La definición sobre su futuro laboral podía esperar. Pero nada, ni siquiera los vaivenes de la semana más álgida en la historia de su reinado en el prime-time de la televisión argentina, puso freno a los planes de un presente emocional que lo encuentra tranquilo, disfrutando de su amor, y entregándose de lleno a la primera experiencia de feliz familia ensamblada, sellada con la complicidad de juegos compartidos e imponentes atardeceres sobre el lago, en comunión absoluta con la naturaleza. La misma con la que Marcelo Tinelli (52) y Guillermina Valdés (35) pasaron el fin de semana junto a la menor de las hijas de Marcelo, Juanita (11), y los tres de Guillermina con Sebastián Ortega, Dante (13), Paloma (10) y Helena (7) en Lago Bueno, el campo del conductor en Esquel.
“EL TIENE UN IMAN CON LOS CHICOS”. “Si bien ya se conocían, fue la primera experiencia de convivencia entre Marcelo y los hijos de Guille… ¡y lo adoraron! –contó un allegado a la pareja–. Hubo mucha onda y nada forzado: él tiene un imán con los chicos, juega y se divierte con ellos. Para Guillermina fue muy emocionante ver que después de todo lo que pasaron, podían estar tan bien”, agregó. Es que, claro, la idea de viajar todos juntos también fue natural: un deseo de los dos que sólo necesitaba una oportunidad. Primero pensaron en una escapada a Punta del Este, pero después, tras comprobar que la propiedad estuviera en condiciones, se decidieron por la intimidad de la estancia de dos mil hectáreas y ese escenario privilegiado de cumbres con nieves eternas, bosques de lengas y playa propia sobre el lago, que fue testigo de tardes de pesca y cabalgatas.
Si los últimos fines de semana eligieron estar siempre rodeados de amigos, esta vez partieron solos: Fede Ribero se recupera de su última sesión de quimioterapia –Marcelo estuvo en contacto permanente con él y su mujer, Andrea Bursten, para ver cómo seguía– y únicamente fueron acompañados por su querida amiga común, Paula Kohan (quien los presentó y estuvo junto a ellos en todas las instancias de su relación), y una colaboradora que se ocupó de organizar la casa, preparar las comidas y cuidar de los chicos en los pocos momentos que Marcelo y Guille se tomaron para estar solos, en plan romántico. El le había hablado de la paz y la energía de ese paraíso sureño, pero recorrerlo con ella y sus hijos en su 4x4 y en cuatriciclo significó volver a conectarse con su lado más sensible y familiero donde había pasado sus mejores días con Paula Robles.Fue una escapada breve la de Marcelo, Guillermina y los chicos: partieron el viernes 1º por la tarde en un vuelo privado y regresaron el domingo –a la misma hora en que San Lorenzo se imponía ante River (gritó el primer gol en plena pista con epítetos de hincha que mejor obviar)– para que los chicos no perdieran ningún día de clases.
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Cerca de resolver su futuro y el de Ideas del Sur, Marcelo pasó el fin de semana con su pareja y los hijos de ambos en su estancia en Esquel, Chubut.
“Está tan bueno lo que les pasa que ya no les da miedo ir por más –afirman sus amigos–. En los meses que pasaron distanciados cada uno tuvo tiempo de pensar. Cuando se reencontraron, ya sabían qué querían de su relación”
El domingo por la tarde, emprendieron todos juntos la vuelta a Buenos Aires. En los próximos días Marcelo comunicará la decisión más esperada del año: si sigue en El Trece, cambia de canal o se toma un sabático. Tras resolverlo, viajará con Guillermina a Europa.
