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“Con Nacho ya no vivimos juntos”

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¿Qué pasa realmente en la vida de Nicole? ¿Está separada de Nacho Herrero? ¿Es simplemente una pelea más? ¿Es una crisis matrimonial bastante más profunda que de pronto adquirió estado público?

¿Qué papel juega en esta historia el jugador de Vélez Fabián Cubero? ¿Hubo romance? ¿Hay romance? ¿Es todo un gran invento? ¿Cuál de todos éstos es el presente de la top model de la agencia Multitalent?

LA NOVELA DE LA TARDE. El último viernes, en los programas de espectáculos explotó una crisis matrimonial que se había iniciado varios meses antes en la chacra de Los Cardales. De hecho, los problemas entre Nicole (25) y Nacho (30) ya venían desde el verano, y entre sus conocidos se rumoreaba que la cosa andaba de mal en peor. Idas, venidas, peleas, reconciliaciones y nuevas peleas. “Nacho es muy tranquilo. No se engancha con las pavadas y tampoco está acosándola todo el tiempo. En cambio, ella a veces le reclama que cedió la mitad de su cama, la mitad de su placard, la mitad de su casa, y que él sólo pretende dedicarse a la música. En el único lugar que ella se siente tranquila cuando se pelean es en su toilette, porque cada uno tiene el suyo”, confiaba el entorno de la modelo. Mientras tanto, por el lado de Herrero las acusaciones serían bastante más duras. Sus conocidos habrían escuchado diversas quejas de su propia boca: “Ella hace la suya, y yo me cansé de ser su mucamito”. También cuentan que habría dicho estar cansado de las infidelidades de ella, constantes durante todo el matrimonio.

VIDAS SEPARADAS. Nicole con su vida de modelo, sus campañas, sus desfiles, sus viajes, sus eventos y sus fiestas… Nacho con su vida bohemia en la chacra de ella, con su guitarra y sus campañas gráficas de vez en cuando. Los momentos de a dos, últimamente, no coincidían, y ellos tampoco los hacían coincidir. Entonces, mejor darse un tiempo, ver qué pasa con todo esto.

Esto terminaba de estallar hace poco menos de un mes, días en los que Nacho agarró su guitarra, algunas de sus cosas y se fue de la casa. Y Nicole un poco también se fue. La chacra, “el nidito de amor”, de pronto se convirtió en el escenario de un matrimonio que estaba fracasando. Y vivir el fracaso matrimonial sola, a 70 kilómetros de Buenos Aires, se le estaba volviendo angustiante. Entonces se empezó a quedar cada vez más en el departamento que tiene en Palermo, sobre la calle Bulnes. Antes lo usaba para las noches que salía cansada del teatro, después de las funciones de Los locos mandan en el teatro Broadway. Ahora lo usa buena parte de la semana: se convirtió en su departamento de soltera. Pero empecemos por el principio, cuando todavía realmente lo era…

EL PRIMER ESCANDALO.
El romance con Nacho comenzó con un escándalo en el verano de 2004 en Punta del Este, cuando un fotógrafo de GENTE descubrió a Nicole (en ese momento de novia con Matías Liberman) en una playa alejada acompañada por Nacho Herrero, hasta entonces un completo desconocido. Las fotos, bastante subiditas de tono, mostraron un aspecto hasta ese momento desconocido de la modelo. Fueron un golpe de efecto que trajo a Nicole otra vez a las tapas de las revistas, pero en una versión, digamos, más carnal y más hot que nunca. Justo ella, que parecía tan fría...

Pero la cosa fue mucho más que un juego y Matías Liberman pasó al olvido, mientras Nacho se convertía en el nuevo novio oficial: hacían notas juntos y sonreían para la foto… El amor sobrevivió al verano, a los flashes y se fue consolidando. Nacho se instaló en la chacra de Nicole en el country Las Vizcachas y los primeros rumores de casamiento no tardaron en hacerse oír.

