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Dejó de ser un amor secreto

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Pongamos por caso que ésta es la historia de amor y desamor de dos hombres y dos mujeres. Como toda buena novela, en sus vidas hay elementos de comedia, de drama, cierta dosis de misterio y algunas escenas de acción. La protagonista o heroína de esta historia es Mercedes Sarrabayrouse (49), rubia, madre de dos hijos e hija a su vez de una de las mujeres más famosas de la Argentina, Susana Giménez. Mercedes –digámosle Mecha, como todos los que la conocen– pasó los últimos 27 años de su vida junto al hombre que amaba. Aquí entra en escena el segundo protagonista: Eduardo Celasco (47), el galán que anda en moto, el padre –junto a ella– de Lucía (17) y Manuel (15). Así como Mecha, él también estuvo enamorado y fue feliz mucho tiempo, pero un día todo explotó casi sin explicación. La pareja empezó a desgastarse y –sin siquiera asumir la crisis– comenzó a estar sin estar, o a no estar estando o... quién sabe: la verdad quedará en la intimidad. Pero esa intimidad, hoy, está rota. Lleva tiempo así<.

Y en esta novela, como ya adelantamos, aún falta introducir a algunos personajes. Ahora toma la posta del protagonismo Victoria Rodríguez (29), que será durante un tiempo nuestra tercera en discordia y terminará siendo –ya lo vio en las fotos– la dueña del corazón del galán. A ella vamos a decirle Vito, y vamos a mencionar también que tiene una hermana melliza llamada Soledad (son conocidas como “las mellizas Petardo”), y que Andrés Calamaro inmortalizó al dúo en la canción Victoria y Soledad (“son el Santo Grial del rocanrol animal, no son una fantasía ni son una realidad”, canta el Salmón). Por lo demás, en el juicio del lector quedará decidir si es la mala, la buena o simplemente una participante más. Lo cierto es que para marzo del 2010, hace casi dos años, hubo un evento que cambió para siempre el rumbo de este reality de amor. Mecha esperó a Vito en la puerta de su casa. Sospechaba que la joven mantenía un affaire con su ahora ex marido. Y la encaró nomás, sin vueltas. Vito quiso evitarla metiéndose en la confitería La Imprenta, pero Mecha entró hecha un fuego. Hubo gritos. Muchos. Y una discusión muy fuerte. A partir de ahí la novela bajó unos decibeles. Las aguas, aparentemente, comenzaron a aquietarse. El matrimonio en crisis intentó reconstruir las piezas y Vito desapareció en su propio silencio. El 2010 fue uno de los peores años para la pareja, tanto que llegado el verano, en enero del 2011, viajaron a Punta del Este pero tuvieron que hospedarse en el hotel El Esturión, porque Susana no habría aceptado recibir a Celasco en la casa. Y finalmente llegó el final de lo viejo y el principio de lo nuevo. Hubo separación formal. Caras tristes, duelo y mudanza de Celasco de la casa de Barrio Parque que compartían.

Entonces, el protagonista se animó a su amor hasta ese entonces clandestino, pero con discreción. No se mostró nunca públicamente con su chica y mantuvo su bajo perfil. Por el mes de junio aparecería el cuarto protagonista, quien conquistó el corazón de Mecha (reservamos los detalles para la entrega que continúa a esta nota). Con este romance inesperado, Eduardo pudo acelerar la moto y ahora, enero del 2012, a sólo 12 meses del fin del mundo (si los Mayas tenían razón), puede mostrarse con su... Atención, esta línea de texto es tremendamente poderosa, una vez que se lea: Victoria dejará de ser la tercera, para ser la primera. Sí. Este verano finalmente pudieron mostrarse como una pareja oficializada.

Primero fue en el casamiento de Jorgito Brito y Gabriela Vaca Guzmán, en Carmelo, adonde Celasco y Vito viajaron juntos. Como también lo hicieron a Punta del Este el viernes 30 de diciembre. Socialmente volvieron a mostrarse en Año Nuevo, en el restaurante El Camino. Ante sus íntimos ya no niegan su relación –no tendría sentido–, y ante la prensa dejan que sea, aunque tampoco se exponen. Los primeros días del año aprovecharon para tomar sol en la casa de unos amigos, para recorrer el Este juntos y hacer surf en una de las playas de La Brava. Dicho de otro modo, disfrutan de su amor sin reservas.

Mientras tanto, en la mansión La Mary, nuestra primera protagonista vive su propio romance postergado. Tras 27 años de matrimonio con Celasco, Mecha Sarrabayrouse volvió a creer en el amor. Y ahora, liberada, dice casi despreocupada: “Háganle fotos a mi ex marido, a su chica... A mí no me importa nada”. Pero ésa, finalmente, ya es otra historia. Y esa historia, sigue en la página que viene.

Vito (29) y Eduardo (47), súper-mimosos, comparten la reposera en la casa de unos amigos de Manantiales, y confirman que lo suyo va en serio.

Vito (29) y Eduardo (47), súper-mimosos, comparten la reposera en la casa de unos amigos de Manantiales, y confirman que lo suyo va en serio.

Besos, caricias, risas, ternura. Celasco y la Petardo en otra postal que ratifica el amor entre ellos. Ambos llegaron el viernes 30  de diciembre, para recibir el año nuevo en el Este. Ya nada los detiene. Decidieron mostrarse  sin pudores.

Besos, caricias, risas, ternura. Celasco y la Petardo en otra postal que ratifica el amor entre ellos. Ambos llegaron el viernes 30 de diciembre, para recibir el año nuevo en el Este. Ya nada los detiene. Decidieron mostrarse sin pudores.

Vecinos de Valeria Mazza, en la zona  del golf de La Barra, no se separaron un instante desde que arribaron  al Uruguay. Salidas  en camioneta, cena del 31 en el restó El Camino  y relax y ternura al por mayor para los enamorados  en Punta del Este.

Vecinos de Valeria Mazza, en la zona del golf de La Barra, no se separaron un instante desde que arribaron al Uruguay. Salidas en camioneta, cena del 31 en el restó El Camino y relax y ternura al por mayor para los enamorados en Punta del Este.

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