“Con Pekerman y sus muchachos, la Copa, sin duda, puede volver a la Argentina” – GENTE Online
 

“Con Pekerman y sus muchachos, la Copa, sin duda, puede volver a la Argentina”

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–Faltan menos de dos meses para Alemania 2006 y ya hay una encendida polémica sobre quiénes deberían ir a jugarlo por Argentina. ¿Cómo esperaron ustedes aquellas convocatorias del 86 y el 78?
Jorge (43):
Yo estaba tranquilo, en Francia, pero recuerdo que hablaba con Bilardo y acá había mucha incertidumbre y muchas críticas al plantel. Por eso, Carlos hizo hincapié en viajar a Europa lo antes posible y trabajar en otro clima.
Daniel (51): La mayoría de nosotros estaba en la Argentina y estuvimos concentrados unos cuatro meses. Eramos 25 jugadores luchando por demostrarle a Menotti que podíamos ir al Mundial. Cada entrenamiento con César Luis era una final: sabíamos que tres quedarían afuera. Y al final los desafectados fueron Humberto Bravo, Víctor Bottaniz y nada menos que Diego Maradona...

–¿Qué diferencia aquello de lo que le pasa hoy a Pekerman?
Jorge:
Hoy el cuestionamiento es saber si va uno o si va otro, pero no hay comparación con lo que nos pasó a nosotros. En 1986 nadie confiaba en nuestras posibilidades.
Daniel: Es muy loco lo que pasa, el Indiecito Solari hace dos goles y ya lo piden de titular en la selección, y otro juega mal dos partidos y lo quieren dejar afuera. Hay mucha incertidumbre.

–Bertoni, viajemos a 1978: ¿la localía y la realidad argentina de entonces los obligaban a ganar el título?
Daniel:
No, porque nadie nos imaginaba entre los cuatro primeros. Sólo se hablaba de Alemania, Italia, Brasil y Holanda.

–Burruchaga: ¿hasta dónde pensaban llegar ustedes en México?
Jorge:
Queríamos pasar la primera rueda, que era complicada (Italia, Bulgaria y Corea), y hacer un buen papel pero, te repito lo que recién dije, de ninguna manera fuimos como candidatos.

–¿Cómo recuerdan sus debuts mundialistas?
Jorge:
Yo tenía 22 años y fue emocionante, el más esperado por un futbolista. Estaba un poco nervioso. Sin embargo, con el correr de los minutos me fui tranquilizando.
Daniel: Yo sumaba 23, y cuando debuté, ¡le ganamos a Hungría con un gol mío! Pero vestir la camiseta nacional en un Mundial es impresionante. Hay grandes futbolistas que no llegaron a hacerlo.

–Aquellos nerviosos debuts, sin embargo, terminaron convirtiéndose, con los días, nada menos que en finales de un Mundial. ¿Cómo vive un jugador las horas previas a tal instancia?
Daniel:
Personalmente, dormí tranquilo. Tenía mucha fe. A la mañana me visitaron mi mujer y mis viejos. Estábamos tranquilos. La locura fue ver el festejo en las calles argentinas. Eso resultó inolvidable.
Jorge: Nosotros fuimos un poco inconscientes: nos sentíamos imbatibles. La noche previa, el Vasco Olarticoechea hacía entrevistas que filmaban Néstor Clausen y Nery Pumpido. ¡Una cosa de locos! Dormimos tranquilos, pero poco. Después festejamos en el hotel, pero recién reaccionamos cuando llegamos al país y vimos a la gente enloquecida de felicidad.

–Cuando entraron a la cancha, ¿pensaban que iban a hacer un gol?
Daniel:
¡Todos lo soñamos! El Gráfico me hizo una nota un año antes y dije que soñaba hacer un gol en la final. Y se dio. Cuando vi que la pelota entraba pensé en mi familia, en la gente de las tribunas… No puedo describir ese momento. En el vestuario nos mirábamos con el Matador Kempes sin entender lo que habíamos logrado.
Jorge: Yo no soñaba con hacer ese gol, pero sí con ganar la Copa del Mundo. El momento del gol es indescriptible. Pateé, vi que entraba, corrí al costado de la cancha, me arrodillé, me abrazó el Checho Batista y... sí, toqué el cielo con las manos, algo imposible.