LOVE STORY. Un fin de semana largo de noviembre en el que habían viajado en Mar de las Pampas para descansar, Nacho y Nicole se comprometieron. Estaban en la playa cuando Nacho sacó de algún lado dos conchitas de mar con dos anillos adentro y le propuso casamiento. Así, sin mucho preámbulo ni protocolo. Nicole no pudo más que soltarle una risa incontenible, pero aceptó. “Fue un momento divino, pero cuando me pongo nerviosa no puedo parar de reírme”, se justificó ella más tarde. Y un mes después, el 17 de diciembre, vestidos de blanco y a bordo de un sulky, Nacho y Nicole fueron a casarse al Registro Civil de Capilla de Señor –el que les correspondía por su domicilio en la chacra.
Tres meses más tarde, el 20 de marzo, otra vez de blanco, pero con un look bien años veinte, llegó el casamiento por iglesia en la estancia La Candelaria, donde sí hubo muchos invitados, fiesta hasta la madrugada, y todos los medios cubriendo “la noticia”.

Entonces, no tardó en saltar a la luz un contrato matrimonial para dejar bien clarito qué bienes eran de cada uno. Bueno, en realidad, en el caso de Nacho y Nicole, casi todo (la chacra, la camioneta, los caballos, perros y otros etcéteras) eran de la modelo, y prácticamente nada de él. Cuando le preguntaron sobre el contrato, ella respondió: “Fue un pedido que me hizo mi papá, pero más que nada porque allá en Europa se estila. Jamás se me hubiera ocurrido a mí. Nunca entendí cómo alguien que se está por casar supuestamente para siempre, puede firmar algo pensando en cuando se separe. Me parece ridículo”. Hoy, tal vez, en medio de esta tormenta que atraviesa, Nicole le esté agradecida a papá Berne. Quién sabe…

PRESENTE IMPERFECTO. Sola, separada, pero a Nicole no se la ve para nada mal. Si bien es cierto que a ella nunca le costó sonreír, que ése es gran parte de su trabajo y está acostumbrada, estos últimos días en los que desató la turbulencia mediática ella no demostró en ningún momento estar demasiado afectada. De hecho, el sábado, después de las dos funciones en el teatro, fue a comer con sus compañeros de elenco a Crizia, un restó del Nuevo Bajo. Allí compartió mesa con Moria Casán y con el relaciones públicas Mike Cameroni, y se la vio de lo más animada y sonriente. Alguien que no conociera los rumores, jamás podría haberse imaginado que algo se estaba rompiendo en su vida.

¿Será Fabián Cubero la razón de sus sonrisas? Los rumores dicen que en la producción que hicieron juntos para la revista Hombre en mayo pasado pegaron onda, que intercambiaron teléfonos, que ahí algo había empezado.

EL GRAN GOL DE POROTO. Mediodía del domingo 13, en la Villa Olímpica del club Vélez Sarsfield, en Ituzaingó. El equipo deja la concentración para ir hasta el Nuevo Gasómetro –el estadio de San Lorenzo– donde enfrentarán a un clásico rival como Racing–. Entonces sale Fabián Alberto Cubero (27), alias Poroto, campeón en el Clausura del 2005, con la V en el pecho, y el cinco en la espalda. Bastante esquivo, por cierto, ya que sabe que no se le preguntara precisamente de fútbol.

–¿Y, Fabián? ¿Qué pasa con Nicole?
–Pfff. Chau...

Así, con su voz finita. Ni sí, ni no. Y a jugar al fútbol, para terminar en un 0-0 bastante deslucido. Por estos días, Cubero se encuentra en el ojo de una tormenta bastante incómoda. “Y, mirá”, dice un vecino de Fabián, en Liniers, donde vive en un departamento: “El siempre paseaba con su novia, una chica morocha, no muy alta, linda piba, pero ahora...”. Con esa chica, su novia, se dice, planeaba casarse. Ahora debe ser otro el cuento.

