“Cuando no tenemos lolas firmes y cola parada, hay que confiar en el calorcito, la técnica y el cariño” – GENTE Online
 

“Cuando no tenemos lolas firmes y cola parada, hay que confiar en el calorcito, la técnica y el cariño”

Ríe y habla rápido, Alessandra Rampolla (32). Pide un capuchino y exige que las fotos sólo tomen su cuerpo hasta poco más abajo del cuello. Cuenta sobre su casamiento –será el año que viene–, y muestra un súper anillo de brillantes que marca su compromiso con John Hernández (34), un músico de Puerto Rico al que conoce desde hace seis meses. Siempre riendo, recuerda que llegó al mundo del sexo por casualidad. Un día, su cuñado le preguntó qué haría luego de graduarse de doctora en literatura francesa en los Estados Unidos. Ella dudó. “Ya que estás todo el día hablando de sexo con tus amigas, ¿por qué no te dedicas a eso?”, le sugirió, en broma. Y así empezó. Primero con un curso de terapia familiar, para luego especializarse como sexóloga en San Francisco. Lo demás es cuento sabido. Famosa por sus respuestas en el canal de cable Cosmopolitan, un ciclo en Canal 13 y ahora en Radio Continental, llegó a Buenos Aires para presentar su libro Sexo…¡¿Y ahora qué hacemos?! (Sudamericana). Una buena pregunta para empezar.

–Se habla muchísimo de sexo pero, ¿qué hacemos?
–Educarnos bien para no tener que preguntarnos: “¿Y ahora qué hago?”. Acá, como en todas partes, hay un bombardeo de sexo en los medios. Hay provocación sin fundamento. Y, cuando lo hacemos, las expectativas no tienen nada que ver con la realidad. Yo trato de educar y dar fundamento a la práctica.

–¿Y cómo anda la gente en la práctica?
–Practica con entusiasmo, pero se frustra por falta de resultados.

–Hay mucha exigencia afuera. Siempre se pretende que haya fuegos de artificio y la realidad es otra.
–Sí. Para vivir la sexualidad con libertad hay que aceptar que no siempre es espectacular, también hay días no tan buenos. No hay que tomarlo a la tremenda. Con educación y conocimientos se evita el estrés y se pueden lograr fuegos artificiales con más regularidad.

–La primera vez con una pareja nueva siempre es un gran examen.
–Nos sentimos con la obligación de impresionar buscando tener una segunda oportunidad.

–Nadie da la segunda.
–Sí, hay quien la da. Yo la di muchas veces, porque hay otras cosas que realmente te gustan de la persona, y con el conocimiento, el sexo siempre mejora. En la primera vez nos ponemos mucha presión y eso lleva a que no sea buena. Sería muy distinto si la pareja se conoce y decide intimar hablándolo, entonces los dos entran con una actitud de “vamos a ver qué pasa”, juguemos y aprendamos. Y si nos ponemos nerviosas y no funciona, hay que reírse y pa’lante. Muy distinto es cuando jamás lo hablamos y, llegado el momento, nos apabullamos pensando cómo vamos a hacer para darle placer a esa persona. Hablado de antemano todo se hace muy distinto, le saca tabú, cambia la energía.

–¿El sexo es la puerta de entrada para una pareja?
–No, es un condimento más. Es importante porque si no funciona la pone en peligro, pero no diría que es la puerta de entrada. Primero hay que caerse bien, tener buen diálogo, tener un fundamento que vaya más allá del mero encuentro físico.

–Los hombres están sobreexcitados por mujeres jóvenes con lolas firmes y la cola dura, y no siempre sus esposas son así. ¿Qué hace una mujer que se siente disminuida?

–Lo primero es no compararse, aunque muchas mujeres mediáticas llamen la atención. Tenemos otras cosas para ofrecer y no siempre son lolas firmes y colas paradas que tienen estas chicas. Hay que confiar en el calorcito, la técnica, el cariño... Los hombres dicen que prefieren que haya química, sex appeal, y eso está en algunas mujeres que se sienten bien con su sexualidad y no en otras físicamente perfectas pero frías en su contacto sexual.

