“Cuando dejé la droga, el alcohol y las mujeres, aprendí a ser feliz” – GENTE Online
 

“Cuando dejé la droga, el alcohol y las mujeres, aprendí a ser feliz”

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A la hora, frente a un jugo de frutas y envuelto en una bata blanca de
toalla, opta por otra terapia: la de las confesiones. Espera a que se encienda
el grabador y entonces comienza a hablar de sí mismo antes de que se lo pidan: “¿Sabés
qué? Podría contarte que hoy me vuelvo a sentir un hombre exitoso. Subir a un
escenario, ser actor, me devolvió la felicidad. Algo que había perdido con mi
accidente…
” Habla del accidente sin aclarar nada más. Se sabe, claro, que se
refiere al ataque de hipertensión que tuvo hace cinco años y que lo dejó
hemipléjico… Un accidente gravísimo, de cuyas secuelas todavía debe cuidarse.
Sigue: “Antes era un bol…, ahora aprendí a valorar la vida. Disfruto todo,
¿sabés? Cada momento, cada abrazo, cada palabra de mi hijo, cada mimo de mi
mujer, cada aplauso, cada risa, cada lágrima. Mirá si habré sido bol… que antes
no me permitía llorar. Hoy disfruto el poder emocionarme
”.

–Se lo nota muy serio, algo raro en usted.
–Bueno, este lugar te ayuda a conectarte con vos mismo. Y no todo lo que nos
pasa en la vida es lindo o para cag… de risa. Ahora estoy así, reflexivo,
tranquilo. Tengo ganas de hablar de eso, de hacer un balance. Tengo 52 años, 36
de carrera. Es hora, ¿no?

–Por supuesto, lo escucho, entonces.
–Creo que si no fuera por el accidente, hoy no estaría acá con vos, hablando
de esto. Siempre digo que el accidente me salvó la vida, me sirvió para darme
cuenta de que quiero vivir. Yo antes era muy inquieto a nivel emocional. Nada me
conformaba.

–¿Qué cosas le daban placer en aquel tiempo?
–Nada. Tenía todo y no encontraba placer en nada. Tenía fama, dinero, éxito,
mujeres y era un bol… que no sabía disfrutar de nada. Así fue como terminé solo.
Yo llegué a irme a mi quinta para jugar al rugby con mis perros (ríe con
tristeza). Mirá si era gil…

–¿No podía disfrutar de su éxito?
–No, porque todo lo que me rodeaba era mentira. Y tenía miedo de que la
gente lo descubriera, entonces me encerraba en mi mundo y me iba quedando solo.
Me automarginaba, era fóbico a la gente y a la vez no me bancaba mi propia
soledad.

–¿Tenía miedo de mostrarse vulnerable, sensible, de pedir ayuda?
–Tenía miedo de mostrarme sensible. Porque los hombres no lloran. Y me armé
una coraza, ridícula, pero coraza al fin. Me construí un discurso falso sobre mi
vida y me lo terminé creyendo. Hasta el psicólogo al que iba se lo creyó. A
todos logré engañar. Yo mismo me engañaba…

–Se había hecho fama de Don Juan, de mujeriego, y ahora revela que era un
galán solitario. ¿Cómo se explica?
–Así de contradictoria era mi vida. Para muchos era el hombre más exitoso de
la Argentina, y sin embargo, yo me sentía un fracasado en todo. Eso sí, jamás lo
demostraba.

–También se comentó que su accidente fue producto de las drogas. ¿Eso es
verdad o mentira?
–(Por primera vez se toma unos segundos antes de contestar) …El éxito y la
soledad me llevaron a cometer los más grandes excesos… Pero cuando me detectaron
que era hipertenso paré, había decidido parar. Pero ya era tarde; mi cuerpo
estaba muy baqueteado.

–¿Las drogas tuvieron algo que ver?
– Yo cometí todos los excesos... Y los excesos incluían todo. Recién cuando
dejé las drogas, el alcohol y las mujeres, aprendí a ser feliz. Lo cuento, por
primera vez, porque quiero dejar un mensaje positivo en la gente: con amor se
puede salir, yo pude.

–¿Le tuvo miedo a la muerte en algún momento?
–No, si me creía Dios. Cuando me pedían un autógrafo firmaba “Jesús”... ¡Era
un jodido! Y la vida me enseñó. A golpes me enseñó. Porque después del
accidente, el teléfono de casa que durante treinta años no paraba de llamar, un
día no sonó más. El silencio se hizo tremendo. Entonces me encerré… Los primeros
meses, mientras me recuperaba en casa, pensaba mucho en el suicidio. Mi hijo
Facundo (hoy 6 años) era un bebé, y yo me decía: “Me tengo que matar ahora, así
el nene ni se acuerda de mí”. Fue tremendo, se me había derrumbado todo: el
galán, el actor de éxito, el langa… Ya no era nada de eso, no me encontraba.

–¿Y cuándo empieza su mejor momento?
–Carina Galucci (34), mi mujer, tuvo mucho que ver en eso. Ella fue
incondicional. En aquel momento estaba estudiando Psicología y fue la persona
que me contuvo, que creyó en mí, que me sacó adelante, que me hizo mejor
persona, que consiguió que volviera a subir a un escenario. Después, fue el
contacto con el público lo que me hizo seguir. Porque al principio tuve mucho
miedo, temía que me aplaudieran por lástima, por compasión. O que esperaran al
langa y no soportaran a un actor con problemas motores en escena y se fueran.
Pero el público me aceptó igual, con mis nuevos defectos y mis nuevas virtudes.

–¿Ahí empezó su mejor momento?
–Totalmente. Mi mejor momento empieza después de la enfermedad, cuando pude
expresar las cosas que sentía. Y yo quería y quiero luchar. Ahora soy un hombre
positivo, que no deja de agradecer todos los días lo que vive. Jamás volvería a
cometer los errores de ayer. Y eso no es poco.

Fue el galán más codiciado. Lo tenía todo: mujeres, fama, dinero. Sin embargo, 
no era feliz. Hoy sigue siendo un actor exitoso, pero aprendió a disfrutar la 
vida. “<i>Quiero dejar un mensaje positivo en la gente: con amor se puede salir, yo<br />
pude</i>

Fue el galán más codiciado. Lo tenía todo: mujeres, fama, dinero. Sin embargo,
no era feliz. Hoy sigue siendo un actor exitoso, pero aprendió a disfrutar la
vida. “Quiero dejar un mensaje positivo en la gente: con amor se puede salir, yo
pude

Para muchos era el hombre mas exitoso de la argentina y, sin embargo, yo me sentía un fracasado en todo. Eso si, jamás lo demostraba"">

"Para muchos era el hombre mas exitoso de la argentina y, sin embargo, yo me sentía un fracasado en todo. Eso si, jamás lo demostraba"

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