“¡De ahora en más, voy a cumplir 69 hasta que me muera!” – GENTE Online
 

“¡De ahora en más, voy a cumplir 69 hasta que me muera!”

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Su cumpleaños continúa la línea de un verano de austeridad social, sin make up, de pelo suelto y un modus de entrecasa que parece no admitir otra celebración más que la de la soledad. Y entre manos de póker, mediodías de acuicultura, Candy-Crush y muchos libros, sobrevuela la fecha silbando bajito. En definitiva, nada que no les hubiera anticipado a sus amigos. A los mismos que divirtió con su decreto: “¡Se acabó! De ahora en más voy a cumplir 69 y para siempre”, en vísperas de recibir los setenta, el miércoles 29 de enero.

Hasta aquí –y ya habiendo desistido de cualquier tipo de festejo con el “mega” de prefijo– dudó en adelantar su clásico viaje de febrero a Florida. Pero en La Mary, La Tertulia o el refugio en las Venetian, siempre habrá lo ineludible: el fenómeno Susana, ajeno a edades y medidas. Icónica y tan mortal. Intemporal y presentista. Criticada e inspiradora. Aspiracional y muy vecina. Sólo basta con ser ella para ser noticia.

SU PRIMER BRINDIS. “Eximia anfitriona, ocupada y detallista. Que sabe dar y recibir libertad absoluta”, así la definen sus huéspedes. En esta última ocasión –la del 2013– fueron tres los afectos invitados a La Mary, su chacra en Rincón del Indio, Uruguay: Daniel Mañas, Celia Sofovich y Pet Figueroa. Con ellos ultimó la puesta de la gran mesa que ofreció para recibir el 2014. Dieciséis sumaron los elegidos, con la llegada de su hija Mercedes Sarrabayrouse y Joe Miranda, Lucía Celasco y Joaquín Rozas, sus hermanos Federico y Carolina Giménez (Patricio estaba de gira por el interior), Teté Coustarot e Inés Hernández, entre otros.

Fue la misma Susana quien diseñó el extenso menú de ensaladas que acompañaron el asado, y quien dio inicio a la ronda de brindis. Detesta los balances, fiel a su filosofía presentista. Pero no escapó a la reflexión, en tiempos en que las noticias argentinas titulaban la desesperación de la gente sin suministro eléctrico. “Brindo por ustedes y por mi Argentina”, dijo alzando su copa, “por que la gente que tan mal lo está pasando pueda salir adelante”. ¿El postre? Lo que fuese cómodo mientras se alter naba entre par tidas de Pictionar y y rondas de Dígalo con Mímica.

SU VERANO. Dicen los que saben que inercia y espíritu acuariano no maridan. Y ella marca la excepción: “¡Jamás disfruté tanto de la rutina!”. Susana despierta al mediodía, “entre 11.30 y 12”, promedia. “Y tiene que ser sola”, destaca: no tolera que la despierten. Previas gotas “para prevenir el ojo seco”, la espera el té, o eventual frozen frutal, y el yogur, en combo con la lectura de tantos diarios como sea posible.

Claro que aclara con gracia: “En la galería, porque la tinta suele manchar las sábanas”. Y entonces, la laguna. “Es casi terapéutico”, dice sobre el cultivo de peces Carpa Koi. Por las tardes, mixa zapping informativo, puede tener petit pois (herencia de la abuela Cecilia) y episodios en seguidilla de sus series favoritas que, como cuenta “me tienen fanatizada”.

Con el fin de 2013 llegaron The Borgias, Homeland y Game of Thrones, entre otras; y el año comenzó con la continuación de Breaking Bad y Downton Abbey. En nuestro último encuentro leía Memorias de un sinvergüenza de siete suelas (Angela Becerra). Desde entonces pasaron varios libros más, a razón de hasta tres por semana. Y si bien siente particular atracción por los textos históricos, biográficos y metafísicos (post su viaje a la India), su última adquisición ha sido El juego de Ripper (Isabel Allende). “Me harta ver a la misma gente en todos lados. Me cansa hablar. Ya no quiero más eventos multitudinarios en los que te chupetean toda. Prefiero invitar a mis amigos a casa, armar una buena barra, jugar a las cartas, tomarnos un vino, cagarnos de risa...”, dijo alguna vez. Y así es. Susana puede llegar a ver las primeras luces del día jugando cartas y Candy Crush (¡finalmente superado el nivel 72!), que ha desplazado al Sudoku, Jewelry y Snood.

SU PASION. Rubia: así bautizó Susana a la nueva integrante de la manada. Se trata de una perrita refugiada del terror de la pirotecnia de las Fiestas. “Entró, la amé y se quedó”, contó. “Amo a los perros más que a mi vida”, suele decir mientras, en sus paseos por el jardín, es escoltada por sus vizslas Cholo, Indio, y su weimaraner, Thelma. “Mecha me dice: ‘¡Mamá, basta de perros, que ya no hay lugar en el sofá para mirar tele!”, desliza graciosa. Y fue en esa misma casa donde se inició y frustró el proyecto personal de abrir un criadero de vizslas, “porque es una raza inédita en Uruguay y quería iniciarla”, explicó Su. “¡¿Pero podés creer que me compré a la perra, Rita, y al tiempo me di cuenta de que era estéril?!”.

Parte de su tiempo, en esta temporada, estuvo dedicado a educar a Thelma. “¡Ya tengo terror de entrar a casa! Cada vez que llego me trastorna la vida. Me quiere, pero viene a doscientos kilómetros por ahora, se me tira encima, me rompe la ropa, me araña, me besa durante horas...”, relató alguna vez, antes de aplicar las técnicas de manejo de energía que le enseñó César Millán, conocido internacionalmente como el encantador de mascotas, protagonista del reality El rey de la manada. La última vez que charlamos, las vacas preñadas en La Tertulia, su propiedad en Laguna Garzón, sumaban veintisiete. El mini zoo hoy se completa con ñandúes, ovejas, patos y hasta ciervos, “por los que tuve que subir los alambrados, porque te saltan cualquier cosa”, cuenta Susana.

Leé la nota completa en la última edición de Gente. Planeó un festejo tan austero y privado como su enero uruguayo. Entre íntimos –“de los más amados”– recibió sus setenta con más risas que nunca: “Porque liberan, sanan y ejercitan el buen  humor. Y hoy es mi elección personal”.

Planeó un festejo tan austero y privado como su enero uruguayo. Entre íntimos –“de los más amados”– recibió sus setenta con más risas que nunca: “Porque liberan, sanan y ejercitan el buen humor. Y hoy es mi elección personal”.

“Ya no quiero más eventos multitudinarios en los que te chupetean toda. Prefiero invitar a mis amigos a casa, armar una buena barra, jugar a las cartas, tomarnos un vino, cagarnos de risa”

“Ya no quiero más eventos multitudinarios en los que te chupetean toda. Prefiero invitar a mis amigos a casa, armar una buena barra, jugar a las cartas, tomarnos un vino, cagarnos de risa”

Susana regresará a la televisión finalizado el Mundial de Brasil, adonde planearía viajar si Argentina llega a la final. Mientras, prepara su febrero en Miami y su visita a París durante la Fashion Week.

Susana regresará a la televisión finalizado el Mundial de Brasil, adonde planearía viajar si Argentina llega a la final. Mientras, prepara su febrero en Miami y su visita a París durante la Fashion Week.

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