–¿Cuál sería una técnica básica para satisfacer?
–Saber moverse es importante, pero más valioso es que la mujer sepa lo que le gusta y cómo conseguir su placer para poder dirigir la relación y que él se dé cuenta de que la está pasando bien. No hay nada más sexy para un hombre latino, machista y con un ego enorme que ver a una mujer disfrutando gracias a él. Pero si la mujer no sabe lo que le gusta, el hombre podrá aplicar cuarenta técnicas que leyó, y a ella no le pasará nada; si ella aporta su conocimiento, en cambio, a él le dará confianza y herramientas. Para llegar a una relación sexual con mejor técnica, lo importante es que las mujeres logren conocerse independientemente de una pareja.

–Las mujeres tenemos miedo de pedir para que no nos consideren livianas.
–Hay hombres que suelen pensar eso, pero hay maneras de pedirlo. Se puede entrar en tema de forma querendona y suave, y si el hombre te considera liviana por eso, ya puedes descartarlo, no es para vos. Tenemos que cambiar nuestro comportamiento, ser activas, para que sepan de entrada lo que queremos y no tengan que darnos clases de sexo.

–Hay mucha curiosidad masculina por el lesbianismo. ¿Qué opinás?
–Es una moda; inclusive en los Estados Unidos ya lo llaman lesbian chic. Es muy chic lo del lesbianismo, pero no lo de la homosexualidad: no vemos a una mujer pidiendo ver a dos hombres juntos. Se trata de una curiosidad del hombre, y hay mucha hipocresía. Quieren mirar para aprender, porque una mujer sabe lo que le gusta a otra sin tener que preguntar, y así ellos se enteran cómo funcionan. En esa situación, las mujeres sacan muchas técnicas y trucos para satisfacer más.

–¿Es posible que el lesbian chic provenga del miedo a conocer a una mujer nueva más avasalladora y más desconocida para ellos?
–Eso por una parte, y de paso sienten satisfecho su machismo. En vez de una tienen dos y además ven el espectáculo.

–Hay días que hablás de sexo como si hablaras de horticultura.
–No entiendo por qué hay que teñir el discurso sexual de obscenidad. Para muchas personas, hablar de sexo es pornográfico; cuando les explico y les recomiendo libros dejan de escandalizarse. Parte de mi trabajo es lograr que todos hablen de sexo con naturalidad: llamo a las cosas por su nombre sin decir los términos vulgares. Mantener cierto nivel para mí es fundamental. Si mi madre se escandalizara por algo que digo, ése sería mi límite.

–En la Argentina hay un insulto muy común contra las mujeres, que es decirles que tienen mal sexo...
–Es un golpe muy bajo y una manera de insultar sin recibir una respuesta; nadie va a decir que anoche mismo estuvo haciendo el amor y que lo hace con regularidad.

–¿La regularidad es importante?
–Depende, la clave es sincronizar: si una vez a la semana satisface a la pareja, es muy bueno; si uno quiere todos los días y el otro no, es un tema a solucionar.

–Entonces el mensual puede ser bueno.
–Sííí, si los dos quieren, el mensual está fenómeno. ¿Quién dijo que tienen que tener sexo más a menudo si los dos están felices?

–¿Por qué las mujeres, después de cierto tiempo, nos ponemos haraganas?
–El mensaje que se da es que el hombre está siempre listo, mientras que la mujer manipula con el sexo. Otro mensaje equipara al sexo de la mujer sólo con la reproducción. Lo asumen y reprimen sus deseos: la mente es muy poderosa. Nuestra sexualidad es más compleja que la de ellos y no integramos el sexo a nuestro yo. Cuando en la casa hay dos adolescentes y el chico se demora en el baño, todos se sonríen y dicen que estará masturbándose. Si la que se demora es la chica, todos creen que es vanidosa y está pensando en su look. Tenemos otra desventaja: con sólo mirar su cuerpo, los hombres ven su sexo. Las chicas, en cambio, tenemos que juntar valor, buscar un espejo y ponerlo en el lugar indicado para ver cómo somos. Nos conocemos poco...

 Con esta sonrisa aborda todos los temas. “<i>Parte de mi trabajo es lograr que todos hablen de sexo con naturalidad, pero sin vulgaridades. Si mi madre se escandalizara por algo que digo, ése sería mi límite</i>”, aclara.

Con esta sonrisa aborda todos los temas. “Parte de mi trabajo es lograr que todos hablen de sexo con naturalidad, pero sin vulgaridades. Si mi madre se escandalizara por algo que digo, ése sería mi límite”, aclara.

 “<i>Para mejorar sus relaciones sexuales, lo importante es que las mujeres logren conocerse más allá de una pareja</i>”

Para mejorar sus relaciones sexuales, lo importante es que las mujeres logren conocerse más allá de una pareja

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