“Con Mercedes se me fue una madre, una hermana, una amiga” – GENTE Online
 

“Con Mercedes se me fue una madre, una hermana, una amiga”

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En la plaza Independencia, de San Miguel de Tucumán, la energía y la emoción estaban a flor de piel el domingo por la noche. Allí, donde Mercedes Sosa no podía ir de chica, porque sólo las niñas ricas podían pasear por su vereda –como contó alguna vez– y luego, ya famosa, dio sus más sentidos recitales, un viejo amigo la iba a despedir. La vida puso a León Gieco precisamente allí, en el escenario que tuvo la etapa tucumana de Mundo Alas (junto a los chicos discapacitados con quienes filmó el celebrado documental), para cantar con la voz hecha lágrimas la sublime Sólo le pido a Dios.

Y después de los aplausos, la charla íntima con GENTE. “No quise hacer notas antes del recital, porque si hablaba de Mercedes me quebraba, y ella siempre me decía que no era bueno llorar antes de subir al escenario; así que preferí seguir su consejo”, ensaya León como innecesaria disculpa.

–¡Qué cosas tiene el destino! La muerte de la Negra te sorprendió en Tucumán, León...
–Es verdad... Hoy hablé con Fabián, el hijo de Mercedes, y me dijo algo que me hizo llorar mucho: “A lo mejor, mi mamá decidió que este día tocaras en Tucumán”.

–¿Cómo fue tocar esta noche?
–Me tocó vivir una actuación especial, porque quizá, si hubiera venido con mi banda, hubiese suspendido el recital. Pero vine a sus pagos con Mundo Alas, que es un estímulo de vida, un grupo que expande mucha espiritualidad. Entonces, decidimos hacer el recital y ofrecérselo en homenaje a la Negra.

–¿Cómo conociste a Mercedes?
–Los primeros se remontan a cuando era un pibe que la admiraba y compraba la revista Folklore, cuando ella, junto a Armando Tejada Gómez, Tito Francia y Víctor Heredia, firmaron un manifiesto que fue el inicio de la nueva canción social. Luego tuve la suerte de conocerla personalmente en el año ’82, cuando volvió del exilio, y desde ese momento no nos separamos más.

–¿Fue tu madre artística?
–En muchos aspectos, sí. Fue la primera que me llevó a cantar a Cosquín, y después a Europa. La primera vez que actué allí, en Bélgica, debía cantar nada más que la última estrofa de Sólo le pido a Dios. Cuando llegó el momento, por los nervios, me olvidé la letra. Mercedes siguió cantando, pero cuando terminó le dijo al público que la iba a cantar otra vez, para que me pudieran escuchar.

–¡Qué lección!
–Sí, en verdad. Muchas veces me ponía muy nervioso cuando mis músicos se equivocaban, pero a partir de ese momento aprendí a controlar mi ansiedad. Ella siempre fue generosa. Después de invitarme a tocar en Cosquín quiso pagarme la actuación, cuando yo debería haberle pagado por subir al escenario con ella. Otra: elegía los temas nuestros, y era un orgullo, porque nosotros sabíamos que una vez que la Negra lo cantaba, ese tema volvía con muchos más aplausos que si lo hacíamos nosotros. A mí me cantó muchas canciones, pero yo la trajinaba y le decía que su hijo predilecto era Víctor Heredia, porque fue al que más temas le cantó.

–¿Qué significó Mercedes en tu vida?
–Fue una madre, una hermana, una amiga... y yo siempre la cargaba y le decía que era un poco novia. Todo eso se me fue. Pero a Mercedes Sosa no le podía pedir nada más, porque ella me lo dio todo. Fue la primera cantante internacional que grabó Sólo le pido a Dios. Y, no menos importante que su voz, se transformó en un ícono de la Democracia. Cuando ella regresó al país en el ’82, a la Argentina la gobernaba el general Leopoldo Galtieri. Los que resistíamos acá sentimos que si ella volvía, era porque la Democracia estaba a la vuelta de la esquina. Mercedes tenía la canción social en las venas.

–Y a pesar de sus enfermedades, nunca quiso dejar de cantar. ¿Qué tipo de fuerza especial tenía?
–Es que su vida era la canción, y su casa, el escenario. A pesar de esos achaques quería cantar. Le decía a Fabián: “Conseguime un telón y cuando se abra, yo voy a estar sentada en el escenario”. No podía caminar, pero quería estar. ¡Eso sí que es dignidad, loco!

–¿Por qué no fuiste al velatorio en el Congreso?
–Porque su muerte me hizo acordar mucho a la de mi mamá. Cuando la enterré, al día siguiente toqué en Córdoba. La Negra aprobaría mi proceder. Si me pudiera hablar por teléfono me diría “León, seguí tocando”; así que mañana voy a cantar en Catamarca. Mercedes Sosa fue la primera artista que cantó el himno que compuso León Gieco. El domingo, una multitud de tucumanos se convirtió en un coro lleno de emoción.

Mercedes Sosa fue la primera artista que cantó el himno que compuso León Gieco. El domingo, una multitud de tucumanos se convirtió en un coro lleno de emoción.

El abrazo tierno entre Mercedes y León, cuando en la década del ’90 la revista cultural La Maga le hizo un homenaje a la Negra. Se conocieron en el ’82, cuando ella regresó del exilio, y no se separaron más.

El abrazo tierno entre Mercedes y León, cuando en la década del ’90 la revista cultural La Maga le hizo un homenaje a la Negra. Se conocieron en el ’82, cuando ella regresó del exilio, y no se separaron más.

Gieco frente a los tucumanos, el domingo 4 de octubre. Esa noche, el espíritu de Mercedes Sosa sobrevoló la plaza Independencia.

Gieco frente a los tucumanos, el domingo 4 de octubre. Esa noche, el espíritu de Mercedes Sosa sobrevoló la plaza Independencia.

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