«Cuando estamos juntas nos sentimos indestructibles» – GENTE Online
 

"Cuando estamos juntas nos sentimos indestructibles"

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-Tipo que esta camisa nos va un poquito apretada -aparece de repente Dalma (17), bajando la escalera, luciendo la ropa que le acercó GENTE para la producción e imitando a los personajes centrales de Ricos y mocosos.

-Tipo que nos movemos un cacho rápido y estallamos -le sigue el tren Gianinna (15), a su lado, también en medias y también vestida con un jean del que cuelga la etiqueta.

-Tipo que no protesten che, es para la foto -las regaña Claudia (42), en plena sesión de maquillaje-. Pónganse una musculosa abajo y déjenselas que les quedan bien.

-¡Pero se nos marcan demasiado las lolas, máááá! -reaccionan a dúo-. A vos porque no te importa nada: vivís poniéndote esas remeras ajustadas de Sweet que convierten los dos ojitos que representan a la marca en dos faroles gigantes -ríen.

-¿Y por casa cómo andamos? -consulta Claudia, socarrona-. ¿Acaso no tienen ya su par de angelitos cada una? ¿Acaso ustedes no me usan mis corpiños?

-Corpiños y compañía. No sabés la cartera que encontré en tu vestidor y me llevé a bailar el otro día -dice Gianinna.

-Te vi, te vi -salta Claudia-. La Louis Vuitton.

-¿¡La Louis Vuitton, guacha!? -surge Dalma.

-Vos callate que también le sacás ropa que ni siquiera estrenó -acusa Gianinna-, y que cuando comprás, con el sueldo de Boca TV (El show de Dalma) que cobrás ahora, amarrocás. No te entra nada en el placard.

-No seas mala -arremete Claudia- Siempre trae algo para vos.

-Mmmmm. Es cierto -admite Gianinna-. Perdoná hermanita.

-Perdonada -acepta Dalma- Y vamos con las fotos. Pongámonos las camisitas, mostremos lo que Dios nos dio, y listo.

-Dale, pongámosle el pecho a la situación -completa Gianinna.

"Al grabador, no. Que hablen las chicas. ¿Acaso la nota no es por el Día de la Madre?", se disculpa Claudia Rosana Villafañe (42), y busca auxilio en Lola, la weimaraner amarronada de siete meses. "Vamos a la cocina, que no parás de cargosear", se escabulle.

Alrededor, entre secadores, peines, pinturas, maquillaje, aros y distintas herramientas de belleza femenina, sus "chicas" toman la posta. "Es la mejor mamá del mundo y la mejor persona del mundo. Si existe alguien sin maldad, contenedora, es ella. Los caprichos que me soportó", arranca Dalma. "Nunca nos levantó una mano. Y mirá que yo hubiese merecido algún sopapo, eh... Le he robado las llaves del auto para que no me dejara en el jardín de infantes, le he dicho 'Sos la peor mamá del mundo', y aguantó como una reina. Para disculparme, solía dejarle cartitas bajo la almohada", continúa Gianinna. "Debe ser bien complicado criar a los hijos del hombre más famoso del mundo. Se bancó cosas grossas, como el tema de papá, que nadie se hubiese bancado", avanza Dalma. "No existe un manual donde consultar. Mamá hizo de madre y padre siempre que fue necesario", añade Gianinna. "Cargó todo sobre sus hombros: la separación, la enfermedad del viejo. Nos venía a hablar o nos p
edía que le consultáramos a él. Una leona, protegiéndonos
", señala Dalma. "A mí me ocultaba algunas cositas, por mi edad. Sin embargo, ahora conversamos los temas bravos frente a frente, entre las tres", confía Gianinna. Y juntas aseguran no tener secretos con Claudia. "O si los tenemos jamás son secretos importantes. Hasta de sexo charlamos con ella/i>". Lógico, hace 18 meses que Dalma sale con Fernando y 45 días que Gianinna sale con Marcelo. "No sé si vamos a seguir los pasos de mamá. Aunque cada vez la comprendo mejor. Antes de ponerme de novia pensaba que de ningún modo deseaba un futuro con el primer hombre que conociera, y ahora, que pasó el tiempo, no me veo con alguien que no sea Fer. En lo único que sigo pensando igual es en que no voy a casarme", apunta Dalma. "Yo no quiero iglesia, al menos. Y tampoco pienso que sea una locura llegar a la edad de mi mamá con dos hijas", adelanta Gianinna.

-…Es que en mi época "Hacé lo que quieras" significaba "No" -Claudia, ahora peinándose, intenta calmarle a Dalma el impulso al deseo de imprimirse un nuevo tatoo-. Y en la época actual, para ustedes es "". Así que en lugar de "Hacé lo que quieras", te contesto "No".

