Como dice el refrán, "nadie es profeta en su tierra". Muchos argentinos talentosos, empresarios y artistas, han visto en el exterior una luz para radicarse y alcanzar el éxito.
Ésa es la historia de Paul Martín Bessolo, de 52 años, dueño de Rock Island Sound, una tienda de Nueva York que factura millones de dólares al año. Su negocio es un híbrido entre escuela, en la que se forman artistas desde cero, y local de venta de instrumentos.
"Cuando entro al negocio y siento el aroma de las guitarras me doy cuenta de que soy muy afortunado de hacer lo que amé toda mi vida", confesó Bessolo, quien tiene una trayectoria en la música desde muy corta edad.
Sobre sus inicios contó: "Llegué en 1992 a Nueva York con un amigo de la infancia con el que tocaba en bandas y grabé un álbum. En la Argentina abríamos para Soda Stereo en sus recitales en Rosario", añadió.
El emprendedor se encuentra en camino a patentar la marca. Se asesora con el abogado de Donald Trump, el ex presidente de los Estados Unidos.
Mirando hacia atrás, Bessolo reflexionó respecto de su actividad: "Fue la transformación del Doctor Jeckyll al Señor Hyde, porque el músico tiene otras ideas".
“No tenía experiencia en negocios, pero cuando hacía recitales con las bandas me organizaba para conseguir el lugar y la gente para tocar. Con los músicos siempre firmaba un contrato, ya que no son los más confiables del mundo con sus compromisos", rememoró.
Cada uno de los locales de Rock Island Sound factura un millón de dólares al año, entre lecciones y venta de instrumentos.
