardo”, comentan varios de los que conocen de cerca a la marplatense. Pero también se dice que Mecha no se queda atrás, y que habría entrado hecha una furia a la casa de Pacha Cantón, cerca del Golf de La Barra, donde viven Celasco y Vito, al grito de “¿Cuál es el cuarto de Eduardo?”, alzando imparable la ropa de la Petardo y dejándola –dicen– hecha harapos.

Leé la nota completa en la revista GENTE de esta semana. Domingo 8, 4:53 am. Mercedes Sarrabayrouse y Joe Miranda bajan por una de las escaleras del Conrad, justo donde   catorce años atrás fueran sorprendidos por primera vez Su y Corcho Rodríguez.

Domingo 8, 4:53 am. Mercedes Sarrabayrouse y Joe Miranda bajan por una de las escaleras del Conrad, justo donde catorce años atrás fueran sorprendidos por primera vez Su y Corcho Rodríguez.

Noche de lunes. Casa Mercedes Benz de José Ignacio. Susana posó con su hija y Joe. “Mecha es mucho más tradicional que yo, que tuve miles de romances. Ella se enamora y pasa años con el mismo hombre, así tenga que sufrir. Por suerte ahora está con alguien que la hace feliz”, confió a GENTE la diva.

Noche de lunes. Casa Mercedes Benz de José Ignacio. Susana posó con su hija y Joe. “Mecha es mucho más tradicional que yo, que tuve miles de romances. Ella se enamora y pasa años con el mismo hombre, así tenga que sufrir. Por suerte ahora está con alguien que la hace feliz”, confió a GENTE la diva.

Joe detuvo la marcha y llamó a Mecha: “Amor, estoy a la vuelta de tu casa. ¿Por qué no bajás a la playa?”. Pasó un buen rato tratando –sin suerte– de convencerla: a ella no le gusta ir a la arena

Joe detuvo la marcha y llamó a Mecha: “Amor, estoy a la vuelta de tu casa. ¿Por qué no bajás a la playa?”. Pasó un buen rato tratando –sin suerte– de convencerla: a ella no le gusta ir a la arena

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