-Pasa que Giani y yo no podemos dejarnos dos tatuajes cada una. Se acostumbra a ponerse tatuajes de a impares -le refunfuña Dalma-. Aparte, ¡vos te hiciste uno en la nuca!

-No importa. Uno no es tres ni cinco -retoma Claudia-. Además, vos tenés un par de piercing en la lengua y el ombligo. Dale descanso al cuerpo...

-A Gianinna, te recuerdo, la dejaste que entrara en los boliches con sólo 13 -ataca Dalma-, cuando a mí recién me lo permitiste a los 16.

-Sí, má, te zarpaste. No me lo tendrías que haber permitido -ataca ahora Gianinna.

-Quizás ahí me equivoqué -admite Claudia.

-Y sumale que la autorizaste a dejar uno de los turnos a los que iba mientras que yo sigo con la doble jornada, y no le exigiste rendir los exámenes de inglés -vuelve a la carga
Dalma-. Sólo yo pagué derecho de piso.

-Igual que lo pagué yo por ser mayor que mi hermana Gabriela -interviene Claudia.

-Dale que a vos te gusta estudiar -sigue Gianinna-. Ni una materia baja tenés. Yo ando floja en un par.

-En realidad debería agradecértelo, viejita -sorprende Dalma-. Me puse a buscar por Internet opciones para ir a estudiar afuera y el principal requisito que exigen es, ¿adiviná?,
haber cursado doble turno.

"…Bueno. Sólo un par de preguntas", acepta al final Claudia, luego de que el periodista disparara su última bala para convencerla: "Pero justamente como es el Día de la Madre, necesitamos un par de frases suyas, Claudia. Es por sus hijas". "Por sus hijas", las palabras mágicas…

-Hay una historieta de Mafalda que termina en una discusión con su madre, y la siguiente reflexión del personaje: "Al final, qué sabrás vos, si te recibiste de madre el día que yo de hija y tenemos la misma experiencia". Con Dalma le sucedió algo similar. Las dos aprendieron en la marcha.
-Sí. Y es difícil aprender a ser una buena madre. Los resultados recién se ven de grande. Lo que siento es que les podés dar estudio, les podés dar todo pero nada se acerca convertirlas en buenas personas.

-¿Se inspiró en sus padres, Ana y Coco?
-No. El mundo y las cosas cambiaron. Yo aún llevo al colegio a mis hijas, lo que mis viejos, que laburaban cuando yo era chica, no podían hacer. También, trato de sentarme a que me cuenten sus cosas.

-¿Un gran susto que le dio cada una?
-Dalma, cuando jugando se abrió la cabeza en Nápoles. Gianinna me da los sustos ahora. Las veo de novias y no puedo creer que estén tan grandes. Aunque, cuando cae la noche, chicos, "Hasta mañana".

-De sexo, ¿ellas le preguntan?
-Obvio. Quizá tocamos la cuestión de los cuidados o muestran algo en la tele y salen los temas. Me preguntan sobre mi adolescencia y nunca me niego a contestarles. Por ahí hay cosas que prefieren que se las responda el padre y no yo, y me parece bárbaro. Y después están los límites. Ahí no se negocia. Aún son chicas.

-¿Las imagina repitiendo su historia?
-No lo sé. Me gustaría que me lleguen los nietos de joven, para disfrutarlos. No les voy a exigir a las chicas que se casen para convivir. Diego (43) y yo salimos cinco años y compartimos techo otros cinco antes de ser padres. Eso sí, mudarse acá, no. Necesitan su propio espacio. No sé si soy entre moderna y tradicional. Mi única certeza hoy es que las amo, que todo esto que pasamos nos unió fuerte y que cuando estamos juntas nos sentimos indestructibles.

por Leonardo Ibáñez
fotos: Christian Beliera
producción: Fini Bencardini
peinado: Juan Manuel Cativar, para Roberto Giordano, con productos Sebastián
agradecemos a Wanama, Luna Garzón, Claudia Adorno y Serena Tais

En un futuro ellas me dirán si las crié bien o las crié mal, pero viendo qué clase de personas son Giani y Dalmita, siento que tan mal no lo hice", sostiene Claudia en el dormitorio del departamento de Villa Devoto.">

"En un futuro ellas me dirán si las crié bien o las crié mal, pero viendo qué clase de personas son Giani y Dalmita, siento que tan mal no lo hice", sostiene Claudia en el dormitorio del departamento de Villa Devoto.

Juran que además de madre e hijas, son amigas. Claudia se levanta cada día antes de las siete para llevarlas a sus colegios. Gianinna va a tercer año. Dalma, a quinto.

Juran que además de madre e hijas, son amigas. Claudia se levanta cada día antes de las siete para llevarlas a sus colegios. Gianinna va a tercer año. Dalma, a quinto.

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