Siempre soñé con cantar junto a Palito. Y lo pude cumplir, no lo puedo creer. Nos divertimos mucho”, confesaba Valeria Lynch conmovida, después de brindar un show espectacular con cierre de oro: la presencia y la voz de Ramón Ortega (68), que llegó una vez empezado el concierto y entró al Gran Rex por la cochera. Detalle de bienvenida: su camarín tenía colocada en la puerta una estrella con su nombre. Y en el interior lo esperaba un catering con bocaditos de caviar, sushi, camarones, champagne y té con miel.
Cuando ingresó al escenario interpretando Sabor a nada, el público lo recibió de pie. Un detalle: era la primera vez que cantaba sobre un escenario de la avenida Corrientes. Valeria, con sonrisa cómplice, lo recibió con su mejor sonrisa, mientras Mirtha Legrand agitaba su pañuelo desde la platea. Después vinieron otros éxitos como Un muchacho como yo, La sonrisa de mamá o La felicidad.
A teatro lleno (14.940 personas durante las 5 funciones), ambos recordaron a Sandro:
“Estoy seguro de que volverá a dar sus shows; es un toro, un gran luchador. Va a volver a disfrutar la vida”, auguró Palito. “Y más ahora, que va a tener un gran corazón, de un gran pibe de 22 años”, subió la apuesta Vale.
Post concierto, se volvieron a abrazar en los pasillos: “Con Palito bailan hasta los pataduras. Nunca pensé que iba a cantar con él”, agregó la Lynch. “Estaba engripado. Tomé frío en el campo de Luján, pero vine porque la quiero a Valeria, como profesional y como persona. Quedé asombrado porque mucha gente me reconoce. Parece que el pasado vuelve a estar de moda. Ahora recuerdo cuando a los 10 años les decía a mis amigos que iba a cantar mientras limpiaba sepulturas de un cementerio y todos se mataban de risa. Yo seguí haciendo lo mío: llegué a componer 500 temas”, agradeció Palito la invitación.
El Rey Ortega estaba feliz, sintiéndose homenajeado y reconocido. Por eso, con una gran sonrisa, se retiró custodiado por uno de sus fanáticos seguidores, que lo acompañó durante toda la noche: su nieto Benito, de cuatro años. 
Juntos cantaron temas que El Rey interpretaba en los años 60’. Ella se declaró su fan, y él le dijo que la quería tanto que por eso había decidido acompañarla.
Palito dio cátedra desde el escenario, divirtiendo al público. Con Valeria formaron un dúo para el aplauso.
Llegó y se retiró acompañado de su nieto Benito, hijo de Julieta e Iván Noble.