Fabián Cubero, nacido en Mar del Plata, recaló a los 14 para probarse en Vélez de la mano de un tío. Y quedó. Pasaron los técnicos, pasaron los años. Debutó en Primera a los 17, un 2 a 0, Vélez cayó contra Estudiantes. Con los años se fue afianzando. Llegaron algunos goles, todo un privilegio para un defensor. Hoy, mientras juega, los comentaristas de fútbol de la tele lo felicitan por otros privilegios que, se supone, anda disfrutando. Cubero, se dice, les contó el asunto a sus amigos, a sus compañeros de equipo, y con una risita enorme. Pero cuando se le pregunta, calla. No contesta su celular, se mete directo al ómnibus tras el partido. Es el ojo de su tormenta incómoda.

Hasta ahora ninguno dice demasiado. Nicole primero desestimó: “Ya me inventaron cuatro embarazos, cinco divorcios y no sé cuántas cosas más, así que no me molesta que hablen…”.

–¿Qué pasó con Cubero?
–No pasó nada.

Y después aceptó que ya no compartían techo con su marido: “Con Nacho ya no vivimos juntos. Pero, ¿qué puedo decir hoy, si ni yo sé qué va a pasar mañana?”.

Nacho, por su parte, fue el lunes al estreno de Esta noche no, querida, en el teatro Astral, a pocas cuadras de donde Nicole hace lo suyo en Los locos mandan, la obra de Nito Artaza. A la salida, acosado por las cámaras, montó una suerte de show, caminando de un lado para el otro por el frente del teatro, mientras esquivaba las preguntas.

–Nacho, ¿es cierto que están separados?
–No, no nos separamos.

–Pero no están viviendo juntos…
–No. Estamos peleados, pero no separados. Hay una crisis, es cierto, pero no es nada definitivo, por ahora…

Domingo 13, una de la tarde. Nicole sale de su departamento de la calle Bulnes junto a uno de sus 20 perros. Hizo compras en el Paseo Alcorta y huyó rumbo a Los Cardales. Hoy sólo acepta la compañía de sus mascotas y de sus amigas íntimas.

Domingo 13, una de la tarde. Nicole sale de su departamento de la calle Bulnes junto a uno de sus 20 perros. Hizo compras en el Paseo Alcorta y huyó rumbo a Los Cardales. Hoy sólo acepta la compañía de sus mascotas y de sus amigas íntimas.

Pese a sus trabajos como modelo y a su amor por la música, Nacho Herrero fue –para los medios– el marido de Nicole. Junto a ella se dio a conocer aquel verano de 2004, besándola en una playa desierta de Punta del Este cuando su chica todavía era “de otro”. Al año se casaron: por civil e iglesia en la estancia La Candelaria. La historia de amor parecía perfecta. Compartían sus gustos por los animales, los veranos en las playas, el fashion y el rock. La crisis, dicen, habría comenzado a comienzos de este 2006 en Mar del Plata.

Pese a sus trabajos como modelo y a su amor por la música, Nacho Herrero fue –para los medios– el marido de Nicole. Junto a ella se dio a conocer aquel verano de 2004, besándola en una playa desierta de Punta del Este cuando su chica todavía era “de otro”. Al año se casaron: por civil e iglesia en la estancia La Candelaria. La historia de amor parecía perfecta. Compartían sus gustos por los animales, los veranos en las playas, el fashion y el rock. La crisis, dicen, habría comenzado a comienzos de este 2006 en Mar del Plata.

Se llama Fabián Cubero, juega en Vélez y vive en Liniers. Se conocieron hace tres meses, durante una producción osada para la revista Hombre. Entonces, el volante de Vélez (de 27 años) habría quedado deslumbrado frente a los encantos de la top. Chistes, risas, intercambio de celulares y reencuentro a solas: así habría sido la historia. Ella lo niega. El no quiere hablar.

Se llama Fabián Cubero, juega en Vélez y vive en Liniers. Se conocieron hace tres meses, durante una producción osada para la revista Hombre. Entonces, el volante de Vélez (de 27 años) habría quedado deslumbrado frente a los encantos de la top. Chistes, risas, intercambio de celulares y reencuentro a solas: así habría sido la historia. Ella lo niega. El no quiere hablar.

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