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De reina pop a reina madre

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Vino, vio y venció. Madonna (50), la emperatriz del pop, arrasó con Buenos Aires. En cuatro noches sedujo a más de 240 mil argentinos. La medianoche del lunes 8 de diciembre marcó el final de su tercera visita a la Argentina. Se despidió de su público desde una pantalla gigante con las palabras Game Over escritas en rosa. Y ya no volvió a aparecer en escena. Los fanáticos abandonaron excitados el estadio de River Plate. También los invitados al vip de GENTE: Valeria Mazza (36), Alejandro Gravier (45), Carolina Pampita Ardohain (27), Benjamín Vicuña (30)… Algunas horas más tarde, los diarios coincidieron: la cantante norteamericana escribió otro capítulo glorioso en la memoria de la música, bajo el lema de Sticky & Sweet Tour.

DESTINO FINAL: TIGRE. Al día siguiente, cuando la tarde empezaba a caer, la artista quiso aprovechar su último día en el país. Y decidió salir por primera vez con sus hijos Lourdes (o Lola, 12), Rocco John (8), y David Banda (3). Eligieron visitar el Tigre, la ciudad y la zona que sus herederos conocieron durante su primer día en el país. Una vez en el Delta, una lancha colectiva los llevó a un destino desconocido por los fotógrafos. Los acompañaron algunos bailarines y los tres israelíes (ex Mossad, dicen) que cuidan a la diva durante su gira por el mundo. Navegaron durante poco más de dos horas y luego volvieron a su palacio: el hotel Four Seasons, en Posadas 1086, para armar sus bolsos.

La visita de la reina del pop a la Argentina llegaba a su fin. Atrás quedaron las excursiones de los niños: la semifinal del Abierto de Polo entre Ellerstina y Black Watch; las tardes calurosas en la pileta del hotel; el mítico recorrido de Caminito, en el barrio de la Boca; o los helados en Puerto Madero. Para Madonna, la estadía en Buenos Aires fue mucho menos turística: fueron noches de show, una cena en el restaurante La Cabaña de Recoleta, otra comida en El Clan de Puerto Madero… Y una fiesta privadísima en el hotel Faena, de la que no hay fotos. El miércoles 10, la reina del pop se embarcó rumbo a Santiago de Chile.

LA GRAN FIESTA DEL POP. Las cuatro noches en la cancha de River Plate, los dos conciertos en el Estadio Nacional de Santiago de Chile, los dos shows en el mítico e interminable Maracaná de Río de Janeiro, y las tres últimas funciones en el campo de juego Morumbí, de San Pablo (los días 18, 20 y 21 de diciembre), darán fin a esta inolvidable gira por Latinoamérica, que comenzó en agosto último en el Viejo Continente. Un escenario de 83 metros de ancho, 42 de largo, 2,50 de altura, y un tablado conectado por una lengua de 17 metros por 12 de ancho, al mejor estilo Rolling Stones. Pero hay más números…

Veinticuatro canciones por concierto, cada una con su impronta y divididas en cuatro bloques estilísticos: Pimp o Proxeneta, Old School o Vieja Escuela, Gypsy o Gitano y Rave. Todo un extenso repertorio plagado de éxitos como: Candy Shop, Into the Groove, La Isla Bonita y Like a Prayer respectivamente. O en el caso de Buenos Aires, la infaltable Don’t cry for me Argentina, interpretando una vez más a Eva Perón, como supo hacerlo en la película de Alan Parker en la década de los noventa. Extraordinaria y sin desperdicios, 24 capítulos que resumen la vida y las manías de una reina, aunque los manuales de escuela no la recuerden aún.

LA REINA Y SU CORTE. Detrás de cada gran hombre, hay una gran mujer. Y detrás de esta gran mujer… ¡hay 220 hombres! Todos forman parte de su comitiva: asistentes, guardaespaldas, productores, bailarines, vestuaristas, choferes, cocineros, masajistas, maestros de escuela, músicos y varios etcéteras. Todos responden al mismo mandato: proteger a Su Majestad y a sus herederos. Mientras ella trabaja, los pequeños se las arreglan para conocer cada uno de los lugares que pisan. Por supuesto, protegidos en todo momento por su equipo personal: una nanny, sus custodios, un traductor y los maestros de escuela correspondientes, para que no se atrasen en sus estudios.

Todos están entrenados para cumplir cada uno de los caprichos de la reina. Por más extravagante que parezca, Madonna siempre exige que coloquen en sus baños el mismo inodoro. Y, al finalizar los recitales, se sumerge en una cápsula embadurnada con cremas muy costosas que protegen su piel noble. Asimismo, no deja que la miren en las pruebas de sonido, o bien, según el diario Folha de Sao Paulo, solicita 10 mil latas de bebidas energéticas, frutas, alimentos orgánicos, té y vino… Entre otras cosas, claro.
La Reina del Pop, la mujer más conocida del planeta, estuvo otra vez en la Argentina. Vino, vio, venció. ¿Volverá? Con el pequeño David Banda en brazos, baja de la lancha colectiva que los llevó de paseo por el Tigre. Delante de ellos asoma Lourdes, con un look muy similar al de su madre en los 80’.

Con el pequeño David Banda en brazos, baja de la lancha colectiva que los llevó de paseo por el Tigre. Delante de ellos asoma Lourdes, con un look muy similar al de su madre en los 80’.

Madonna eligió la Argentina para grabar el DVD oficial del Sticky & Sweet Tour. Durante el show del 7 de diciembre se mostró más cerca de su público.

Madonna eligió la Argentina para grabar el DVD oficial del Sticky & Sweet Tour. Durante el show del 7 de diciembre se mostró más cerca de su público.

El miércoles 10, Madonna terminó su tercera visita a la Argentina y partió rumbo a Santiago de Chile. Sus hijos se quedaron dos días más en Buenos Aires. Todos se encontraron el viernes 12 en Brasil.

El miércoles 10, Madonna terminó su tercera visita a la Argentina y partió rumbo a Santiago de Chile. Sus hijos se quedaron dos días más en Buenos Aires. Todos se encontraron el viernes 12 en Brasil.

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