Cuando la propuesta de compartir los roles protagónicos de Montecristo les llegó, los dos dudaron. No fue por el libro, ni por el elenco, ni por las jornadas interminables de grabación que exige una tira diaria. La duda fue por amor.
Paola Krum (36) y Joaquín Furriel (32) pensaron, antes que nada, en el deseo de seguir juntos en la vida real, sin que el trabajo interfiera. Contaban con un buen antecedente: se enamoraron actuando. Fue durante los ensayos de Sueño de una noche de verano, que interpretaron en el teatro San Martín a principios de 2005. Había que arriesgarse. Finalmente aceptaron y no les fue nada mal.
Todas las noches se los ve por la pantalla de Telefe como una pareja que tuvo una relación que raya lo enfermizo y que alcanzó momentos extremadamente tormentosos. Eso es pura invención de los guionistas. Así son Marcos y Laura, sus personajes en Montecristo, ya que entre Paola y Joaquín las cosas son muy distintas, a pesar de que rara vez se los ve juntos por la noche porteña.
Y una de esas veces fue el martes 10, durante la cena anual de la Fundación Argentina de Trasplante Hepático, evento al que llegaron tomaditos de la mano. Horacio Aziz, presidente de la entidad, durante años fue médico de la familia Furriel. En la mesa que compartieron con Agustina Cherri demostraron estar mejor que nunca. Es más, ahora están en plena mudanza, porque Paola y Joaquín al fin se decidieron: dejan sus departamentos de soltero para convivir bajo un mismo techo.
Atrás quedaron los rumores de crisis que surgieron hace unos meses y las huidas para no ser fotografiados, ni juntos y menos aún por separado. Porque para ellos la fama es distinta a la exhibición de la vida privada. Responden sueltos de cuerpos sobre sus profesiones pero, ante los temas íntimos, cambian de personaje y se vuelven escuetos. Atrás quedaron también posturas del pasado. “No soporto salir con actores”, les decía Paola a sus amigas, claro que antes de caer rendida ante los ojos claros de Furriel. Ahora ella sostiene: “Con Joaquín nos encontramos en el trabajo como dos profesionales; podemos separar las cosas y nos divertimos mucho”.
Por su parte, hace poco el galán reveló: “Creo en el amor, creo en la convivencia, creo en el matrimonio, con o sin alianza. Creo y lo deseo para mi vida. Y estoy muy feliz del presente”. Un presente que por primera vez en un año y medio de relación los encontrará unidos compartiendo casa.
Joaquín y Paola salen de la mano del salón San Isidro del hotel Sheraton después de la cena anual de la Fundación Argentina de Trasplante Hepático. Allí compartieron mesa con Agustina Cherri.
