Fede mira la cámara y Carmen posa divertida: “Cómo me molestaban esas caras cuando era chico. ¡No podés actuar todo el tiempo!”, reprocha el chico. Después lee en voz alta un mensaje que entra a su celular y lo retuitea para que lo vea todo el mundo: “Sos igual que Jorge Porcel Junior: estás en la tele por tus padres. Pero sos vago igual que el gordo”. Desde hace un año y medio, la vida de Carmen Barbieri (56) y Federico Bal (23) se convirtió en una especie de reality show. Cámaras en vivo en sus casas, Twitter, tapas de revistas hablando de sus vidas... ¿Cómo lo llevan? Carmen entiende que son las reglas del juego: “Esto nos da de comer”. En cambio, Fede protesta contra el sistema, aunque le saca todo el jugo que puede: “Ser famoso tiene sus beneficios: entrás gratis a los boliches, vas derecho al Vip y tomás gratis. ¡Y si me hacen esperar, me enojo! Pensar que hace un año me iba puteando porque no me dejaban entrar”, acepta el hijo.
El muchacho se fue de la casa de sus padres hace poco más de dos años, un tiempo antes de la hecatombe. Sin embargo, aún no cortó del todo el cordón umbilical. Todavía lleva a lavar la ropa a lo de su madre, trabajo que hace María –la señora que ayuda a Carmen–, que además se cruza hasta el depto del ascendente joven mediático (calificativo que Fede detesta), para ordenar y limpiar su casa. Digamos que el cordón se estiró: “Desde acá veo si está la camioneta a la mañana, así me quedo tranquila”, explica Carmen en el balcón. ¿Si se mete en su vida? Según ella, poco: “Me gusta que sea vago, mujeriego, que haga todo ahora, de joven. Así, cuando forme una familia no va a ser un compañero traidor”. Está claro que la separación de los actores flota todo el tiempo en el ambiente. Y ella, siempre que pueda, contará su verdad, aunque a su hijo no le guste. “¿No podemos tener vida privada?”, pregunta Fede. “Nunca tuvimos vida privada”, es la respuesta.
Trabajan juntos y viven a una cuadra de distancia. “El único consejo que le doy es que no sea tan enamoradizo”, dice ella.
Carmen Barbieri y Santiago Bal estuvieron en pareja durante un cuarto de siglo. Hace poco más de 12 meses que están separados. Federico fue el único hijo que tuvieron. “En estos dos años se rompió la familia y perdimos amigos: fue un período durísimo”, dicen.
“Me gusta que sea vago, mujeriego, que haga todo ahora, de joven. Así, cuando forme una familia no va a ser un compañero traidor” (Carmen)
