Coronavirus: cuáles son las secuelas más frecuentes entre los pacientes que estuvieron internados – GENTE Online
 

Coronavirus: cuáles son las secuelas más frecuentes entre los pacientes que estuvieron internados

Muchas personas que han cursado cuadros graves admiten sentir fatiga, experimentar problemas cognitivos y padecer disnea. 
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Desde que comenzó la pandemia del coronavirus, los contagiados han sufrido afecciones y secuelas muy variables: desde individuos asintomáticos, pasando por síntomas leves similares a un estado gripal,  hasta pacientes que desarrollan un síndrome de dificultad respiratoria aguda grave, con posible afectación de casi todos los órganos y sistemas.

Ahora, los especialistas advierten acerca de los posibles efectos a mediano y largo plazo de la enfermedad. En este sentido, observan que la inflamación que caracteriza las formas graves de la enfermedad sugiere que las secuelas serias pueden afectar a varios órganos, especialmente a los pulmones.

Una reciente investigación a cargo de un importante equipo de profesionales de la Universidad Paris-Saclay tuvo como objetivo evaluar sistemáticamente, cuatro meses después del alta, el estado clínico de los sobrevivientes del COVID-19 que requirieron ser internados.

Los síntomas respiratorios, cognitivos y funcionales se evaluaron por teléfono con un cuestionario de detección cognitiva y una lista de verificación de síntomas.

Durante la visita de atención ambulatoria, los pacientes se sometieron a pruebas de función pulmonar, tomografía computarizada de pulmón, estudios psicométricos y cognitivos (incluida una encuesta de salud de formulario y un inventario de fatiga multidimensional) y, para los pacientes que habían sido hospitalizados en terapias intensivas o que informaron síntomas en curso, ecocardiografía.

Durante la entrevista telefónica, el 51% de los pacientes declararon padecer, al menos, un síntoma que no tenían antes de contraer la enfermedad: fatiga (31%), síntomas cognitivos (21%) y disnea de nueva aparición (16%).

Asimismo, se encontraron anomalías en la tomografía computarizada de los pulmones en el 63% de los pacientes, principalmente opacidades sutiles, y se observaron lesiones fibróticas en el 19%, que afectaron a menos del 25% del parénquima (es decir, el tejido esencial del órgano) en todos, menos en un paciente.

Por otra parte, también se observaron lesiones fibróticas en el 39% de las personas con síndrome de dificultad respiratoria aguda.

De los pacientes que fueron evaluados cuatro meses después de la hospitalización por COVID-19, el 51% informó al menos un síntoma que no existía antes de la enfermedad.

Entre los pacientes que regresaron para una evaluación adicional, la tomografía computarizada reveló con frecuencia anomalías pulmonares persistentes, así como lesiones fibróticas pulmonares en una minoría de pacientes. Casi todos los pacientes tuvieron serología anti-SARS-CoV-2 positiva.

Ha habido preocupaciones sustanciales sobre las secuelas respiratorias de Covid-19 -explicó el autor principal del estudio, Luc Morin-. Sin embargo, las pulmonares graves fueron poco frecuentes en los pacientes del presente estudio, aunque todos habían experimentado una forma grave o muy grave”.

Los resultados de la tomografía computarizada de pulmón, realizada a todos los pacientes sintomáticos y de terapias intensivas, fueron anormales en la mayoría de los pacientes, pero las lesiones más frecuentes fueron opacidades sutiles en vidrio esmerilado, lo que confirma hallazgos previos.

Las lesiones fibróticas, sospechadas por la inflamación inicial severa, estuvieron presente en solo el 19% de los pacientes con tomografías computarizadas.

Entre los pacientes que estuvieron internados en terapias intensivas, se observaron síntomas de ansiedad, depresión y postraumáticos en el 23%, 18% y 7%, respectivamente 

De acuerdo a esta investigación, los cambios fibróticos afectaron menos del 25% del parénquima pulmonar en todos los pacientes y ocurrió casi exclusivamente en pacientes de terapias intensivas. “Aunque es posible que los individuos con lesiones fibróticas leves no refirieran disnea en la consulta telefónica y posteriormente no se sometieran a una tomografía computarizada, parece que esto representa una pequeña proporción de los evaluados”, indica Morin.

Aunque las secuelas pulmonares graves fueron poco frecuentes, se notificó disnea de nueva aparición en el 16% de los pacientes. Si se confirma en otros estudios y se determina que es persistente, esto podría ser clínicamente importante, dada la gran cantidad de pacientes gravemente enfermos con COVID-19 en todo el mundo.

Además, la disfunción respiratoria se confirmó mediante la prueba de provocación de hiperventilación en el 12% de los pacientes, hallazgo que, hasta donde se sabe, no se ha descrito previamente. Es muy probable que la respiración disfuncional no sea específica de COVID-19. No obstante, podría ser la secuela de la disociación entre la disnea y la gravedad de la hipoxemia.

En el estudio francés, los problemas cognitivos, reportados por evaluación telefónica y confirmados en la consulta externa, fueron frecuentes: el 21% de los pacientes refirió al menos un síntoma cognitivo, y el deterioro cognitivo se confirmó en el 38% de los que fueron evaluados posteriormente. Se desconocen los mecanismos subyacentes, pero estos síntomas podrían ser la secuela de la lesión del sistema nervioso central por el SARS-CoV-2, como ocurre con otras infecciones virales.

Se encontraron síntomas de ansiedad en el 31% de los pacientes y síntomas de depresión en el 21%. La prevalencia de síntomas psicológicos en los pacientes de terapia intensiva, evaluados sistemáticamente en la consulta externa, fue significativa.

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