Llegó, se dejó ver e impactó. Como les sucede a los turistas que llegan, lo ven y terminan impactados por el Monumento Histórico Nacional a la Bandera, en el Parque Nacional de la capital rosarina dedicado a la enseña patria, donde la diosa argentina por nombre y derecho volvió a demostrar por qué Carolina Pampita Ardohain (32) es una de las grandes maravillas de nuestra tierra.
¿Detalles de su presencia? Las nuevas tomas de la campaña primavera-verano de Garnier Nutrisse (la marca de L’Oréal), bautizada Rubias de mi País, que la obligó a dejar su último castaño para iluminar su cabello con un clarito matador. Tan rubio y tan matador que combinados lograron entibiar la fresca tarde santafesina a fuerza de piropos recibidos y autógrafos y fotos concedidos.
–¿Usted cambia de color de pelo tan seguido por cuestiones contractuales o para despistar a sus hijos y mantener viva la llama con su marido Benjamín Vicuña (31)?
–La llama nunca se apaga.
–¿Entonces?
–Mis continuos cambios de look se deben a la campaña que vengo haciendo para Garnier. Porque, te aclaro, a Benjamín le gusto como venga: morocha, rubia, colorada o castaña. No lo digo yo. Me lo dice él, que a cada momento me lo hace saber con palabras o actitudes.
–Sin embargo, el término “cambio” no parece ser una mala palabra para la familia que encabezan.
–Cierto. No tenemos tiempo para aburrirnos. Siempre vamos por nuevas experiencias. No sé... Ahora me ves acá, pero hasta noviembre vamos a quedarnos en Chile, ya que Benjamín está filmando allá la serie Prófugos, para HBO, y yo estoy por regresar a la conducción en Informe Primer Plano, un programa que sale por Chilevisión y abordará el backstage y los conflictos de Fiebre de baile (versión trasandina de Bailando por un sueño). Después, andamos decidiendo si volvemos a instalarnos en España, donde mi marido tiene una propuesta cinematográfica, o en Argentina, donde podría sumarse a un proyecto de El Trece.
–Léase que, pese a que recién transitamos la mitad de 2010, ya tienen una idea de cómo vendrá su 2011.
–Los que te conté no son los únicos planes que tengo...
–¿Qué quiere decir?
–Eh... Eh...
–¡Anímese!
–Te lo adelanto. Decidido: el año que viene voy a buscar mi tercer hijo con Benjamín. Nos pareció que en 2010 Bautista (2) y Blanca (4) todavía están un poco chicos, pero 2011 sería una buena temporada para que venga nuestro tercer chico.
Pampita no se convirtió en un monumento argentino de un día para el otro. Al contrario, como buen monumento, debió ganarse su fama con el tiempo: primero, hace quince años se convirtió en Reina Nacional del Estudiante en Jujuy. Luego dejó su La Pampa natal para radicarse en Buenos Aires. Trabajó de vendedora en una tienda de ropa... Hasta que su belleza dejó el anonimato y comenzó su carrera de modelo. Tapas de revistas. Programas de televisión. Gráficas. Viajes por Argentina, América, el mundo...
Y monumento nacional en el lugar que aterrice, “porque llevo mi bandera en el corazón. Yo respeto mucho la nacionalidad de cada uno. Blanca veía los partidos del Mundial con la camiseta de Chile, y Bautista, con la de Argentina. En lo personal, ¡me encanta ser un referente de mi país!”, enfatiza a orillas del río Paraná.
–Y una marca registrada...
¿Por qué lo decís? ¿Porque opté por andar sin booker y sin agencia?
–Exacto.
–Me gusta.
–Cuéntenos cómo se siente siendo la dueña de su propia empresa.
–Muy bien. Es una experiencia nueva, pero linda y sencilla, porque en mi país hago las cosas que quiero, y afuera sé cuánto valgo y no pierdo tanto tiempo en reuniones.
–Una muchacha práctica, parece...
-Re-práctica.
–¿Se sabe vender?
–Muy bien. Aunque nunca pondría una agencia de modelos para manejar a otras chicas.
–¿Sí se animaría a crear su propia línea de ropa?
–Me encantaría, para poder plasmar mi estilo femenino, elegante, sencillo y práctico, y generar prendas que duren para siempre, o al menos mucho más que las prendas normales.
–Ser su propio producto tiene sus beneficios, ¿verdad? No hay nadie exigiéndole que se cuide, y demás.
–Es que a mí jamás me tuvieron que pedir que me cuidara: siempre fui muy profesional.
–¿De allí esas curvas que logran superar embarazos sin morir en el intento?
–(Risas) Mirá... Te aseguro que después de la maternidad se me hizo todo más fácil.
–¿Fácil?
–Con los chicos quemo muchas calorías durante todo el día. Igual, no dejo de ir al gimnasio, practicar yoga o tomar clases de baile. Aunque ahora tengo unos gramos de más...
–Stop. ¿Pampita declarando unos gramos de más? ¡Se nos cae el monumento nacional!
–No exageres. Es porque con Blanca ahora nos pusimos a cocinar tortas. Nuestra especialidad es la de manzana. Le prometí que cuando vuelva a Chile vamos a preparar otra juntas. A veces la felicidad se encuentra en cosas tan pequeñas...
Allí, donde el general Manuel Belgrano enarboló por primera vez la celeste y blanca el 27 de febrero de 1812, nuestra diosa lució sus curvas.
“Respeto mucho la nacionalidad de cada uno. Blanca veía los partidos del Mundial con la camiseta de Chile, y Bautista, con la de Argentina. En lo personal, ¡me encanta ser un referente de mi país!”.
“Con la maternidad se me hizo todo más fácil, porque con los chicos quemo muchas calorías durante el día. Igual, nunca dejo de ir al gimnasio, practicar yoga o tomar clases de baile".
