Crisis en Brasil: alerta por el robo de armas y municiones tras el intento de golpe de Estado – GENTE Online
 

Crisis en Brasil: alerta por el robo de armas y municiones tras el intento de golpe de Estado

Brasil, intento de golpe
El presidente Luiz Inácio Lula Da Silva ordenó la intervención federal de Brasilia y se desató una ola de arrestos que se extendería por diferentes puntos del país. Miles de partidarios del expresidente Jair Bolsonaro siguen sin reconocer el resultado de las elecciones y piden que el Ejército tome el poder. El paralelismo con la toma del Capitolio en Estados Unidos. Por Fernando Oz.
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Mientras Brasil trata de retomar la calma y la comunidad internacional sigue asombrada por los incidentes que se produjeron este domingo cuando cientos de bolsonaristas invadieron las sedes del Parlamento, la Presidencia y la Corte Suprema, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva interviene con las fuerzas federales del área de seguridad de Brasilia y toma medidas para frenar las protestas.

Este lunes fueron detenidos unos 1.200 militantes del expresidente Jair Bolsonaro que se encontraban acampando desde las elecciones de octubre frente al cuartel general del Ejército, en Brasilia. Las autoridades consideran que desde ese lugar se planificaron los ataques del domingo.

Los bolsonaristas no aceptan la derrota en las urnas del pasado 30 de octubre, cuando Lula venció a Bolsonaro por una ajustada diferencia de 1,8 puntos porcentuales, y piden un golpe de Estado de los militares.

Desde la celebración de los comicios, grupos de extrema derecha bloquearon diversas carreteras del país y organizaron actos vandálicos en Brasilia, incluyendo la colocación de un dispositivo explosivo cerca del aeropuerto en vísperas de la toma de posesión de Lula.

Los presos se sumarán a las casi 300 personas que fueron detenidas el domingo por su responsabilidad en los ataques. El asalto al Congreso, la Presidencia y el Supremo solo se resolvió después de cuatro horas y media de desconcierto, cuando agentes antidisturbios cargaron y lanzaron gases lacrimógenos contra los exaltados que estaban dentro y fuera de los edificios de los tres poderes.

Ahora, ante el caos generado por el asalto a los edificios públicos, Lula ordenó que las policías regionales queden bajo control del Gobierno federal hasta el próximo 31 de enero.

Brasil, intento de golpe
Brasil, intento de golpe. Foto: agencias.

Destrucción, robo de armas y municiones

Las sedes de los tres Poderes en Brasilia fueron literalmente saqueadas. Obras de arte, ventanales, muebles y equipos informáticos destruidos, fue parte del rastro que dejaron los militantes bolsonaristas que reclamaban a las Fuerzas Armadas la destitución de Lula.

Los manifestantes radicales lograron llegar hasta el segundo piso del Palacio do Planalto y avanzaron al tercero, donde destruyeron el despacho de la primera dama, Rosângela “Janja” da Silva. Las fuerzas de seguridad resistieron y no permitieron que se acceda a las oficinas del mandatario.

Más allá de la destrucción del inmobiliario, lo más grave es que los bolsonaristas radicales robaron armas de fuego y documentos del palacio presidencial. El armamento se encontraba guardado en el Gabinete de Seguridad Institucional.

“Fue algo que nunca imaginé ver. Es depredación, vandalismo, caos y destrucción”, dijo el ministro de la Secretaría de Comunicación del Gobierno, Paulo Pimenta, en un video que publicó en sus redes sociales en donde se observa dos estuches vacíos de armas de fuego.

El diputado Wadih Damous, que acompañó al ministro durante un recorrido por las instalaciones destruidas, destacó que evidentemente algunos de los manifestantes “tenían información” de lo que se guardaba en ese despacho, ya que se llevaron armas, munición y documentos.

La invasión comenzó en el Congreso, cuando cientos de bolsonaristas burlaron el bloqueo de seguridad e irrumpieron en la sede del Legislativo, destruyendo incluso el Salón Noble del recinto. Sillas, mesas, impresoras, cuadros, televisores quebrados y pedazos de equipos y muebles quedaron esparcidos en los pasillos.

Las banderas de los 27 estados, que decoran uno de los pasillos del Congreso, fueron llevadas por los manifestantes, que en su paso destruyeron las salas del primer piso ocupadas por algunos de los parlamentarios. Hasta la fachada del Ministerio de Justicia tampoco fue atacada violentos antidemocráticos.

La extrema derecha y la sombra de Trump

El episodio que se vivió este domingo en la capital brasileña recuerda a la invasión del Capitolio de Estados Unidos, cuando el 6 de enero de 2021 cientos de simpatizantes del expresidente Donald Trump, quien guarda amistad con Bolsonaro, irrumpieron y destrozaron lo que vieron a su paso en un intento de impedir que se ratificara la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales de 2020.

Pese a haber pasado dos años, las heridas de ese ataque en siguen abiertas en el Congreso, donde los republicanos radicales aún creen que hubo un fraude electoral en los comicios en los que el demócrata Biden derrotó a Trump.

Según pudo saber GENTE, los bolsonaristas detenidos este lunes fueron conducidos hasta la sede de la Policía Federal, donde serán identificados para intentar establecer si participaron en los ataques violentos del domingo. Sólo permanecerán arrestados los que sean señalados como participantes en los actos vandálicos y los que tengan algún indicio en su contra.

El desalojo fue pacífico y se produjo por orden del juez Alexandre de Moraes, uno de los once miembros de la Corte Suprema. La ola de detenciones alcanzaría a diferentes puntos del país. El magistrado es responsable de varias de las investigaciones contra Bolsonaro y sus seguidores por ataques a la democracia.

Según el integrante de la Corte, el campamento de los radicales en Brasilia, montado hace más de 70 días, sirvió de base para los manifestantes que invadieron el domingo las sedes de los tres poderes de Brasil y fue el lugar al que regresaron tras su fracasado intento de forzar un golpe de Estado.

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