Shakira (32) está de gira. Hace días se embarcó en un tour de promoción, que la llevará a las ciudades más importantes del mundo. Por ahora el trabajo es sencillo: ofrece conferencias de prensa, concede algunas entrevistas y muestra parte de su próximo CD, Loba. Sólo el primer corte de difusión y su correspondiente clip. Nada más. El resto del trabajo –tres canciones en español y otras siete en inglés– verá la luz en octubre. Entonces comenzará un maratón de conciertos. Su novio, Antonio de la Rúa (36), la acompaña en cada una de sus escalas, inseparable desde hace nueve años.
La primera parada fue en París, la ciudad del amor. Shakira visitó algunas radios. Después, los paparazzi la retrataron con ropa deportiva, yendo al gimnasio junto a una amiga. Y, más tarde, sus fans la descubrieron caminado bajo la Torre Eiffel. Con Tony (como llaman a Antonio en los foros de los seguidores de Shakira) sólo fue vista en la brasserie Lipp. “Compartieron un romántico almuerzo”, dicen los testigos. Aunque las fotos los muestran muy pendientes de sus respectivos Blackberrys.
En las entrevistas que concedió para presentar She Wolf (Loba para el mercado internacional), Shakira reveló sus pensamientos. Primero, justificó el nombre del disco: “Loba es mi lado más animal, un lado más primitivo. Cuando entiendes que llevas a alguien así dentro, te perdonas cada vez que te equivocas. Dice: ‘No era yo, era esa loba, el animal en mí, no tengo nada que ver con eso’. Todas tenemos una loba dentro”. Después habló de sus ganas de ser madre: “Realmente me quiero reproducir; creo que estoy lista para ser madre. Me encantaría tener una gran panza y caminar por ahí con mi gran barriga”. Aunque dijo que postergará la maternidad para más adelante: “Tengo muchas ganas de tener un hijo ya. Antonio también. Ojalá después de la gira de conciertos nos podamos dedicar a formar una familia. Cuando uno llega a los 30, el cuerpo te lo pide. Es una necesidad física, que siempre está latente y algunos días aumenta. Quisiera dedicarles mucha calidad de tiempo a mis hijos, que no vinieran en medio de mil proyectos, sino en un momento de paz. No puedo tener un lobito en medio de tantos proyectos. Quizá después de la gira... ¿Quién sabe?”. 
En París, Shakira visitó radios, fue al gimnasio, subió a la Torre Eiffel y almorzó con Antonio –su pareja desde el 2000– en la brasserie Lipp. “Estoy lista para reproducirme”, disparó.
Los testigos del almuerzo dicen que Shakira y Antonio estuvieron muy apasionados. Sin embargo, las fotos también los muestran muy pendientes de sus teléfonos celulares. Una pregunta sin respuesta: ¿Antonio todavía seguirá la dieta que le hizo el doctor Alberto Cormillot?
Caminando por París, sin preocuparse por los paparazzi.