–¿Cambiaron sus vidas después de esos goles?
Jorge:
Uno pasa a ser más conocido, pero yo estuve medio mes acá y volví a Francia. Mi vida no cambió para nada. No obstante, se nota el reconocimiento de los hinchas. La gente aún me pide autógrafos y fotos.
Daniel: A la semana de ganar el título me fui al Sevilla. No pude disfrutar demasiado el título en mi país. Lo bueno es que somos del pueblo. Es como que siempre tendremos puesta la camiseta celeste y blanca. Algunos te gritan: “¡Volvé!”. Pero… ya no sos el mismo (risas).

–Burruchaga… ¿cómo vivió el gol de Bertoni a Holanda?
Jorge:
Uh, era muy chico (risas). Lo vimos en blanco y negro.
Daniel: ¡No te hagas el pibe, que te conozco desde hace bastante!
Jorge: Estaba en Quilmes, con algunos amigos, y cuando Daniel convirtió, explotamos todos. Se terminó el partido y salimos a la calle para vivir un festejo interminable.

–¿Y dónde estaba Bertoni cuando Burruchaga clavó el 3-2 definitivo contra Alemania?
Daniel:
En la casa de mi hermano. Parecía partido liquidado, pero llegaron esos dos centros fatales… Hasta la definición de Burru. ¡No llegaba nunca! ¡Corrió desde la mitad de cancha! Después festejamos todos. Fue una hermosa alegría.

–¿Cómo ven al Seleccionado actual?
Daniel:
Todavía no está claro quiénes van a ir, ni la idea futbolística. Existe buen material, pero hay que armar un buen equipo. Igual, está claro que nadie quiere enfrentarse con la Argentina. Todos saben del talento y la calidad de nuestros jugadores. No le temo al “Grupo de la Muerte”. Vamos a llegar entre los cuatro mejores.
Jorge: Bien. Para mí no hay más de dos o tres dudas. Creo que Pekerman tiene 18 ó 19 nombres en la cabeza, pero lo complican algunas lesiones...

–¿Hay algún titular indiscutible?
Jorge:
Debemos dejar tranquilo a José. Que elija sin presiones. Más allá de eso, creo que Lionel Messi puede ser la figura.
Daniel: Hay que darle tiempo y dejarlo jugar… En general, todos tenemos un equipo en mente, pero para eso está el técnico al frente del plantel. Igual fijáte: nosotros dos nos criamos en Quilmes, jugamos en Independiente e hicimos goles en dos finales. ¿Verdad? Sergio Agüero también es de Quilmes y juega en el Rojo… Ojalá el Kun no sea el Maradona del 78, que quedó afuera injustamente.

–Fuera del campo, ¿qué recuerdo les quedó de sus títulos mundiales?
Daniel:
Cuando fui a la cena de festejo en el Hotel Plaza, mi mujer me llevó un traje, zapatos, camisa y corbata, pero se olvidó de las medias. Llegué con las mismas que usé en el partido, ¡estaban hechas una mugre!
Jorge: El mejor recuerdo es el grupo completo, que había superado todas las adversidades para llegar al triunfo.

–¿Y ahora qué les faltaría para cerrar el ciclo Seleccionado nacional? ¿Dirigirlo?
Daniel:
Es algo que también tenemos todos en la cabeza al dejar de jugar.
Jorge: Sería cumplir un sueño, obvio. Pero bueno, ahora está José y tenemos que alentarlo. Con Pekerman y sus muchachos, sin duda la Copa del Mundo puede volver a la Argentina.

Burru y Dani tienen muchas coincidencias: se criaron en Quilmes, saltaron a la fama en Independiente, hoy son directores técnicos, pero por sobre todo, hicieron los gles que nos dieron los dos campeonatos mundiales.

Burru y Dani tienen muchas coincidencias: se criaron en Quilmes, saltaron a la fama en Independiente, hoy son directores técnicos, pero por sobre todo, hicieron los gles que nos dieron los dos campeonatos mundiales.

Daniel, el 25 de junio de 1978, convirtiéndole el  3-1 final al arquero holandés Jongbloed en la cancha de River. Bertoni metió su gol a los 9 minutos del segundo tiempo suplementario.

Daniel, el 25 de junio de 1978, convirtiéndole el 3-1 final al arquero holandés Jongbloed en la cancha de River. Bertoni metió su gol a los 9 minutos del segundo tiempo suplementario.

Jorge y el  3-2 con que nos coronamos el 29 de junio de 1986 en el estadio Azteca, de México. Burruchaga le anotó a Schumacher a los 39 minutos del segundo tiempo, tres después del empate alemán.

Jorge y el 3-2 con que nos coronamos el 29 de junio de 1986 en el estadio Azteca, de México. Burruchaga le anotó a Schumacher a los 39 minutos del segundo tiempo, tres después del empate alemán.

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