Olivia “conejea”. Del pauliterismo: “Conejear. Dormir abrazando una coneja de peluche utilizada sólo (y efectivamente) a tales fines”. Y aunque en casa hoy se celebra la primera noche de siete horas y media de sueño ininterrumpido, Pedro Alfonso (34) intenta despabilarse de su micro-siesta. “¿Eh?”, dice sentándose a la mesa en la que Paula Chaves (29) desplegó su make up set. “Me maquillo para la comida de esta noche”, le explica. El la mira. Mira su reloj. Vuelve a mirarla. “Si no lo hago ahora... ¡¿cuándo, Pepe?!”, dispara con la misma resignación que admite “¡tengo que bañarme con la cortina abierta y entonando canciones infantiles mientras me enjabono!”. Aun sin cámaras, en la familia POP (curioso juego de iniciales), la cotidianeidad más cotidiana parece suceder con clac de fondo. Un mate –animal print– inicia la ronda.
–¿Esta presentación es algo así como un derecho público? ¿Una obligación moral con los seguidores de su historia?
Paula: Es una decisión propia: en el momento y modo que creemos conveniente. ¡Recién ahora mantiene la cabecita!...
–¿Olivia cambia el concepto de popularización?
Pedro: Y... Hay cierto recelo. Hoy, a pesar de la naturalidad con la que seguimos viviendo nuestra historia, aprendimos a fijar límites claros. Las primeras paparazzeadas fueron heavies.
Paula: ¡Basta del “bancátela porque son famosos”! ¿Sabés cómo te sentís cuando estás paseando a tu hijita en una plaza y de repente te cruzan un auto, bajan dos tipos y te apuntan con cámaras como si fuesen armas? ¡¿Por qué tengo que asustarme tanto?! No da cruzar corriendo Avenida del Libertador y llegar llorando a casa con Oli en brazos... Me enojé mucho. Realmente hoy me planteo: “Está bien, somos populares, pero ¿hasta qué punto debo exponerla?”. La maternidad me hizo una leona sobreprotectora: estoy a la defensiva, y hasta paranoica. Si vamos en el auto, no paro: “Frená Pedro... Cuidado con el colectivo... Más despacio...”. No me importa nada más que ella. Y si tengo que tomar un trabajo, va a ser Oli la que maneje los tiempos.
–Pero “histeriquearon” en las redes sociales...
Pedro: Al principio dijimos: “¡Nada de fotos!”. Pero la verdad es que a mí me gusta colgarme mirando las fotos de los hijos de mis familiares y amigos en Facebook. Y me dan ganas de compartir las mías. Eso me hizo aflojar y no pensar tanto en las repercusiones. Hasta tengo ganas de hacer videítos divertidos con Oli. Después de todo, somos gente normal y dentro de poco va a ser ella la que suba sus fotos...
CRONICA TV LES AVISO QUE HABIAN SIDO PADRES. El relato amerita video adjunto. “Llegamos a la clínica asustados para un monitoreo, porque no sentía movimientos en la panza”, dice Paula recordando el 23 de agosto. “Allí nos advirtieron: la presión está alta, en un par de horas van a ser papás”, suma Pedro. Inefable: Olivia no nacería el 28, como habían supuesto, y mucho menos mediante parto respetado, como habían planeado.
–¿Entonces? Paula: Estábamos encerrados en un cuartito. Nos apuraban, y de los nervios, no podíamos parar de reírnos.
Pedro: Estábamos más pendientes de los cargadores de los celulares que del nacimiento (bromea). Nos quedaba 4% de batería y no le habíamos avisado a nadie.
Paula: Me maquillé, me peiné, me puse una vinchita con un moño y strass, a pesar de la cofia... El médico me miraba como diciendo: “Nena, ¡la presión!”.
Pedro: Mientras yo me ponía el ambo, me cae un mensaje en el teléfono. Placa roja de Crónica TV: “17:38. Fue primicia. Paula y Peter son papás”. Me asomo y veo a Paula corriendo por el pasillo...
Paula: Es que se me aparecieron con una silla de ruedas... ¡¿Qué?! ¡Ni loca! Me escapé con el camisolín... casi en bolas.
–Pedro, ¿sobreviviste a la impresión sin desmayos? (es fóbico a la sangre)
Pedro: Fue todo muy rápido. Entré al quirófano casi sin mirar, bien pegado a la pared hasta llegar a Paula. Diez segundos después, vi a mi hija. Y enseguida me la dieron. La llevé yo a los controles.
Paula: Olivia era tan gorda que no salía. ¡La anestesista tuvo que apoyarse en la panza! ¡Tenía tanto miedo...! ¡Pero de repente me cayó una paz...! Me propuse disfrutar el momento.
Leé la nota completa en la edición 2524 de Gente. 
Olivia se adelantó cinco días, y una cesárea improvisada dejó atrás el plan de un Parto Respetado (basado en las creencias, decisiones y necesidades de la madre). Pepita nació el 23 de agosto a las 18:28, pesando 3,980 kg (hoy 6,500) y midiendo 49 cm. Desde entonces conserva en Matercell sus células madre, “una previsión que nos deja más tranquilos”, dicen sus padres.
“Lo habíamos pautado. Cuando Olivia naciera no recibiríamos visitas durante tres días. Así fue. Estuvimos a solas por consejo de nuestra puericultora. Eso reforzó nuestra conexión íntima” (Pedro)
“Estábamos solos. Yo le daba la teta a Oli por primera vez. Pedro se acercó, me miró con ternura y me dijo: ‘¿Y...? ¿Ya estás para hacer temporada?’” (Paula)
En ShowMatch 2014, Pedro protagonizará cámaras ocultas e imitará en un segmento de humor. “Marcelo nos pidió que bailemos como pareja consolidada. Si mi rodilla me permite y mi mujer acepta, estaremos en Bailando”, dice.
