Puede mostrarse morocha (su color original), aparecer colorada (¿recuerdan cuando decidió imitar el archifamoso ¡Shock! de Susana Giménez?), teñirse de rubia (su actual tono), o surgir luciendo el peinado rasta que acaba de presentar en su frondosa cabellera. Y todo con la misma naturalidad que un río desemboca en el mar, lento, en silencio, sin demasiados estruendos, como intenta llevar su existencia pública María Emilia Attias, chica del momento que no juega a ser chica del momento.
Porque, ¿alguien la descubrió durante el verano invadiendo hasta el hartazgo, una y otra vez, cámaras de televisión, revistas, diarios y micrófonos de radio? ¿Alguien sabe que el viernes 20 de marzo a las 21:50 cumplirá 22 años? ¿Alguien leyó que firmó contrato para grabar la tercera temporada de Casi ángeles? ¿Alguien se enteró de que ya ensaya la obra de teatro que exhibirá desde junio en el Gran Rex? ¿Alguien escuchó que, junto a su novio y colega, el Turco Naim Sibara (43), resolvió establecerse en Belgrano? ¿Alguien la vio el domingo pasado eligiendo y comprando frutas en las cercanías del caserón que pronto compartirán allí?
Okay, pero antes de que escuche las seis respuestas, mejor dejémosla disfrutar sus últimos días de bajo perfil con la misma naturalidad que un río desemboca en el mar, lento, en silencio, sin demasiados estruendos, como intenta llevar su existencia pública Marilín, Mimito o Maminou (tres apodos que cosechó), chica del momento que no juega a ser chica del momento y que seguramente, camaleónica, desprejuiciada y amante de las metamorfosis capilares al fin, en un futuro no lejano asombrará rapada a cero. 
Mientras se dedica en persona a buscar las mejores ciruelas, manzanas y naranjas, Emilia cuida, goza y apuesta fuerte por su sólida relación junto a Naim Sibara.
Attias, una chica de muchos recursos y escaso divismo.
Hincha de Racing, artista de Multitalent Agency, ojos verdes, 95-60-93, 1,70 m, 55 kilos, tres bolsas de mercadería.
