Algunos dicen que la historia empezó en los últimos años de los 70’ y primeros de los 80’, cuando ellos se mandaban cartas de amor y todo era muy naïf. Otros afirman que siempre fueron amigos y ahora, que volvieron a encontrarse, ese sentimiento no cambió. Lo cierto es que el tiempo pasó, se reencontraron y hoy Paula Robles (42) e Ignacio Azicri (42) tienen un pasado en común y un presente con muchas coincidencias.
HABIA UNA VEZ... Pau y Adi (tal sus apodos de la niñez y de siempre) se conocieron en la Nueva Escuela Argentina 2000, de Belgrano, donde compartieron la primaria. “En uno de los asaltos que se organizaban en aquella época empezaron a conversar y conocerse. De a poco se fueron haciendo tan compinches que se elegían mutuamente para practicar los ejercicios en las clases de teatro del profesor Roberto Saiz. No te puedo decir si eran amigovios, pero sí que tenían muy buena onda”, relata un compañero de Ignacio que iba con él a sexto grado A, mientras Paula estaba unas aulas más allá, en el B, a cargo del maestro Roberto Terán.
“También sobresalían en las clases de Música y Folclore que ofrecían la señoritas Graciela y María Catalina. Sin embargo, recuerdo que ninguno de los dos pensaba que se iban a terminar dedicando al baile o a la música. Los dos cursos éramos muy unidos, y compartíamos muchas reuniones y salidas”, cuenta el condiscípulo de la NEA 2000.
CADA CUAL ATIENDE SU JUEGO. Tras cursar allí, Paula comenzó a estudiar Danzas, y luego a trabajar en el programa Ritmo de la noche, donde conoció a Marcelo Tinelli, con quien se casó en noviembre de 1997 y tuvo dos hijos, Francisco y Juana. Actuó en teatro y televisión como actriz y bailarina, hasta que en abril de 2009 confirmó su separación del conductor. Desde entonces, según sostiene ella, está sola y se dedica a sus hijos.
Ignacio hace años que no tiene una relación estable. Sus romances siempre fueron fugaces, dada la prioridad que ocupó en su vida la carrera de músico, desde que fundara la banda Clap con Diego Frenkel –quien sería líder de La Portuaria–, el hermano de Ana, a su vez amiga de Paula.
En los albores de los 90’, y con la crisis económica de la Argentina, Adi partió a probar suerte en España. Allá tocó con los grupos Lions in Love (junto a Daniel Melingo y Willy Crook) y Pachuco Cadáver (la banda que creó Pettinato en Madrid, después de la separación de Sumo).
De regreso en Buenos Aires fue convocado para compartir escenario con Man Ray (con Hilda Lizarazu), Adicta y Kevin Johansen, produjo un disco toba-electrónico, y desde 2003 le puso su guitarra a La Portuaria y al Dúo Malambos, junto al bajista Pablo Gimenez. De Paula, pese a la transitiva amistad con los Frenkel, no supo más nada.
VOLVER A EMPEZAR. Volvieron a cruzarse a fines de 2009 por Facebook. Se vieron un par de veces y, como esas llamas que nunca se apagan, pronto volvieron a hacerse compinches, al punto de compartir algunas salidas e incluso aparecer jugando al frisbee en la plaza de Avenida del Libertador y Tagle, frente a Canal 7.
“Desde que Adi se volvió a ver con Paula, reconozco, entre ellos se generó una especie de atracción. No obstante, por respeto, no voy a decir nada más. Si están juntos, ojalá puedan ser felices”, afirma un familiar del guitarrista.
Al tiempo que el supuesto romance tomó estado público, Paula disfrutaba con sus hijos de unas playas caribeñas. No se escuchó su voz. Sí la de una amiga bien cercana: “Anda sola, y por el momento no tiene intención de volver a estar en pareja”.
Adi Azicri les pidió a sus amigos que no hablen con la prensa. La gente que promociona sus shows no quiso informar dónde tocará en estos días. Algunos –si nos permiten el recurso de la repetición– dicen que la historia empezó en los últimos años de los 70’ y primeros de los 80’. Otros afirman que siempre fueron amigos y ahora, que volvieron a encontrarse, ese sentimiento no cambió. Lo cierto es que el tiempo pasó, se reencontraron y hoy Paula Robles e Ignacio Azicri tienen un presente de muchas coincidencias...
Ayer, Robles y sus compañeros de 6º B, Adi y los suyos de 6º A. Hoy, a sus 42, sonriendo en la plaza de Libertador y Tagle.
Treinta años después, ella es bailarina y madre de dos hijos, y él, guitarrista. Entre ellos existe afinidad; de eso no hay duda.
Juntos, los grados en que se conocieron. ¿Los ubica? Compartieron recreos en el patio de la NEA 2000 y también distintas actividades del colegio.
