¡Diablos! ¡Qué campeón! – GENTE Online
 

¡Diablos! ¡Qué campeón!

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El bombo y el platillo retumban al grito de "¡Dale campeón, dale campeón!", pero no es la popular de Independiente la que entona esta dulce música. Las banderas rojas se agitan al ritmo de los cánticos que tienen a Racing como fuente de inspiración, pero no es la
platea del

Rey de Copas la que devuelve esta imagen. Hay lágrimas y festejos que parecen interminables. Cuatro paredes, varios periodistas y algunos pocos dirigentes son testigos privilegiados del festejo íntimo del equipo del Tolo. Hace media hora que el torneo
Apertura 2002 ya tenía dueño: Independiente de Avellaneda, y sus jugadores le dieron rienda suelta a la locura de consagrarse como los mejores. Casi imbatibles. Por eso Damián Albil -el arquero suplente- hace sonar su bombo colorado y todos celebran el nuevo título. El número 14 de su historia y van…

Adentro, el vestuario visitante del estadio de San Lorenzo por unas horas se transforma en una sucursal del Infierno. Américo Rubén Gallego, el hombre que llegó para salvar a este equipo de un descenso seguro si no hacía una buena campaña, demostró que sus dos títulos con River no fueron obra de la casualidad. Y a pesar de lo que muchos decían, revalidó lo que a muchos les falta: "Todos los que decían que soy un amargo, hoy se tienen que morder la lengua. Con este jugué cinco campeonatos, gané tres y en los otros dos fui subcampeón. ¿Eso es ser amargo? ¡No, eso es tener mucho pero mucho h…!", dice, mientras el volante Juan Eluchans le derrama una botella de agua en la cabeza. Más allá, el capitán, alma del equipo y el Mariscal del área, Gabriel Milito, se suma a los cánticos que tienen como destino final a Boca y a Racing. Después guarda en su bolso su camiseta número 6 -el único que no se la sacó para entregársela a los hinchas- y cuando ve el grabador de GENTE, dice: "Dale, apretá el play y grabá
esto que es histórico
". Después, intenta por unos minutos resumir los motivos por los cuales, hoy, la alegría en Avellaneda es sólo del Rojo: "A lo largo del torneo fuimos los más regulares. Creo que la diferencia la marcamos en las primeras siete fechas, después sufrimos un par de lesiones que nos complicaron en la recta final, pero que no empaña esta brillante campaña". Y antes de volver a celebrar, no se olvida de Jorge, su padre, quien hace tres meses estuvo secuestrado durante 19 horas: "Esto también es para él, que no hace mucho vivió un momento muy duro. Por todo esto, este campeonato tiene un significado especial".

Muy cerca de Milito, Andrés Cuqui Silvera, el artillero del campeón, autor del segundo tanto de la tarde y goleador del torneo con 16 conquistas, no para de bailar al ritmo de La Nueva Luna: "Por suerte a mi vieja, Angélica, le dieron franco en el hospital y pudo viajar desde Comodoro Rivadavia para ver la vuelta olímpica. No puedo creer todo lo que me está pasando: el título de goleador, el campeonato y el reconocimiento de todo el público… Es que se me dio muy rápido. Es un sueño del que no me quiero despertar nunca".

Trepado sobre uno de los bancos, Federico Pocho Insúa, la figura en el Nuevo Gasómetro y el autor del primer gol en el triunfo ante San Lorenzo por 3 a 0, es el encargado de marcar el ritmo mientras golpea una de las puertas internas: "El Rojo ya salió campeón/ el rojo ya salió campeón/ se lo dedicamos a todos…". El cántico es como un grito de guerra. Nadie se queda en su lugar y el que no salta recibe un baldazo de agua helada. Después, contagiados por el aullar que viene desde las tribunas, vuelven a salir a la cancha y ensayan una minivuelta olímpica: "Todo esto es muy fuerte. Nunca imaginé que en mi primer año en este club iba a conseguir el título", dice Lucas Pusineri, autor del tercer gol y quien logró el empate frente a Boca, el paso decisivo en la carrera hacia el campeonato.

Por la noche, la fiesta siguió en el Sheraton, donde todo el plantel, dirigentes y algunos hinchas levantaron sus copas para brindar por el título. Una dulce revancha para los que pensaban que Independiente no iba a tener su anhelado regalo de Navidad.

En el hotel <i>Sheraton</i> de Retiro, el plantel de Independiente se congregó para festejar el nuevo título. Pernía, Insúa, Ríos, Gómez, Montenegro, Eluchans, Milito, Pusineri y el flamante presidente Andrés Ducatenzeiler, en el brindis del final.

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El equipo que goleó 3 a 0 a San Lorenzo y se metió el campeonato en el bolsillo.

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Los ademanes y los gestos del técnico que guió al Rojo hacia el campeonato.

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Las caretas del diablo, una constante en la tribuna de Independiente.

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