Máximo Thomsen (20), Ciro Pertossi (20), Luciano Pertossi (19), Lucas Pertossi (21), Enzo Comelli (20), Matías Benicelli (21), Blas Cinalli (19) y Ayrton Viollaz (21) son los ocho rugbiers de Zárate que están imputados bajo la carátula de "homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas" por asesinar a Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, a la salida del boliche Le Brique.
Ellos, lejos del arrepentimiento, están buscando su mejor salida legal. Por eso, esta semana, renunciaron a la modalidad de juicio por jurados bajo el argumento de que existe sobre ellos "una incuestionable y lapidaria condena social", y solicitaron la nulidad de la requisitoria de elevación a juicio oral presentada por la fiscal Verónica Zamboni.
Al enterarse de esto, el fiscal general de Dolores, Diego Escoda, exclamó: "Están buscando nulidades donde no las hay”.
Pero su abogado, Hugo Tomei, insiste en su punto diciendo que los rugbiers –sus defendidos– tienen “todas las puertas cerradas, porque lo más suave que le dijeron a estos chicos es ‘cobardes asesinos’". Además, argumentó que la renuncia de sus defendidos al juicio por jurados también se relaciona con las "incesantes manifestaciones públicas contrarias al principio de inocencia", como que los padres de la víctima hayan tenido más de un encuentro con el presidente Alberto Fernández, lo cual, él lo ve, como "un obstáculo en la `igualdad de armas´ del proceso judicial".
